9. Sígueme la corriente

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-Prepárate-ordenó Jeno poniéndose los pantalones-, te esperaré en el auto.

Jaemin hizo un pequeño sonido de indignación y dejó que la sabana resbalara de su cuerpo al ponerse de pie.

-Tenemos cinco minutos- dijo con su mejor sonrisa.

Jeno tragó duro, su fuerza de voluntad a punto de torcerse.

-Te esperaré abajo.

- ¡Oh vamos, pero si estás duro!

-Jaemin, ahora no.

Este cerró los ojos con los puños apretados y pasó por su lado directo hacia el baño.

-¡Bien, puedo encargarme por mi cuenta! -exclamó, cerrando la puerta y dejándole escuchar la ducha ser abierta.

Jeno apretó el puente de su nariz.

-¡Maldito mocoso pervertido! - dijo lo suficientemente alto para ser escuchado.

Cuando Jaemin salió del edificio tuvo que caminar despacio porque el dolor en sus caderas le estaba matando, obviamente iba a hacer todo lo posible para que nadie lo notase, mucho menos el idiota que se había negado a aceptarle cuando se le había ...

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Cuando Jaemin salió del edificio tuvo que caminar despacio porque el dolor en sus caderas le estaba matando, obviamente iba a hacer todo lo posible para que nadie lo notase, mucho menos el idiota que se había negado a aceptarle cuando se le había entregado en bandeja. ¡Él, Na Jaemin! Mostró los dientes como una piraña, sin poder creer que alguien se hubiese negado a tenerle.

-Idiota, idiota, idiota...

Con su orgullo herido caminó lo mejor que pudo por el estacionamiento. Si alguna persona le preguntaba que pasaba con él, sencillamente diría que se había partido el coxis resbalando en la ducha.

Encontró al imbécil de su guardaespaldas de pie con la camisa y el saco bien colocados pero sin su corbata. Tenía un cigarrillo entre los largos dedos y mantenía la espalda apoyada en la puerta del auto. Jaemin tragó duró y se negó a caer ante el deseo de pedir un estúpido beso antes de comenzar a actuar.

Respiró hondo y se acercó al vehículo, Jeno le miró de arriba abajo deshaciéndose de su cigarro y abriendo la puerta trasera para él, claro que no era un gesto de caballero, era solo una estúpida formalidad al ser su chofer. Jaemin le mostró una fingida sonrisa que no intentó ser amigable antes de subir.

Hacía demasiado frío, su cabello estaba húmedo y sus ojos hinchados del cansancio. Mantuvo su vista fija en el tormentoso día, pero, de vez en cuando, fijaba la mirada en la nuca de su guardaespaldas e intentaba descifrar lo que acontecería luego.

-¿Por qué las personas fuman después de un polvo? - inquirió, dibujando una oveja amorfa en la ventanilla. Le gustaban las ovejas, sobre todo porque eran esponjosas y no parecían meterse en muchos problemas.

Jeno le miró por el espejo retrovisor.

-¿A qué viene eso? - Jaemin se encogió de hombros y Jeno miró la cajetilla de cigarrillos que estaba a medio terminar sobre la guantera del auto-. No fumo luego del sexo, pero si en las mañanas. Me relaja y me distrae de lo que sea que mi mente esté pensando.

𝐓𝐚𝐤𝐞 𝐎𝐧 𝐌𝐞 - {𝙽𝚘𝙼𝚒𝚗}Where stories live. Discover now