Los sobrevivientes

Capítulo 1: Recuerdos

La nave de refugiados surcaba el espacio. Llevaban dos años terrestres huyendo de las huestes de los híbridos-centauri, quienes habían acabado con todos los humanos en la Tierra, solo se habían salvado los pasajeros de la nave de refugiados bajo el mando de la Capitana Mayra.

La mujer se dirigía a su caza, seguida de su artillero, mientras pensaba en el plan de vuelo que momentos antes discutiera con el Teniente Cobra y el resto de los pilotos. Llegaron al hangar, subieron a sus naves y en pocos minutos todos estaban volando fuera de la nave madre.

Mientras verificaba sus instrumentos, Mayra recordaba la última conversación que tuviera con el Almirante del ejército terrestre, justo antes de que la nave madre iniciara su viaje en busca de un nuevo hogar para la humanidad.

–No permitas que la humanidad muera. Nosotros les daremos tiempo, avancen a toda velocidad el mayor tiempo posible, no vuelvan jamás.
–Pero, señor...
–Son nuestra última esperanza, Capitana Mayra, no nos defrauden. Ross 128b, la Nueva Tierra, los espera... deben llegar allí a como dé lugar.
–Sí, señor... cumpliremos la misión, pero...
–No preguntes nada más. Embarcamos todos los recursos necesarios, apóyense todos, la nueva colonia debe surgir. Solo espero que podamos destruir a los híbridos-centauri.

"Solo espero que podamos destruir a los híbridos-centauri", el eco de la voz del Almirante martilleaba su cabeza. Era mucha la responsabilidad, pero era su destino.

–Capitana Mayra –escuchó en su intercomunicador–. La sonda que enviamos a vanguardia detectó objetos desplazándose con una trayectoria extraña, muy variable. El oficial a cargo cree que son naves híbrido-centauri.
–Recibido.
–¿Órdenes, Capitana?

La Capitana Mayra guardó silencio. El plan era revisar el perímetro cercano y enviar sondas a la retaguardia para detectar cualquier enemigo que se acercara, pero lo descubierto también podría ser un riesgo para la nave madre. Y no quería perder pilotos por un error.

–¿Órdenes, Capitana?
–Prepárense.

Las cuarenta pequeñas naves de combate se separaron en parejas, cubriendo el mayor espacio posible. Luego de revisar el perímetro cercano, unos cinco kilómetros estándar, recorrieron dos más, registrando la mayor cantidad de datos posible. La mayoría no encontró nada raro, ni siquiera basura espacial.

–Capitana, Jefe de escuadrón Pares 2, 4, 6, 8 y 10 estamos listos.
–Bien, vuelvan a la nave.
–Entendido.
–Jefe de Escuadrón Pares 3, 5, 7, y 9 también estamos listos. Permiso para regresar.
–Concedido.
–Jefe de Escuadrón Pares 12, 14, 16, 18 y 20 sin novedades. Permisos para regresar.
–Concedido.
–Jefe de escuadrón Pares 15, 17, 19 estamos listos, pero Pares 11 y 13 aún no se reportan.
–Entendido. Regresen a la nave, pero mantengan una guardia en el perímetro cercano, incluyendo los cañones y escudos listos ante cualquier ataque. Teniente Cobra, necesito su asistencia.
–Aquí el Teniente Cobra. Entendido, Capitana, voy a su encuentro –respondió el Teniente.
–Teniente Reymos.
–¿Señora?
–Active Plan Alerta.
–Entendido.

La Capitana guardó silencio otra vez y dirigió su nave a las coordenadas que el Jefe de Escuadrón de los Pares 11 y 13 le envió.

Continuará...