-No podrías hacerlo, no eres capaz de vivir sin mi.- Dije de forma seria mientras colocaba el vaso de café vacio a un lado y le miraba con determinación.

-No me agrada la idea, pero tampoco me desagrada.- Respondió en defensa mientras sonreía de forma ladeada.

-No quieres aceptarlo porque sabes que es verdad.- Dije con la misma sonrisa embobada.

-Bien, tu ganas.- Dijo en forma de resignación, mientras que le escuchaba suspirar con fuerza.
-Samu- Agregó mientras me miraba con las cejar arqueadas.

...

¿Y ese repentino cambio de actitud?

...

-¿Qué sucede?- Interrogue de forma calmada mientras me acomodaba mejor en mi asiento.

-¿Y si te acompaño a Madrid, pero no a casa de tus padres? Es que de verdad, me estoy poniendo demasiado nervioso.- Soltó mientras sus ojos reflejaban en mi total sinceridad.

Con algo de calma, me levanté de mi lugar para irme detras suya y abrazarlo con mis brazos rodeando sus hombros.

-Elyas... Ya te lo dije, las cosas van a resultar muy bien, pero si no quieres acompañarme a casa de mis padres... Por mi esta bien, después de todo no puedo obligarte a hacer algo que no quieres.- Dije mientras le daba un pequeño pico en la mejilla.

-Dame una buena razón para ir a casa de tus padres... Es que por más que lo pienso, no logro comprenderlo.- Respondió mientras giraba un poco para mirarme cara a cara.

-Sencillo... Como nuestra relación ya es formal, me gustaría hacerla más que oficial al presentarte con mis padres. Que sepan lo mucho que me importas y lo importante que es ésta relación para mí. Y no me vengas con el cuento de "¡Ay!es que soy un simple extraño...", pff, tonterías, podrás ser un extraño y todo pero lograste tener mi corazón, y eso es todo lo que importa.- Respondí de forma segura, mientras sonreía de oreja a oreja.

-Muy bien... Iremos a casa de tus padres...- Respondió nuevamente rendido, mientras que mostraba una sonrisa medio ladeada. No estaba muy seguro, era una sonrisa extraña.

...

Y así fue, el vuelo pasó ligero, el tiempo pasó volando, nunca mejor dicho.
Elyas se mostraba cada vez más nervioso, pero intentaba calmarse cada tanto.

En fin, nada diferente que no hubiesemos visto en el aeropuerto.

...

Cuando llegamos a Madrid, de inmediato al bajarnos del avión, lo primero que hicimos fue buscar un taxi. Si bien teniamos algo de hambre, la comida podía esperar un poco más.

En el taxi, extrañamente Elyas se miraba un poco más relajado, demasiado diría yo.
En más de una ocasión le pregunté que si se sentía bien o si había cambiado de opinión. Sin embargo, él siguió con la idea de acompañarme hasta el final.

...

Cuando nos bajamos en nuestro destino, al estar frente a la puerta de su casa, con las maletas en el suelo. Pude darme cuenta de que Elyas solo estaba haciéndose el fuerte, puesto que, en un vistazo rápido que hice; Me di cuenta que sus piernas temblaban y se tambaleaban de un lado a otro como una gelatina.

ᴅᴀɴᴄɪɴɢ ᴡɪᴛʜ ᴀ sᴛʀᴀɴɢᴇʀ = ᴇʟʏɢᴇᴛᴛᴀ =Where stories live. Discover now