capitulo 1

281 35 4
                                    

El puerto no había cambiado nada desde el día que lo vio partir a tierras americanas casi dos años atrás. Mejor dicho casi nada, la cantidad de barcos cargueros era considerablemente mayor que la que recordaba y la afluencia de gente también había incrementado considerablemente. Caminó con paso seguro buscando un coche de alquiler que lo llevara a su mansión en Mayfair. Deseaba llegar y abrazar a sus dos mujeres que seguramente lo estarían esperando con ansias. Añoraba espantar los pretendientes de su hermana quien seguramente ya había realizado su puesta en largo frente a la Reina, vestida de blanco y luciendo como el pequeño Ángel que era. Su madre por otro lado, era una historia completamente aparte. La duquesa de Brandford era una mujer complicada, podía apostar que estaba volviendo loca a Beth intentando casarla con un duque o Marqués y como en último instancia un conde de linaje implacable.

—Inglaterra es más lindo de lo que pensé, puedo acostumbrarme a vivir acá— dijo su prometida alcanzandolo más rápido de lo que pensó. Loretta Rockeford, era todo lo que le desagradaba en una mujer: demasiado parlanchina, voluntariosa, sin una pizca de decoro, caprichosa y en exceso mimada. Quizá eran sus maneras americanas las que la hacían carecer de cualquier sentido de propiedad o sus prejuicios ingleses demasiado arraigados lo que impedía que funcionara. Posiblemente una mezcla de ambos.

—Sobrevivira— la ánimo sabiendo que tan pronto pusiera un pie en los salones seria el centro de los comentarios malintencionados y la envidia de la población femenina por ser la prometida americana de un duque. Él no sería quien le informara que casarse con él traía sus desventajas y que sus ideales basados en cuentos de hadas estaban bastante errados. Claro que por su lado no se salvaría de las lenguas viperinas y malintencionadas, pero un duque empobrecido hasta lo indecible no era mejor que los burgueses que se paseaban por la ciudad poniéndole precio a todo, por lo que la postura del digno e inalcanzable ya no le calzaba tan perfectamente como antes.

—¿Iremos a su mansión en Mayfair Lord Brandford?— preguntó con su irritante tono meloso, acercándose a él como si realmente todo aquello no fuera una condición del señor Rockeford para salvar su trasero y el de su familia de la quiebra. Sin mencionar lo mucho que le molestaba la invasión a su espacio personal y que de paso resultaba indecoroso.

—Debemos instalarnos primero cielito, además necesitamos vestidos nuevos, no podemos presentarnos con la duquesa luciendo así— intervino la señora Rockeford antes que él pudiera negarse a la petición de la señorita que estaba atentando con volverlo loco, imponiendole su presencia, caprichos que ya comenzaban a rayar en lo exagerado y afecciones no pedidas.

—Si querida, además Lord Brandford querrá hablar primero con su madre y hermana, para informarles sobre el compromiso antes de hacerlo oficial terció el señor Rockefeler salvando a la señorita Loretta de una situación bastante incómoda, La duquesa no era una mujer fácil, el linaje y reputación significaban todo para ella.

Ayudó a los Rockeford a encontrar un coche de alquiler y luego buscó uno para si mismo. No sabía como iba a explicarle a su madre sus próximos movimientos, necesitaban el dinero de los Rockeford para seguir a flote, las inversiones en navíos habían resultado suficiente por el momento pero no creía que su suerte se extendiera mucho más, menos con las altas tarifas y la competencia que cada día se volvía más dura.

Cerro los ojos intentando descansar un segundo, aún podía sentir el movimiento del barco y su cuerpo laxo, odiaba los viajes tan largos y sobre todo el mar. El movimiento del agua le causaba mareos y cuando al fin sentía que podía relajarse se encontraba tan enfermo que le resultaba imposible conciliar el sueño. Tampoco podía decir que el coche fuese cómodo como para poder descansar, el olor penetrante al perfume de su antigua pasajera seguía impregnado en el interior. Esa era otra cosa que le desagradaba: los perfumes demasiado penetrantes o los olores fuertes en general.

Lady Grayson Decide Casarse Where stories live. Discover now