-Si no es algo estúpido... -masculló, sus ojos almendrados seguían el despertar de las venas que saltaban por debajo de la piel de su guardaespaldas.

-¿Sabes cocinar algo? - Jaemin lo pensó y Jeno detuvo el cuchillo- ¿Sopa? ¿Un huevo frito? Joder... ¿Arroz?

-No me gusta cocinar ¿contento?

-¿Y de que vives? - puso las verduras en un pequeño sartén y echó el ramen en el agua hirviente. Luego, comprendió que este chico era inusualmente delgado para su contextura física y que existían ciertos estándares de belleza en el mundo artístico de Corea- Oh... Yo no quería...

-No tengo un problema alimenticio si es lo que piensas, los tuve... ya no- se cruzó de brazos poniendo un escudo entre él y el mundo-. Solo es que no tengo tiempo de hacer muchas cosas y la comida siempre está ahí cuando llego. Sunny se encarga de ello.

-Entiendo.

Su rara conversación terminó luego de eso. Comieron en silencio. Jeno no le dijo que la comida estaría tan caliente como para crearle ampollas y Jaemin fingió que no se había quemado la lengua, porque prefería recibir un balazo antes de que este sujeto le viese hacer una tontería que, seguramente, quebraría su orgullo.

Jaemin comió sentado en la única silla frente a la mesita cuadrada en la cocina. Jeno lo hizo de pie recostado en la mesada. Dejó los platos en el fregadero y se limpió las manos con el repasador.

-Bueno, ¿Listo?

-¿Para qué?

-Para llevarte a casa, o me despedirán. Y es un mal empleo, pero pagan bien.

-Nop.

-Por tu propio bien, haré de cuenta de que he escuchado un sí.

Jaemin se levantó saliendo de la cocina y volvió a donde estaba la gran colección de música.

-No quiero irme aún, soy tu jefe, obedéceme.

Jeno ladeó una sonrisa, la ira e impotencia ardiendo dentro suyo. Joder, realmente quiero ahorcarlo.

-Como sea...- masculló, dejándose caer en el sofá de cuero y miró la hora en su reloj.

1:00 am.

-¿Es una colección o algo así? - Jaemin preguntó, arrodillándose frente a la última hilera de la repisa de discos. Sacó de allí "pendulum" de Creedence y sonrió.

-Algo así- contestó Jeno, pensando en todas esas veces en las que su padre le había llevado a distintas partes de Corea solo para conseguir esos viejos álbumes.

Jaemin tocó los bordes de la cubierta gastada, algunas partes estaban borroneadas, pero aun podías leer la lista de canciones si te esforzabas lo suficiente. Lo sostuvo contra su pecho al dirigirse al toca discos.

-¿Puedo ponerlo?

Jeno asintió. Apoyó los codos en sus rodillas y se aflojó un poco la corbata. No pudo evitarlo, tal vez porque hacía mucho tiempo no tenía compañía en casa o, porque su último encuentro casual había sido hacía más de dos meses, pero realmente no pudo evitar mirar la figura del mocoso malcriado.

Recorrió los hombros anchos y los huesos de su columna que se marcaban por debajo de la camisa pálida. Observó la cintura estrecha y la cadera pronunciada, deteniéndose en las piernas flexionadas, largas y delgadas.

Have you ever seen the rain sonó por el lugar, acabando con el silencio de la habitación. Y Jaemin siguió moviéndose, observando los dos únicos portarretratos que estaban sobre la repisa superior. En una de las fotografías un niño lucía feliz de estar en la playa mientras abrazaba la pierna de un hombre con un saco marrón. Debió haber sido tomada en invierno, porque aunque no pudiese sentir el frío, Jaemin estuvo seguro que ese día soplaba una brisa furiosa. En la segunda, era definitivamente Jeno en su adolescencia, luciendo una gorra hacia atrás y agachado junto a un enorme perro peludo.

𝐓𝐚𝐤𝐞 𝐎𝐧 𝐌𝐞 - {𝙽𝚘𝙼𝚒𝚗}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora