Todos los presentes dieron un paso para atras, unos asustados, otros incredulos, y la chica menor solo lo hizo por inersia.
¿Cómo paso eso? ¿Habia alguna forma de hacer eso? Estaba pegado al suelo, era imposible que este trucado. Cómo sea, no eran idiotas, no se iban a quedar, el millonari fue el primero en querer irse, así que se acerco a la puerta e intentó abrirla, pero estaba cerrada. Maldicio entre dientes, sería más dificil de lo que pensaba, dio algunos portazos forzados, nada, pero no se iba a rendir ni de broma, fue a la cocina mientras que los otros veían las otras puertas, agarro un cuchillo e intento romper así la puerta, al estrellar el cuchillo con la puerta, el cuchillo se partio en pedazos, uno de esos rozo con fuerza la piel del ricachón pelirubio oxigenado. Ahora estaba sangrando un poco.
–¿Qué mierda? Esto es imposible en muchos aspectos —Se quejó del dolor agarrando sus dedos con su boca para chuparlos— ¿Y ahora qué hacemos? —Miro al rededor a sus amigos, ninguna puerta estaba abierta y la motosierra se quedó en el cobertizo—
–Supongo que deberíamos intentar seguir jugando, ¿No lo creen? —Sugiere la menor temblando, todos veían que tenía miedo—
–¿Jugar? Ni loco —Hablo el “Lider” del grupo— si acá hay un espiritu maldito es tonto seguír jugando con él, quien sabe y tal vez salga del “Plano espiritual”
–Oh vamos, los fantasmas no existen, debe ser una retro-recreación, oí que los antiguos dueños jugaban con la VR. Debe ser algo de es estilo —Mencionó una de las chicas, para ser precisos una castaña de ojoa negros—
–Deberíamos intentar, nada perdemos —Habló la menor, de nombre Alexandra— todo se solucionaría cuando terminemos esta simulación —Se agarró sus hombros sonriente pero se le veía nerviosa—
