- "De acuerdo ¡No te interesa! ¡Genial! ¡Todo solucionado entonces!" - Dije con obvio sarcasmo, rodando los ojos ante su falta de seriedad ¡No era tan simple! Además... No me agradaba la idea de Sehyoon negándome ante cámaras, ni siquiera me preocupaba oficialmente por todo lo que dirían en la Universidad de mí, sino... Solo no deseaba escucharlo decir que no somos nada, me iba a romper por completo.

- "Byeongkwan, no estés triste."- Lo escuché murmurar. Me olió, claro, un espacio tan cerrado era suficiente para que su nariz pudiera sentir cada una de mis fuertes y ruidosas emociones con claridad.

- "¡No es tan fácil! ¡Nada es fácil! ¡Tú no eres fácil!" - Mis manos subieron a mis cabellos queriendo tirar de ellos, aunque me contuve. Yo no era el culpable, era Sehyoon, solo él y su rara forma de pensar. - "Mierda, a veces quisiera entrar en tu cabeza y ver qué demonios pasa por tu cerebro cuando tienes ideas como esta. No tienes ningún derecho ¿Sabes? ¡Ninguno! De venir a mi casa y presentarte como mi alfa sin que yo supiera nada, de ponerme en esta situación frente a mi madre ¡De hecho no tienes derecho de nada!" -

Alejé mis manos de mis cabellos y por un segundo, mi mente deseó poder arañarme o hacerme daño, deseoso de reemplazar el asqueroso dolor que estaba creciendo en mi pecho. Todo... Todo me estaba cayendo encima como un balde de agua congelada, pensando en cada segundo que he vivido con Sehyoon, en cómo puso mi vida de cabeza y cómo podía tomar tan a la ligera absolutamente todo.

- "Byeongkwan..." - Avanzó un paso y estiré mi brazo en defensa, mostrándole la palma de mi mano, evitando que se acercara más.

- "No, Sehyoon ¡No vengas!" –

- "Pero estás... Yo puedo ayudar." - Dijo las mismas palabras que aquel día por teléfono, logrando hacerme explotar de nuevo. Enojado, le devolví la mirada y él me mantuvo la suya, se le veía preocupado, pero eso no me importó al momento de gritarle, de dejar de torturarme tanto y liberar todo, absolutamente todo.

- "¡No puedes ayudar en nada! ¡Los amigos no hacen eso!" - Grité, sin importarme si mi madre podía oírme realmente. - "¡Los amigos no se besan! ¡Los amigos no celan al otro ni mucho menos le ayudan a calmarse! ¡Joder, Sehyoon! ¡Los amigos no se acuestan juntos! ¡No se ayudan con el celo! ¡Eso no hacen los amigos!" - Los gritos tan altos estaban causándome un escozor en la garganta. - "¡No somos amigos! ¡Esto no hacen los amigos!"

- "Byeongkwan, baja la voz, tu mamá va a escucharte." –

- "¡No me importa! ¡Ya no me importa! ¡No me importa nada! ¡Que todos se enteren! Si piensas que vas a jugar conmigo como lo estás haciendo estás jodidamente equivocado." -

Las piernas me temblaban y me costaba mantenerme en pie, sentía que había entregado todas mis energías en los últimos gritos, perdiendo fuerzas para estabilizarme. Apoyé mi espalda en la pared detrás de mi cuerpo y miré al suelo, sorprendiéndome cuando dos gotas de agua cayeron directo hacía el mármol oscuro del piso. Lágrimas... Estaba llorando, otra vez lloraba por Sehyoon.

- "No quiero jugar contigo, bebé." - Escuché su murmullo, sorprendiéndome de que él no hubiera perdido la paciencia ya.

Un ataque de pánico, yo estaba teniendo un jodido ataque de pánico.

- "No tienes derecho..." - Murmuré, mientras mi labio inferior se movía y mi cuerpo empezaba a temblar. Presioné la mandíbula, intentando tranquilizarme, mientras llevaba una de mis muñecas a mis ojos para quitar las lágrimas, pero estas no dejaban de salir. - "Me vuelves loco." - Susurré, hipando un par de veces, antes de juntar la fuerza suficiente para continuar. - "Haces que no pueda sacarte de mi cabeza, taladras en mi ser hasta adueñarte de mi mente, de mi corazón, de mis pensamientos ¡Pones mi mundo de cabeza y ni siquiera lo notas! Me haces sentir tan-" -

The Perfect Omega | Wowkwan - Wowson |Where stories live. Discover now