—Claro, y yo soy Batman —sonrió —vamos ya antes de que mi tía nos regañe a ambos — Harrison tomo mi mano, y yo no podía estar más sonrojada —te presentare a unos amigos.

Una vez que salimos por la ventana de mi casa, fuimos en dirección a casa de Harrison, estaba emocionada por que la primera vez que conocí a la familia Osterfield habían sido de lo más amables conmigo, de seguro los amigos de Harrison serían igual.

Había sido una idiota al pensar eso.

Sam, Harry y Paddy eran chicos geniales a excepción de Tom.
Harry era muy amigo de mi primo, y al instante me había tratado muy bien, a pesar de ser unos años más joven que yo.

Paddy era como el hermanito que siempre quise, y me recordaba a uno de los niños del orfanato, así que le tenia un cariño especial. Sam, el gemelo de Harry, era muy divertido y siempre hacía una ocurrencia para hacerme reír a carcajadas, incluso sin siquiera intentarlo.

¿Como chicos así podían ser hermanos de Tom? El era odioso, había sido así cuando Harrison me presento con el, y cada vez que trataba de hablar con mi primo, Tom hablaba de otra cosa haciendo que Harrison me olvidara y se concertara en su mejor amigo.

—Jess, ellos son los gemelos Harry y Sam —estaba en la casa de los amigos de mi primo, los chicos Holland habían regresado de Tailandia después de algún tiempo lejos de Kingston y Harrison no había parado de hablar de ellos hasta ahora —¿donde diablos están Paddy y T...?

—¡ES UN PLACER JESS! —Dijo el pecoso, creo que el era Harry, no estaba segura —Harrison nos habló mucho de ti.

—Eres más bonita en persona —Dijo el otro chico de pelo zanahoria como el de mamá, Sam, creo. Mi cara no podía tornarse más roja —¿viste lo que ocasionaste Sam? La hiciste sonrojar.

—Descuida, le pasa últimamente —mencionó mi primo divertido y yo solo le dedique una sonrisa. Si supiera realmente por que me sonrojaba, mi cara estallaría como un tomate que arrojas a la pared.

—¡Pero si es mi mejor amigo! —escuche a alguien detrás de mi, haciendo que mi vista buscara la voz que habían articúlaldo aquellas palabras.
Un chico de cabellos castaños se acercó hasta mi primo para darle un abrazo, a lo que mi primo le correspondió.

—No, tú eres mi mejor amigo —menciono mi primo separándose de el—¿donde te habías metido?

—Alguien tenía que ayudar a mamá con algunas cosas —respondió el chico mientras hacía énfasis en su última oración y mirando hacia los gemelos, a lo que estos hicieron caso omiso y se cubrieron detrás de mi.

Genial, era un escudo humano.

— Tom, ¿recuerdas a mi prima Jess de quien te hable? —preguntó mi primo emocionado, me emocionaba saber que Harrison hablaba de mi —Jess, el es Tom, Tom ella es Jess.

—Es un placer Tom —no lo era realmente, pero tenía que fingir que si por Harrison. Desde que Harrison conoció a Tom en un campamento, no había parado de hablar de el en específico, y de las mil cosas que tenían en común.

Tom solo me miro de arriba a abajo para después mirar detrás de mi hombro, sentí como Harry y Sam asomaban la vista en dirección a su hermano.

—Mamá dice que si no recogen su habitación, tirará todo lo que esté en el suelo —Les sentenció Tom.

—¿¡Que!? ¡Mi camisa de la Champions no! —Harry salió corriendo deprisa a lo que Sam solo rodeó los ojos —le he dicho a Sam que no tire nada el suelo, pero sigue haciéndolo —dijo quien yo creí que era Sam. Ahora sabia que era Harry —¿Te quedaras a cenar Jess? —Harry me sonrió.

— De hecho yo...

—Ya te ibas, ¿no? —escuche decir a  Tom, ¿Y a este que le pasaba? — Según Harrison, dice que tu madre no te deja llegar tarde a casa.

—Pero puedo pedirle permiso, eso no es prob....

—Además —interrumpió alzando un poco la voz —hoy solo es noche de chicos —mi primo y Harry le miraron confundidos a Tom —así que adiós —Tom tomo al rubio de los hombros, mientras hablaban de algo que no alcancé a escuchar, y se lo llevaba a otro lado de la casa dejándome sola ahí, jamás me había sentido tan mal, ni siquiera en el orfanato dime habían tratado así.

—Perdona Jess —se adelanto Harry a decir antes de que saliera de la casa Holland llorando hasta llegar a la mía, olvidando el severo castigo que mamá tenía guardado una vez que llegase —Tom no suele ser así, pero es un idiota —dijo divertido y sabia que su intención era hacerme sentir bien — Por no vienes con Sam y conmigo mañana a ver películas?

Sonreí ante aquella propuesta, tal vez no todos los Holland eran un dolor de cabeza después de todo.Desde entonces, Sam y Harry se habían convertido en los mejores amigos que podía tener, a pesar de ser un poco mayores que ellos. La etapa de enamoramiento a mi primo había pasado, y estaba agradecida por ello, estaba algo distanciada de Harrison, el era el gran amigo que había tenido, por que sabia que no había nada que nos uniera, a pesar del apellido, pero cada vez que trataba de acercarme a mi primo, Tom venía con una excusa patética y se lo llevaba, haciendo que solo viera a Tom con ojos de odio y rencor, por haberme quitado a Harrison.

Wrong SpellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora