Silencio

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No existen un mínimo de palabras para que expreses tu amor. Ni un máximo para exigirte ser un poeta.

No es necesario que expreses tu amor con infinidad de cursilerías y tontas palabras que sin duda se te dificultan y te avergüenzas.

Menos que te pongas frente al mundo para reclamarte, cuando yo desde siempre me siento tuya. Al igual que tu sé que eres solo mío.

Solo basta una mirada para que me derrumbes, una sonrisa para que me hagas feliz, notar tu nerviosismo y sentirme pérdida por tus pensamientos, y morirme al saber que detrás de aquella seriedad giras en tu propio mundo donde soy yo tu diosa.

El simple hecho de escucharte decir mi nombre, es como una orquesta tocando mi entrada al cielo, y que me pidas decir el tuyo, es más gratificante que cualquier deseo al notar tu alegría que se convierte en la mía.

Ese silencio que únicamente rompemos cuando me demuestras las mil maneras de amarme cuando bajo las sábanas mantas nos hacemos uno, es lo que me enamoró por completo.

Esa paz, calma y sinceridad que transmites sin palabras, hace que caía a tu merced y permita que seas mi guía y guardián. Tras aquellos suaves susurros que me regalas me hace desear que seas así todo el tiempo, pero sería negar a amar a mis dos amores:

El silencioso y pargo novio que me trata como una princesa y el experto amante que me hace sentir su reina...

—Asuna ¿te encuentras bien? —asintió torpemente.

El joven no pareció convencido por lo que antes de exigirle una respuesta llevó su mano a la frente de la castaña.

—No tienes fiebre —argumento sin quitar su mano —Pero has estado demasiada callada.

—No es nada Kirito-kun —aún sus palabras eran ciertas su novio dudaba —Es solo que me perdí en verte estudiar.

—¿Qué no el acosador soy yo? —dijo avergonzado cuando alejó su calidez de la de ella.

—Es que te veías tan lindo con esos anteojos que me perdí en tu mirada.

El azabache se sonrojo de golpe, y no hizo más que llevar sus manos hacia los causantes de esa conversación y jugar con ellos mientras se los quitaba.

—¿Pensé que me veía como un nerd? —habló suave al recordar las pequeñas burlas por parte del resto de amigos al verlo en una ocasión de esa manera.

—Todo en ti se ve sexy.... Incluso tu silencio —rió al notarlo aún más avergonzado.

—Tú también te ves se... —decidió ver al suelo al sentir que la dificultad de comunicación le sentó terrible.

—Te amo... —agregó antes de tomarle las manos y guiarle los lentes de nuevo a sus ojos.

Levemente el joven separó los labios pero tan rápido como lo hizo, volvieron a cerrarse, como muestra de que en esa ocasión su novia lo había desarmado por completo.

Esa manera única de amarme cuando muerdes tu labio de esa forma, haces que yo sienta morirme al saber que estas gritando cuanto me más.

Mientras eres el silencio, yo seré tu voz... el complemento que nos encaja más el uno al otro.

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Hasta aquí por hoy, luego me saltare medio mundo.

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