Capítulo 1 - Esta historia comienza con un café

35 1 0
                                    

7 de Octubre del 2019 en una ciudad de Asturias ahí me encontraba yo una persona con 27 años de estatura media ojos marrones oscuros como de un color de caca sana, así me lo decia a mí mismo para hacer la broma, con mi pelo corto y desaliñado de color negro oscuro como el fondo de una cueva pero con pocas canas ya por desgracia. Y mi barba de cuatro días que siempre que daba dos besos a alguien se quejaba que pincho. Ahí estaba yo mirando por la ventana de la casa de mi madre mientras llovia en la calle, que como no en Asturias siempre lloviendo.

Karlos- Puff la que está cayendo, ¿Roselina te ayudo con el café?

Roselia mi maravillosa madre, una mujer moderna para la edad que tenia, un poco mas alta que yo de pelo ondulado y de color moreno como el mío, y mismo color de ojos con una nariz respingona. Me gusta llamarla cariñosamente Roselina, aunque a ella no le gusta nada que la llame por su nombre prefiere Mamá.

Roselia- Que te digo siempre. Que me llames Mama-- dijo ella con una sonrisa mientras me miraba y ponía la bandeja con dos tazas de cafés en la mesa de la salita.

Roselia- Venga deja de mirar por la ventana y siéntate con tu madre a tomar el Café

me rasque el pelo mientras iba caminando hacia la mesa de la salita iba vestido con unos vaqueros negros una sudadera color caqui unas botas para el tiempo que siempre suele hacer en Asturias, y no podían faltar mis guantes mitones de vagabundo.

Roselia- Anda! Karlos por favor quitate esos guantes que son hooorribles-- me acerqué a la mesa con cara de asombro al oír decir eso a mi madre

Karlos- Pero si me los regalaste tú mi queridísima madre-- Miré para los guantes y luego para el café- ¿Ohhh ese es el café de la receta secreta de la familia?-- pregunté asombrado mientras me sentaba en el sofá para beber el café.

Roselia- Si, el mismo desde que tu abuelo consiguió hacer la receta secreta en su estancia en Portugal, o eso me decía siempre.

Karlos- Ya va siendo hora que me digas como hacerla y más ahora  que voy a abrir la cafetería

me quede pinzado mirando al café con cara de tonto, como si nunca hubiera visto café y dejandome llevar por el aroma bebí un sorbo sin pensarmelo dos veces.

Roselia- No! espera aún esta calien...

antes de que mi madre acabase la frase escupí el café que me había metido en la boca, estaba caliente no... Estaba ARDIENDO, deje parte de la mesa redonda con café escupido.

Karlos- aaaaa mi lengua, pero esto es es... lava!-- mi madre empezo a reírse de mi, si de mi no conmigo, mi madre siempre con sus risas pase lo que pase y a quién le pase típico de ella, seguramente de ella venia también mi forma de ser, de reírme y ser un comediante.

Roselia- Lo siento hijo es que tú cara al escupirlo era de foto-- limpié la mesa del café que eche-Pues sabes Mamá, tengo pensado hacer este café en la cafeteria, ¿Que opinas?-- le pregunté aun sabiendo lo que me iba a responder- Hijo es tu cafetería puedes hacer lo que quieras-- Puse cara de asombro al oír a mi madre, y volví a cojer la taza con el café y pensé que por una vez en mi vida algo aunque solo fuera una pequeña cosa en mi vida, iba a funcionar.

Karlos- Sabes madre, creo que me ira bien con esa cafetería. Con este café que esta riquísimo y este tiempo que siempre hace por esta ciudad, algo me dice que me irá bien- comenté todo eso mientras miraba a la ventana viendo caer las gotas de lluvia.

Roselia- Hijo eres muy buena persona, pero de buena tonta pero si algo quieres en esta vida y quieres que te vaya bien, pondrás todas tus ganas para que vaya bien- la sonrisa que puso mi madre al decirme esas sabias palabras, me llenaron de confianza hacia mi mismo, menos lo de buena tonta, pero tenía razón. - ¿Al final ya sabes como llamar a la cafetería?- me preguntó mi madre a lo que yo le respondí con una sonrisa- Si, se llamará "Café con Historias" cada persona que venga a tomar café tiene su historia, tiene su vida y yo ofreciéndoles este café, aunque esten mal les podré dar un buen momento y si están bien, pues mas bien estarán. - todo eso que dije me salió del alma y del corazón, hasta yo mismo me asombre al decir esas palabras.

Roselia- Vaya hijo eso que has dicho lo tenías preparado verdad?- echo una pequeña sonrisa aún sabiendo que eso me salió de mí mismo.

Karlos- Espero de verdad que me vaya bien, entre que me encanta el café y poder hacer feliz a la gente.- resoplé y me bebí todo el café que ya se podia beber sin quemarme. Al decir esas palabras, estaba emocionado de abrir la cafetería pero a la vez estaba algo temeroso, la gente es como es cada uno con sus defectos y virtudes pero al fin y al cabo son personas, con sus problemas, sus sentimientos y su vida, me levante del sofá y fui directo otra vez hacia la ventana.

Roselia- ¿Estas bien hijo?- me preguntó mi madre algo preocupada, yo estaba de pie mirando la ventana las gotas de lluvia, la verdad que me gustaba la lluvia dan para pensar sobre la vida.

Karlos- Si Mamá todo bien, pero todo me irá a mejor- le dije mientras me volteé con una sonrisa en mi cara, pensando en como me irian las cosas pensando positivo  o acaso la vida no trata de eso? de vivir y vivir siempre bien.




Café con historias.Where stories live. Discover now