Capítulo 12: Dieciséis años

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- ¿Entonces? ¿Tiene algo de lo que quejarse? ¿Sobre mis misiones? Tengo entendido que he logrado todas – le dijo Dazai sin perder su sonrisa

-Si, eso es cierto, y a la perfección – le respondió Mori, aunque sus ojos estaban serios– sin embargo, se ha mencionado mucho por aquí que has estado marcando una reputación de irresponsable

- No se debe vivir de los rumores, solo soy yo – le espeto Dazai sin pensarlo mucho, Mori le sonrió con calma

- Dazai-kun, solo quería felicitarte por tu trabajo bien hecho ¿No estas feliz?

- Claro, yo vivo de eso – le dijo Dazai con una mueca de desagrado

- He decidido darte un premio de felicitación – dijo Mori continuando, sonriendo con peligro – Puedes usar ese regalo como se te dé la gana

- Que interesante ¿Dónde está? – le dijo sin interés el castaño, Mori negó con la cabeza

- En un año estará por acá

- Vaya, el mejor regalo – dijo Dazai con sarcasmo - ¿Puedo irme?

- Adelante, nos vemos pronto, Dazai-kun – le dijo indicándole con la mano que se retirara, el castaño lo hizo con el buen humor completamente desaparecido. Solo suspiro y salió a la oscura noche, en busca de lago que callara sus pensamientos recurrentes que no lo dejaban estar en paz, ni siquiera en sus sueños. Quizás debía buscar algo con lo que entretenerse, como un ayudante o una mascota

Chuuya

El pelirrojo miraba con atención sus manos, hizo una mueca de desagrado por la sangre que las empapaba, sin pensarlo dos veces comenzó a lavarlas con el agua de la llave del baño, cuando vio que ya estaban limpias, salió del baño. Notando que aun no quitaban la macha de sangre del centro de la sala. Si bien, solo lo habían tratado de matar hace solo una hora, ya deberían haber quitado el desorden, pero, como era evidente, ni siquiera se habían asomado a intentar limpiar. Suspiro, mejor iría a visitar a Neesan antes de irse a dormir.

Mientras caminaba en dirección a la oficina de Kouyou, los subordinados lo saludaban con respeto, el les sonría y devolvía el saludo. Aun cuando decían que el pelirrojo tenía un carácter de mil diablos, solían llevarse muy bien todos, Chuuya tenía una reputación de alguien increíble, capaz de ser amigo hasta del más duro de los miembros de la sede, casi no había nadie en el edifico que no lo conociera, aunque el muchacho no se deba cuenta de este hecho, simplemente seguía con su vida, sin comprender cuando admiradores tuviera.

- Neesan, vine a visitarla antes de irme a dormir – dijo mientras entraba a la habitación de Kouyou, esta se levanto para ir a abrazarlo como saludo, pero hizo una mueca antes de hacerlo, simplemente suspiro

- Tienes sangre en toda tu camisa, Chuuya – le dijo con voz enfadada, este se miro la ropa, notando que efectivamente la sangre había saltado sobre su ropa, la miro avergonzado.

- Lo siento, no lo note, Neesan – le dijo con suavidad, esta se acerco a el y le acaricio el cabello con calma, antes de volver a sentarse en su asiento. Chuuya se sentó enfrente de ella

- Te he dicho que ante todo te tienes que mantener presentable y…

- Elegante, aunque este en medio de una catástrofe – continuo el pelirrojo repitiendo de memoria lo que siempre le decía Kouyou cuando lo veía desordenado, cosa que no pasaba muy seguido. Esta le asintió dándole la razón

- Esta bien, lo dejare pasar hoy, pero solo porque no lo hacía desde hace algún tiempo – le dijo mientras lo observaba – Parece que me quieres decir algo

- Mis manos se siguen ensuciando – le comento Chuuya pensativo – He intentado usar armas o estrategias de distancia, pero se siguen ensuciando, es desagradable

Kouyou asintió comprensiva, desde un principio al pelirrojo este hecho le había molestado, “Lo hacían sentir sucio” le decía siempre. Se levanto y se acerco a un armario que había en la habitación, sacando con cuidado un pequeño paquete, se lo entrego a Chuuya que la miraba curioso.

- Los mande a hacer hace algún tiempo, están protegidos por dentro, impedirán que la sangre se filtre a tus manos, anda, ábrelo – le dijo mientras se volvía a sentar, observando a Chuuya abrir el paquete.

El pelirrojo saco unos guantes hechos a la medida, completamente negros, parpadeo encantado por ellos, le sonrió a Kouyou y se los coloco feliz. Observo sus manos perfectamente ocultas, sin duda un regalo maravilloso

- Gracias Neesan, son perfectos – le comento maravillado, esta le sonrió feliz

- Me alegro de que te gusten ¿Cómo te fue en tu misión?

- Bien, se termino con éxito, vi un paisaje precioso mientras caminaba por la plaza, los copos de nieve se habían atorado de una rama y reflejaban la luz de una manera preciosa, parecían estrellas que habían caído del cielo

- ¿Tienes alguna foto?

- No, Tachihara me empujo y destruyo la imagen – le dijo con malhumor, Kouyou ladeó la cabeza

- ¿Tachihara? Si no me equivoco el es cercano a tu edad

- Si, nos tocan misiones juntos seguido – le comento encogiéndose de hombros, la mujer lo miro interesada

- He escucho unos rumores interesantes últimamente – le dijo con una sonrisa curiosa

- ¿Sobre qué?

- Dicen que ustedes dos tienen más que una amistad ¿Es cierto?

- ¡No! – exclamo horrorizado Chuuya – eso no sería posible

- Si, lo suponía, pero parece ser que ese muchacho si está enamorado de ti – le expuso sin escrúpulos Kouyou, el pelirrojo asintió avergonzado

- Ya lo rechacé, Neesan, no hay ninguna posibilidad de que salga con el

- Una pena, es un chico que te querría mucho

- Pero no lo suficiente, y, sobre todo, yo no podría amarlo como seguro merece – le contesto Chuuya con sinceridad

- ¿Eres feliz acá Chuuya? – le pregunto Kouyou luego de unos segundos, el pelirrojo la miro pensativo

- Es una felicidad incompleta, Neesan, como si estuviera forzado a sentirla y sobre todo crea un sentimiento de culpabilidad que no puedo quitarme – le respondió con una sonrisa triste – Mi felicidad completa no está acá

- Lo suponía – dijo la mujer con un suspiro comprensivo - La verdad, Chuuya, tenía que ir a hablar contigo, es una suerte que hayas venido ahora

- ¿Sí? ¿Qué ocurre Neesan? ¿Tengo alguna misión que hacer?

- No, felicidades Chuuya, has completado tu entrenamiento - El pelirrojo se tensó y la miro sin expresión

- ¿Qué significa eso?

- Dentro de un año regresaremos a Yokohama, para que puedas trabajar en la sede – le dijo esta con una sonrisa suave.

Chuuya se levanto de la silla del impacto, y le sonrió feliz

- ¿Eso es cierto?

- Si, ya es hora de volver

El pelirrojo la miro emocionado, por fin podría ver a Dazai, solo un año, solo un año más, bueno, unos meses y podía volver a estar junto a él, y esta vez, no iba a permitir que nadie los volviera a separar

El pelirrojo la miro emocionado, por fin podría ver a Dazai, solo un año, solo un año más, bueno, unos meses y podía volver a estar junto a él, y esta vez, no iba a permitir que nadie los volviera a separar

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A tu lado - Soukoku (Terminado)Where stories live. Discover now