Al chico de mi clase

1

Hoy me decepcionaste por primera vez, y claro, nunca vas a saberlo, ni siquiera te interesaría.
Estaba sentada detrás de ti, posición en la que no me gusta estar, ya que de este modo es más fácil que te des cuenta si te veo. La clase aún no comenzaba, tú mirabas por la ventana, algo que siempre haces. Varias veces me he sorprendido a mí misma viéndote mientras tú, absorto en tu mundo, miras los árboles fuera del salón de clases. Sin embargo, esta vez fue diferente, estabas con uno de tus amigos.
Aquel día un fiesta tendría lugar y todos en la escuela estaban invitados. El motivo por el que ambos miraban por la ventana era que estaban calificando a las mujeres que pasaban en un rango del 1 al 10. Esto no lo supe hasta más tarde. La parte decepcionante fue que cuando una de tus amigas se aproximó a ustedes para preguntar qué estaban haciendo. "Viendo quién va a caer hoy en la noche" fue tu respuesta. Seguido de esto, continuaron con calificar a las chicas, sin percatarte de que los escuchaba, y, probablemente sin percatarte de mi presencia. O tal vez ni siquiera te importaba.

"Ésa es mi novia, o bueno, quiero que sea mi novia", dijiste tú.
"¿Cuál?", respondió la recién añadida.
"La del suéter verde, rubia, sentada entre la de playera roja y la de chamarra negra, me la voy a dar hoy".
"¿Ah sí...?"

Preferí ponerme mis audífonos. Cada vez me sorprendía más lo cliché que estaba volviéndose la situación. "El chico guapo del salón que tiene a quien quiere cuando quiere y la chica nueva que tiene un crush con él". Aunque no me puse a ponderar acerca de esto hasta más adelante.
Dejaron de hablar cuando comenzó la clase, aunque tú no dejaste de mirar por la ventana. No volviste a hacer ningún comentario durante la clase, ni a tus amigos, ni a la clase en general.
Sé que todo lo que acabo de escribir puede sonar algo psicópata, pero sería muy raro simplemente comenzar a hablarte de la nada a este punto del ciclo escolar. Por tanto, prefiero observarte disimuladamente, es lo único que hago con respecto a ti, ni siquiera le hablo mucho de ti a mis amigas, casi nadie en mi escuela sabe siquiera que me gusta alguien. Claro que no recojo tu basura para guardarla, ni te sigo, ni siquiera sé qué horario llevas fuera de las clases compartidas que tenemos, o en qué camión te vas, de hecho ni siquiera sé si te vas en camión. Tampoco estoy tan mal de la cabeza. Entiendo perfectamente que tú tienes tu vida, yo tengo la mía y nunca van a converger. No tengo problema con esto, al fin y al cabo, estoy acostumbrada.