-No sé de qué estás hablando- Lauren se burló, algo avergonzada.

-Lauren te conozco. Te preocupa perderte el nacimiento del cachorro, el no conectar con tu propio hijo porque no estás en el embarazo-. Sabía que tenía razón, y por la leve mirada en sus ojos supe que había dado en el punto. -Eres su otra madre y nada cambiará eso. Te amo, y también lo hará nuestro cachorro.

-Pero no está en el plan- murmuró Lauren, tragando profundamente. Sonreí suavemente, dejando que una pequeña risita escapara de mis labios.

-Lauren, ¿cuántas veces tengo que decírtelo? La vida no es perfecta, y nosotras tampoco. Por mucho que lo intentes, el universo no te permitirá tener una vida perfecta. Las cosas pasan Lauren, así es cómo funciona. No vamos a tener una vida perfecta e idílica. Pero nos tenemos la una a la otra, tenemos amor, y a nuestro cachorro. Este es el plan.

Lauren me miró por unos segundos, sus ojos se clavaron profundamente en los míos. Ella estaba respirando pesadamente, debido a la ira, y podía escuchar el palpitar de su corazón. 

-Sabes lo que siento por ti, no?- Rompió el silencio. -Yo ...- tragó profundamente, ahogándose con la palabra. -Yo te…- su voz se quebró de nuevo.

-Silencio - susurré, besando sus labios suavemente. -No lo digas. No tienes que hacerlo, lo sé y eso es todo lo que importa. Te amo-. La besé de nuevo.

-Y yo- respondió, y sonreí antes de besarnos de nuevo. Nuestros labios se movieron en sincronía, moldeandonos, mientras saboreamos el sabor familiar de la otra. Mis manos recorrieron el cabello de Lauren, mientras que sus dedos se clavaban ligeramente en mis caderas.

Alejándome, un rato después, apoyé mi cabeza contra la suya. 

-Entonces, me quedo?

-Sí- Lauren asintió, presionando otro suave beso en mis labios. -Te quedas.

Lauren se quedó en la manada de Hender un día más, antes de tomar un avión de regreso a nuestra manada. Lloré después de que se fue, sosteniendo una de sus camisa. Olía a ella, y la apoyé contra mi mejilla.

-¿Estás bien?- Preguntó Evan, apareciendo en la puerta. Lauren había trasladado mis maletas a la cabaña donde vivíamos con Evan. La cabaña contaba con dos habitaciones, una para cada uno.

-Ojalá pudiera estar con ella-, resoplé, limpiándome los ojos. -No quiero a otras lobas a su alrededor. Pensarán que ahora está soltera e intentarán ser sus compañeras.

-Sabes- dijo Evan, caminando lentamente hacia la habitación antes de sentarse a mi lado en la cama. -He estado en el manada de Endoro toda mi vida, y nunca he visto a la Alfa Jauregui tan feliz antes. Realmente te ama.

-Sé que lo hace- suspiré, -pero sigo preocupándome de las otras lobas que van a estar tratando de dormir con ella. Confío en Lauren, pero no confío en las mujeres que la rodean.

Miré a Evan y sonreí con tristeza.

-Lo siento, me siento miserable-. Me limpié los ojos, antes de dejar la camisa de Lauren. -Es Luna Llena mañana, ¿cuántas veces has cambiado?

-Cinco o seis- respondió él, encogiéndose suavemente. -Todavía me duele mucho. ¿Qué hay de ti? ¿Todavía te duele?

-Sí. ¿Te quedarás conmigo mañana por la noche, cuando cambiemos? Todavía tengo miedo-, admití, sonrojándome suavemente.

-Por supuesto, estaré contigo- asintió, ofreciéndome una pequeña sonrisa.

-No sabías sobre el bebé, verdad?- Le pregunté, y él negó con la cabeza. -Lo siento, pensé que Lauren te lo había mencionado. Sé que debe ser mucha responsabilidad, cuidar tanto de tu Hembra Alfa como del cachorro de la Alfa, estoy agradecida.

-Solo fue un shock del momento, eso es todo. Quiero decir, pensé que era un gran deber vigilar a la compañera de la Alfa, pero al enterarme de que también confiaba en mí con su cachorro por nacer, me sorprendió. Honrado, por supuesto. Lo soy, pero wow, es una gran responsabilidad. Prometo mantenerte a salvo, Camila.

-Gracias, Evan, confío en ti y Lauren también-. Sonreí, antes de acercarme y tomar su mano con la mía. Le di un pequeño apretón, mientras compartíamos una sonrisa.

Valentine vino a recogernos por la Luna llena la noche siguiente. 

-Ven conmigo-, dijo, -toda la manada se va al bosque-. Nos hizo un gesto hacia adelante, uní mi brazo con Evan y lo seguimos.

-No te asustes- Valentine nos sonrió suavemente, -somos una buena manada. Ustedes dos se ven aterrorizados-. Él soltó una suave risa, sus ojos dorados se arrugaban en las esquinas.

-Lo siento, Alfa-, Evan habló por los dos, -no es que le tengamos miedo a la  manada. Solo que todavía estamos nerviosos por el cambio, todavía nos duele.

-Oh, bueno, estarás bien-, respondió, ofreciéndonos una gran sonrisa.

-Gracias-, le dije a Valentine, asintiendo ligeramente hacia él. Ambos comprendimos que los dos éramos líderes, pero teníamos que actuar de manera diferente. 

Nos reunimos con la manada Hender, y Valentine dijo unas pocas palabras, antes de que la Luna comenzara a salir. Evan comenzó a cambiar primero, ya que era unos meses más chico que yo, y tenía menos experiencia, no es que fuera la más sabia al respecto.

Sin embargo, me quedé con él mientras cambiaba. Cuando cambié grité, y lloré, y grité un poco más. Pero, podía decir que el dolor estaba siendo menor con el paso de los meses, esperaba que pronto dejara de doler.

Cuando estuve completamente cambiada, me puse de pie sobre mis cuatro patas y estiré la columna vertebral. Miré a Evan, y gruñí suavemente en un saludo. Su lobo era más grande que el mío, con un largo cuerpo aerodinámico y un pelaje marrón oscuro, casi rojizo.

Esperamos que el resto de los miembro del manada Hender cambiara.

Una vez que todos cambiaron, Valentine, su lobo de color dorado como su cabello y ojos, echó la cabeza hacia atrás y aulló. Todos los demás siguieron su ejemplo, aullando ruidosamente a la luna. Con Evan nos miramos, antes de unirnos al aullido.

Entonces, Valentine comenzó a correr. Y, de repente, todos los miembros de la manada corrían con él, como una gran ola que se mueve hacia la orilla. A Evan y a mí nos llevó un momento darnos cuenta de lo que sucedía. Hasta que salimos corriendo con la manada Hender.

Con sangre de Alfa - Camren Lauren G!P Where stories live. Discover now