Prólogo: Cosas que me gustaría saber, y no sé

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El día era completamente lluvioso la vez que se cuestionó lo que había sucedido, de nuevo.

O quizás cuestionarse no era la palabra correcta, más bien pensar. ¿Pero cuánto se podía pensar en algo sin que se volviera una costumbre repetitiva? Era difícil saberlo con exactitud, aún más por el hecho que Robin no llevara su vida de un modo lineal. Él sabía, con exactitud infinitesimal, el momento preciso del tiempo en que se encontraba; pero era incapaz de superar un momento pasado. Sin importar lo que hiciera, sus pensamientos siempre parecían llevar a esa misma chica, esa irrespetuosa princesa que no podía decir cinco palabras sin maldecir y que siempre lucía de un modo diferente.

¿Cuánto podía durar el luto? Irónicamente, no tenía una respuesta para esa pregunta temporal. Demasiado subjetiva para él. Solo sabía que, desde que se había quedado en la comunidad tras el funeral del magister, los días lluviosos se habían repetido uno tras otro. Lo que más había extrañado de la comunidad durante su tiempo en el mundo humano había sido el perfecto clima, pero quizás esos habían sido los recuerdos de un niño ingenuo que había vivido demasiado atrás. De todos modos, ningún brujo tampoco se estaba molestado en hacer magia para mejorar el clima, tan gris como era el ánimo de todos.

Ella no podía haberlo matado, no la cambiaformas que se había negado durante días siquiera a besarlo por temor a las consecuencias políticas que eso podría traer. ¿Por qué habría de hacerlo? Eso tenía tan poco sentido como creer que el magister se había suicido, en toda la historia no había un solo registro de que un brujo hubiera cometido suicidio. ¿Entonces cómo explicar lo que había sucedido? Nadie tenía problemas en señalar a una descendiente de Loki como la responsable, después de todo los cambiaformas siempre habían sido vistos como seres malvados por naturaleza. ¿Pero no se trataba de los mismos seres que lo habían hospedado una noche y habían compartido su cena con él a pesar de ser un completo desconocido?

Robin había dedicado toda su vida al estudio, no porque quisiera ser un buen guardián del tiempo, sino porque deseaba comprender más que nada a esa extraña niña que una noche había aparecido en su casa; que él mismo había llevado allí mejor dicho. Los cambiaformas no eran seres malvados, tan solo no se preocupaban en lo que los demás decían sobre ellos como para intentar desmentirlo. Eran traviesos, y problemáticos, pero no eran malvados para nada. ¿Cómo podía ser malvada una chica que, contra cualquier lógica, se había presentado en el funeral del magister aún sabiendo que era buscada por ser acusada de provocar esa muerte? Él había escuchado su desgarrador grito al decir que había sido su padre también, y la había visto contener las lágrimas mientras se despedía. Y nadie, jamás, lo convencería de que Nina Loksonn no había llorado por la muerte de un brujo.

Los días no habían sido de los mejores desde entonces. Aún cuando sabía que, teóricamente, no tenía nada que hacer allí al haber renunciado a su nombre no podía simplemente abandonar a su familia con lo que estaba pasando. James se había pasado los días desde que lo había vuelto a ver reclamándole, de aquel modo desinteresado e indiferente que tenía su hermano para ocultar que le importaba, el hecho que no le dedicara tiempo o atención. Si hubiera intentando partir, James no lo hubiera detenido, pero si Robin apenas podía con la situación no quería imaginar cómo estaría su hermano mayor quien había pasado cada día de su vida junto a su padre. Eso sin mencionar a su madre...

Se detuvo al escuchar los ruidos de golpes seguido de las crueles acusaciones. Apuró el paso, reloj en mano en caso que fuera necesario aprovecharse del tiempo pero ya alguien había intervenido para el momento en que encontró la escena. El niño cambiaformas miraba desde el suelo con rencor a los dos jóvenes brujos que lo habían hecho terminar allí en primer lugar, posiblemente por magia al no querer tocar a lo que llamaban escoria. No era el primer altercado que había sucedido en las últimas semanas. Cada vez eran más frecuentes, y los adultos pretendían hacer ojos ciegos ante semejante maltrato hacia los cambiaformas.

Inténtalo si puedes (Trilogía Nina Loksonn #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora