—¿Qué ordenaron está vez, hermano? —preguntó Guerra.

—Nos dieron una misión sigilosa en el reino del hombre —señaló muerte.

—¿El reino del hombre? —dijo Furia.

—¿Cual es el asunto? —Disputa preguntó, balanceaba sus armas Redención y Misericordia casualmente.

—Los ángeles y demonios de alguna manera se abrieron paso sin ser detectados en ese planeta, viven como humanos normales. El consejo dijo que sólo bastará uno —La Muerte dijo.

—Iré yo, hermano. ¡Permitirme llevar a cabo su juicio en la tierra! —Refutó guerra, muerte dio un bufido.

—¿No te acuerdas la última vez que fuiste a la tierra, hermano? —dijo Furia—Destrozaste un ejército de humanos y casi me matas. La sutileza no es una palabra que está en tu diccionario —Frunció su ceño, de no haber sido por muerte pudo haber sido empalada por Chaseater... Ella hubiera muerto.

—La palabra control no esta en tu léxico... Algo importante en esta misión —dijo Muerte, Guerra gruño levemente—¿Quién de ustedes irá a esta misión? No tengo tiempo para irme escondiendo por cada lugar que vean.
—-¿Demasiado para ti? Al parecer te estás oxidado, Muerte —río Furia.

—No puedo, hermano. Tengo un encargo lejos de aquí... tengo que ir a marchar unos cuantos constructos, serán buenos para jugar tiro al blancos —Disputa dijo para guardar sus pistolas.

—Yo tampoco hermano, tengo que encargarme de algunos no muertos en el reino de los muertos —Furia vociferó antes de empezar a irse.

—¿Adónde crees que vas? —Grito muerte —¡Si estos grupos siguen así llevarán a la extinción y una revuelta en todo el reino!

—Piensas mal de mi hermano —Dijo descaradamente—. Además, si no mal recuerdo esto también fue una orden para ti, y tu estas libre de cualquier cargo puesto —Furia siguió su camino mientras reía, el gruñido de Muerte hizo que casi diera una carcajada.

—Te dejó, hermano, también tengo trabajo que cumplir —Disputa también se iba, dejando solo a Muerte con Guerra.

—No me mires, tengo un problema de "auto-control y manejo de la ira" —Muerte bufo del comentario sarcástico, Guerra solo se limitó a reír. El ojo derecho de Muerte se centro en guiñar mientras tenía los puños cerrados.

—Si no fueran mis... ¡Bah! ¡Qué importa! —Ladro furioso mientras camino en otra dirección -parecen niños pequeños.

—¡Muerte! —grito Disputa, Muerte sólo tomó el objeto por inercia dándose cuenta que era una de las pistolas de su hermano, Redención—Si alguna vez te aburres de sacar esas guadaña tuyas, por favor... dedicarme una ronda no vendría mal —después de unos segundo de contacto visual el la enfundó antes de ver como su hermano se retiraba. Disputa solo rió en silencio.

—¡De nada hermano! —dijo sabiendo el sentimiento de su hermano. El se preocupaba de sus hermanos pero nunca lo admitirá. Era la muerte, ¿Por qué la Muerte misma debería tener emociones simples?
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Tuvo que tomar la misión a regañadientes. ¿Qué importaba ser el líder de los cuatro jinetes si tus compañeros toman la misma de cierta manera? Unánimes podría ser la palabra. Tenía una idea, tal vez era la más sencilla.

Se dirigió a un planeta comercial cerca del planeta volcánico en el que estaba Consejo Carbonizado. Tenía después después de todo llegar a la tierra sin formar un escándalo. El planeta era como cualquiera que se dedicará al comercio, vender armas, vehículos o sus partes, artefactos de grandioso valor u objetos comunes de uso diario o productos raros de una grandiosa utilidad. Pero esto poco importaba para el. Sabía que había una persona en esta multitud que el atraía su atención exclusiva... la pregunta más frecuente era como se ocultaba tan bien entre la gente. Se adentro en lo más profundo del bosque, no hubo muchos problemas más que algunos monstruos menores con hambre.

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