Bésame, luego quéjate.

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Había veces en que a Momo se le hacía realmente difícil soportarlo.

La chica era conocida por su paciencia infinita, pero quién iba a decir que Bakugou Katsuki sería capaz de agotarla incluso a ella.

El chico llevaba hablando y quejándose solo por más de una hora y si bien Momo lo estaba escuchando atentamente al principio, ahora solo estaba quejándose por quejarse.

¿Qué qué es a lo que quiere decir con ello?

⎯ ¡...Y entonces el maldito Deku se paró en frente mío cuando yo estaba en la fila del almuerzo y UUUUGGGH, LO ODIO! ¡PUTO DEKU, COMO SE ATREVE A PARARSE EN FRENTE MÍO Y RESPIRAR TAN FUERTE! ¡Te lo juro, Momo, que lo está haciendo a propósito! ¡El bastardo me ve tranquilo y tiene que acercarse a mí y respirar al lado mío!

Esto. Esto es a lo que se refiere.

Por favor, el pobre Midoriya también necesita respirar, Bakugou.

Momo le dirige una mirada y Bakugou sin saber cómo interpretarla calla abruptamente, comenzando a respirar hondo en un intento de controlar su ira.

⎯ ¿Te calmaste?

Pregunta ella con una pequeña sonrisa y él asiente.

⎯ Sí, sí ya me calmé.

Por unos momentos, Momo se permite disfrutar del silencio que finalmente los rodea con un suspiro, satisfecha.

Entonces, la voz de Bakugou la interrumpe de nuevo.

⎯ ¿Pero sabes lo que más me da rabia...?

Por primera vez, un gruñido exasperado se escapa de Yaoyorozu mientras lo mira atentamente, como si le advirtiera con los ojos "Una palabra más y te juro que..."

¡Por dios! ¡Bakugou ni siquiera la está mirando!

Listo, suficiente, Momo no puede tomar más de esto.

Sin pensarlo demasiado, Yaoyorozu se sienta en las piernas de Bakugou al tiempo en que él la mira con los ojos bien abiertos.

⎯ ¿Pero qué...?

No puede ni terminar la frase cuando ella lo agarra de su polera negra y choca sus labios con los de él a lo que Bakugou calla e incluso cuando no se lo había esperado, devuelve la caricia que su lengua hace en sus labios.

Cuando intenta separarse de ella, Momo insiste y sigue besándolo, llevando su lengua a explorar todo lo que tenga delante de ella aun si el aire se le está acabando.

Al separarse, la cara de Katsuki está completamente roja y ambos dejan salir pequeños suspiros mientras toman aire. El ceño de Momo está fruncido, todavía está algo enojada, pero aquello no impide que sus mejillas estén completamente sonrojadas al tiempo en que lame sus propios labios y le dice a su novio.

⎯ Bésame, luego quéjate.

Él la mira con los ojos abiertos, atentamente tomando y grabando cada detalle de la vista en frente suyo en su cabeza hasta que la sorpresa en su cara es reemplazada por una sonrisa burlona mientras sus manos se colocan en sus caderas y sin decir nada más, la besa apasionadamente de nuevo.


Yaoyorozu tenía que admitirlo, esta estrategia funcionaba de maravilla para callarlo y a decir verdad, no le importaría tener que usarla de nuevo.

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