Warzone Legacy || Pietro Maximoff

Capítulo 16: "Sokovia parte 2"

Tony la depositó en el suelo una vez que ambos se encontraban dentro del castillo. Una brisa fría recorría los pasillos y Liv se aventuró a deducir que la temperatura era más baja adentro que afuera. El hombre le hizo una seña para que permaneciera callada mientras hacía un escaneo del lugar. Estaba vacío, lo cual ambos encontraron perturbador.

El hombre comenzó a caminar sin un rumbo fijo, esperando que mágicamente desembocara en el lugar indicado, mientras que la chica permaneció inmóvil con el ceño fruncido. Algo no andaba bien. O eso creía, al menos. No sabía cómo interpretar aquella sensación que la había invadido de repente. Su cuerpo parecía reproducir la vibración de una cuerda de guitarra al tensarla o la de un diapasón al ser golpeado contra una superficie.

—¿Liv? —susurró Tony al ver que la muchacha aún no se movía— Debemos movernos. Corremos riesgo de que nos descubran.

—Espera un segundo.

Giró noventa grados hacia su izquierda y la sensación se intensificó. No quería ser la chica estúpida con grandes senos de las películas de terror y avanzar a una muerte asegurada al bajar al sótano sin remera, por una razón que nunca nadie terminó de comprender. Pero algo en aquella vibración la estaba llamando y, ciertamente, tenía mejores reflejos que le ayudarían a no morir, o eso esperaba al menos.

Le indicó a Tony que la siguiera y éste no replicó. Ese era otro punto a favor: las chicas estúpidas de las películas de terror no tenían a Iron Man cubriendo sus espaldas. Estaría bien.

La vibración la guió por unos oscuros pasillos. Afuera, gritos, explosiones y disparos. Esperaba que eso funcionara como distracción suficiente que les permitiera pasar desapercibidos en su búsqueda. Tony se aseguró de que Liv se detuviera antes de desembocar en la siguiente habitación, adelantándose mientras le indicaba que permaneciera en su lugar. Escuchó al hombre hablar y, acto seguido, un tiroteo que duró aproximadamente diez segundos. La chica consideró el cese de disparos como su señal para avanzar, esquivando una serie de cuerpos hasta llegar a Tony, quien se encontraba tipeando en una computadora y dándole órdenes a Jarvis sobre la información que encontrase.

La habitación era enorme, un laberinto de escritorios a oscuras, además de que el lugar no parecía cumplir con el reglamento de limpieza adecuado. Sin embargo, no había ni una puerta ni ventana. Era un callejón sin salida ¿Por qué la vibración la había guiado hasta ahí? Ahora más que nunca pensaba que había caminado directo a una trampa. Tal vez si fuese la chica estúpida de las películas de terror.

Pero, si así fuera, ya los habrían atacado. Además, la vibración seguía latente en cada uno de sus músculos con más intensidad que antes. Estaba cerca, podía presentirlo.

—Tenemos una segunda mejorada —se escuchó la voz de Steve desde el intercomunicador—. Femenina. No ataquen.

Esa tenía que ser Wanda. Si estaba en el edificio era cuestión de tiempo para que los encontrara y, si sus suposiciones estaban en lo correcto, no saldrían favorecidos de esa batalla.

Avanzó hacia una de las paredes a su derecha, bajo la mirada confundida de Tony, y presionó su mano sobre la misma. Sonrió con satisfacción cuando se abrió como una puerta, dando lugar a un pasillo previamente oculto.

—Sabía que servirías de algo en las misiones —el hombre le dio una palmada en el hombro, retrocediendo sobre sus pasos hasta la computadora que aún descargaba información— ¿Crees que puedes arreglártelas sola allí abajo? —sabía que a Tony le había costado muchisimo decir aquellas palabras, pero ella apreciaba la intención de confiar en ella lo suficiente como para dejarla ir sola.

El pasillo detrás de la puerta secreta desembocaba en una habitación el doble de grande que la anterior. Entre la penumbra se podían divisar varios artefactos sobre escritorios o esparcidos por el piso y, colgado del techo, una especie de gusano gigante hecho de metal ¿Qué demonios era todo aquello?