— Está bien, tu madre salió a ver a unas amigas y tu padre estará en su despacho, si necesitas algo solo llámame, te vendré a ver para ayudarte a preparar para esta noche — Le sonrió y salió de la recamara, tomo su medicamento y decidió quedarse un rato más en la cama, si solo ella hubiera sabido que aquel dolor de cabeza era presagio de su corazón roto el cual reflejaba un dolor más profundo

Cuando despertó era cerca del medio día, el dolor había cesado bastante pero no se sentía con mucho ánimo aún, pero tomo fuezas para salir de la cama, bajo al primer nivel, la mansión estaba ubicada en uno de los mejores zonas de Londres, hermosamente decorada, toda la mansión había sido remodelada recientemente con los maravillosos gusto de su madre, cuando bajaba por las escaleras para ir al despacho de su padre, vio una de las nuevas adquisiciones de su familia, sobre la chimenea de la recepción encontré el cuadro que habían mandado hacer con su retrato, su cabello castaño hermosamente ondulado, sus ojos cafés y labios rojos y al pie del marco su nombre Camila Cornwall, esa pintura era una fantasía, la hacía ver más hermosa de lo que era, estaba tan sumergida en mis pensamientos que me sobresalte cuando unas manos se colocaron en mi hombros

— Te gusta — Su padre observo nuevamente el cuadro, estaba orgulloso del maravilloso trabajo del artista con el cuadro de su hija — Lo entregaron esta mañana pensé que te gustaría el lugar que escogí para él — Aquel hombre era gallardo para su edad de cabello negro pero con ojos azules el Guillermo Cornwall, Duque de Brigstone, sus padres eran un matrimonio ideal, se casaron como muchos por medio de un contrato matrimonial, pero con el tiempo encontraron intereses que los unieron y nació el amor, ahora su mayor preocupación era que esta era la cuarta temporada de su hija, era hermosa por eso no la habían catalogado como solterona

— No crees que es un poco pretencioso — Ella no parecía contenta con el cuadro, había algo en el que la hacia verse como irreal, más como una figura de porcelana, solo un trofeo para capturar, ahora estaba ahí en medio de la sala, donde todas las visitas lo podían ver — Pensé que ese lugar sería para el retrato familiar

— Eres mi tesoro y quiero que todos puedan admirarte, eres hermosa, tal vez demasiado impulsiva, pero eres de las jóvenes más hermosas de todo Londres, será una pena cuando por fin un caballero robe tu corazón porque me alejaran del más bello tesoro que tengo, pero a donde ibas

— Baje para darte los buenos días, pero también a investigar si acaso ya había llegado mi vestido

— Tu madre aún no regresa, pero no debe tardar, le podrás preguntar, ahora porque no me acompañas al estudio y tomas un té conmigo — Le ofreció su brazo el cual tomo gustosa

— Dónde está Francisco — Cuando bajaba siempre encontraba a su hermano leyendo el periódico o trabajando en un estudio particular que tenía justo en la entrada de la casa

— Salió a montar con Nicolás muy temprano, después tenían que ver unas cosas en los muelles pero volverá para irnos todos juntos a la velada — Francisco era su hermano, un mujeriego incapaz de sentir amor por alguien ajeno a la familia, su padre estaba tratando de buscarle una prometida pero con su fama de mujeriego no había tenido suerte a pesar de la fortuna y buen nombre de la familia y no era porque no haya habido alguna chica que intentara conquistarlo, pero el parecía siempre saber cómo salir invicto, sin embargo Nicolás era todo lo contrario, no entendían como era posible que fueran amigos

— Querida, tu madre ya hablo contigo — Su padre pregunto serio como si no quisiera tocar el tema, sabía a qué se refería pero prefería ignorarlo de momento, estaba cansada de las conversaciones con su madre sobre el mismo tema, por lo cual opto por una salida simple, hacerse la desentendida

— ¿Sobre qué? — EL hombre solo hizo una mueca al escuchar esas palabras, ella sabía que se había ganado el título de solterona, solo que nadie se atrevería a decírselo en su cara, cuidaban mucho la amistad de la familia, pero eso no impedía que hablaran a sus espaldas, ella tenía una meta y era Nicolás

EL DUQUE AMERICANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora