— ¿Quieres hacer algo divertido? — susurró en mi oído antes de morder el lóbulo de mi oreja provocando que un ligero gemido escapara de mis labios — como me encanta que hagas eso — ronroneo mientras me obligaba a girar sobre mis talones para quedar frente a él.

Sonreí con inocencia antes de tomarlo por las caderas para besarlo, aquella mañana había ido a jugar un partido amigable — dándome tiempo a solas — por lo que su cuerpo musculoso estaba cubierto por prendas deportivas que se ceñían a él como si hubieran sido hechas a su medida; era perfecto.

» Toda la mañana he estado fantaseando con esta boquita — susurró contra mi piel antes de atrapar mi labio inferior entre sus dientes  durante unos segundos antes de soltarlo — no sabes lo cachondo que me pone al imaginarte rodeando mi verga con ellos... me vuelve loco —

— ¿Ah sí? — pregunte con una sonrisa traviesa mientras tomaba el borde de su camiseta y tiraba de ella hacía arriba hasta que la prenda formó un charco gris sobre el suelo — ¿y esa es la cosa divertida que quieres hacer? — dije con coquetería mientras depositaba un par de húmedos besos combinados con delicados mordiscos sobre su pecho.

— Sí —asintió con una sonrisa mientras cerraba los ojos y tomaba mi trasero con sus manos.

— ¿Y qué es lo divertido en ello? — pregunte con una risita mientras comenzaba a deshacer el nudo de el cordón que había en su short deportivo.

— Cuando termine te devolveré el favorcito — dijo con una sonrisa que provocó que la humedad en mi entrepierna se extendiera.

— Eso es excitante — lo corregí mientras comenzaba a tirar de la prenda para quitarla de su cuerpo dejando expuesta su hombría — pero no divertido —

— Bien, entonces después de hacerte olvidar tu nombre mientras te cojo te puedo contar un par de chistes — respondió entornando sus ojos en los míos mientras sus manos subían hasta mis hombros — te dolerá el estómago de tanto reír —

Y sin más hizo presión sobre mi cuerpo hasta que quede de rodillas frente a él con su gran erección sobre mi.

La tomé entre mis manos mientras él apartaba un par de mechones rebeldes de mi rostro dejando libre su campo de visión.

Antes de comenzar a complacerlo baje la mirada hacía el suelo donde la prueba de embarazo aún brillaba bajo los débiles rayos del sol que se resistían al ocaso.

Sentí como mi mundo se desmoronaba pedacito a pedacito mientras repasaban una y otra vez la pequeña palabra que brillaba sobre la pantalla de la prueba electrónica.

«Embarazada»

— Nena, ¿estás bien? — preguntó Asher con el ceño fruncido.

Supongo que tarde demasiado tiempo en mirar la prueba.

— Sí — sonreí con dulzura mientras lanzaba la prueba bajo el mueble.

— Luces... — comenzó a decir pero sus palabras quedaron perdidas en el aire cuando pase la punta de mi lengua por toda la extensión de su erección antes de llevármela a la boca — Carajo... es mejor que cualquier fantasía — gimió.

«¿En qué problema te metiste Jade?» me pregunté en silencio antes de que mis pensamientos se perdieran bajo los excitantes gemidos que brotaban de la garganta de Asher.

— ¿Chocolate o caramelo? — pregunte mientras sostenía los dos botes de helado.

— ¡Caramelo! — exclamó Nathaniel mientras posaba sus ojos azules en mí — ¿por qué vamos a comer helado antes del almuerzo mami? — preguntó confundido mientras tomaba dos cucharas — es contra las reglas —

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