Day 1

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I. Dance

El baile de las máscaras había sido elegido para la fiesta de bienvenida en la Universidad del Valle, aquella donde todos los alumnos debían ir con su mejor antifaz y mejores ropas elegantes. 

Aristóteles había comprado un hermoso traje azul marino entallado que le quedaba perfecto a su imagen y una máscara del mismo color con toques dorados en los bordes de esta. Sonreía, era su primer baile como universitario y realmente le causaba una gran explosión de sentimientos dentro suyo. 

Su madre lo miró, sonriendo en orgullo y acomodando los despeinados cabellos de su hijos cuales prefirió dejar sin gel. Ella lo tomó del rostro para calmarlo mientras acariciaba sus mejillas. 

— ¿Emocionado? — Inquirió la mayor mientras acomodaba el saco de su traje. Ari asintió mientras daba pequeños saltitos como niño pequeño. — ¿Y tu pareja? 

— Oh no, no llevamos pareja en este tipo de bailes. — Él explicó. — Se supone que es misterioso. — Entrecerró los ojos y movió sus manos de manera  dramática. — A media noche empezará el baile lento y si tienes suerte podrás bailar con tu crush de año. — Aquello último lo mencionó en un tono coqueto, Polita lo miró con una sonrisa y le dio un leve golpe amistoso en el hombro.

— Eso es todo hijo. Espero que no traigas a tu presa en la noche que Arqui necesita dormir bien.

— ¡Mamá! — El sonrojo en el joven Córcega no tardó en aparecer, tomó su máscara que se encontraba en la mesa y las llave de su auto. — Dios mio, claro que no. — Se mantuvo callado un segundo. — Y si lo hiciera no sería aquí, mucho menos en su casa. — Amapola le dio un latigazo con el trapo que llevaba en su mano. — ¡Ay! 

— Nada de esas cosas Aristóteles. 

El de rulos soltó una carcajada. Tomó el picaporte de la puerta, se despidió de su madre y caminó rumbo a su automóvil. La Universidad era cerca, sin embargo, prefirió no sudar y arruinar el -costoso- traje.

El baile solamente sería entre los cursos de primero en el gimnasio. La verdad es que el ambiente sería agradable, un poco de alcohol para festejar, chatarra y una gran pista de baile; Aristóteles estaba emocionado, aún más porque desde que comenzaron las clases había tenido un flechazo con uno de sus compañeros de la clase de Ética. 

Cuauhtémoc López Torres, si no se equivocaba. El pequeño chico que debatía sin parar con Mateo, el chico que a pesar de las constantes criticas de la profesora no se rendía tan fácil y cada clase iba mejorando más y más. Sin duda, una persona con carácter que, sin darse cuenta lo había enamorado por su inteligencia y claro, su gran corazón. 

Habían cruzado un par de palabras y quizás habían compartido mesa para almorzar -junto con su fastidioso amigo rubio que parecía nunca despegarse.- también habían intercambiado números telefónicos y tal vez, solo tal vez, habían hablado por mensaje recomendándose canciones.

¡Pero eso no significaba que también le correspodía! La idea era loca y poco coherente. 

Por es tenia un plan, loco y arriesgado. Bailará con Temo, cueste lo que cueste. Poco le importaba la máscara, conocía el cuerpo de su compañero de pies a cabeza por estar horas viéndolo sin cansarse y estaba seguro que lo encontraría enseguida sin ningún tipo de problema.

Al llegar a la universidad aparcó su coche y camino directo al gimnasio, donde las luces fosforescentes sobresalían, escuchaba el ruido de la música desde fuera. Acomodó su corbata y se colocó la máscara, suspiró sonriendo para entrar abriendo las dos puertas.  El lugar estaba oscuro, la única iluminación eran las luces neón que adornaban por todas partes; globos caían desde el techo. Los alumnos se encontraban bailando animadamente al ritmo de la música electrónica, al menos si habían respetado la norma de llevar antifaz y no quitárselos hasta acabar.

𝐜𝐨𝐭𝐭𝐨𝐧 𝐜𝐚𝐧𝐝𝐲 𝐚𝐧𝐝 𝐜𝐡𝐨𝐜𝐨𝐥𝐚𝐭𝐞 「 aristemo 」Where stories live. Discover now