t w e n t y s e v e n

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Gwilym ladeó el rostro ante el gesto de tristeza de su amigo. —¿Acaso eso tiene importancia?

—Lo tiene para mí.

—Te estás centrando en cosas secundarias Benjamin —. Pronunció haciendo un ademán despectivo con su mano derecha provocando una sonrisa en su amigo —. Aquí lo importante es que estás enamorado.

—Lo estoy... realmente estoy enamorado —. Murmuró para sí mismo.

—Hey, ¿pero qué son esas lágrimas, Benny? ¿Por qué llorar?

—Siento que estoy haciendo algo malo —sollozó quedo —. Que estoy sintiendo cosas que no debería sentir.

—¿Y eso se llama...?

Benjamin limpió su rostro con la palma de su mano. Sus pestañas doradas brillaban por la luz del sol que entraban por la ventana del pasillo.

—Se llama culpabilidad.

—¿Y en qué parte del cuerpo sientes la culpabilidad?

Concentrándose unos segundos, Benjamin trazó con sus dedos un camino que iba desde sus labios cruzando por todo su cuello hasta llegar justo al centro de su pecho. Gwilym asintió y arrastró su cuerpo hasta quedar más cercano a su amigo.

—No tiene nada de malo que sientas cosas así, Benjamin. El que te guste un hombre o una mujer es algo que en mi opinión pasa a segundo plano cuando tienes en tu corazón un sentimiento tan bonito como este. A mí no me importa si antes estuviste enamorado de Maggie de tu secundaria, de Harper o de Kat y que ahora estés enamorado de Joseph. Créeme, ya te lo dije antes y te lo vuelvo a repetir: yo no te juzgaré por saber con quién sueñas —utilizando sus pulgares limpió el rostro de Ben —. Así que elimina ese sentimiento de culpabilidad que tienes atorado en tu pecho porque no hay cabida para el en estos momentos.

Asintiendo, Benjamin de pronto comenzó a sentirse más ligero, pudo respirar con tranquilidad. —Gracias Gwilym.

Balanceándose de un lado a otro, Lee cambió su gesto a uno de completo entusiasmo —¿Y cuándo te diste cuenta de esto?

Respirando hondo, Ben tomó su tiempo para ordenar los sucesos en su cabeza. Le contó lo sucedido el día anterior, de la tarde en el lago, del cometa de Juliette, de sus historias compartidas y de esos abrazos tan necesarios que se dieron al atardecer.

—Fue cuando me bajé de su auto y me despedí de ellos. Sentí como si fuese a tener una crisis de ansiedad pero no fue así.

—¿Confundiste el estar enamorado con una crisis de ansiedad? —Sonrió con ternura.

Benjamin infló las mejillas —No te burles, me asusté de verdad.

Gwilym soltó una carcajada que retumbó entre las paredes del pasillo. —Realmente eres bestia para los sentimientos.

—¡Deja de llamarme así!

—Lo siento, pero lo eres —se cruzó de piernas —¿Por qué no me llamaste anoche?

—Tenía un caos aquí dentro —señaló su cabeza y su pecho —Al principio pensé que estaba confundiendo el apoyo que me dio Joe, que solamente reaccioné al cariño que me dio el día de ayer y que realmente estaba malinterpretando todo.

—¿Aun crees eso?

—Un poco. Pero también me di cuenta de otras cosas. Tú y yo nos tenemos mucha confianza, podemos bromearnos, abrazarnos, me das besos en mi mejilla dejándome la piel toda ensalivada y no me molesta. Desde hace más de dos meses Joe y yo solemos bromearnos de la misma manera con mensajes de texto o en persona, es divertido ¿sabes? es algo divertido para los dos. Pensé que después de darnos unos abrazos creí que sentiría lo mismo que contigo, que todo estaría bien. Pero no fue así.

Luces en el balcón || BenHardy x JoeMazzelloWhere stories live. Discover now