[12] La Sangre

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—Puedo curarlas— le ofrezco. Tori sigue mi mirada a sus brazos y me sonríe.

—No, no me avergüenzan— me replica, —estas cicatrices me recuerdan que soy una sobreviviente, que aunque enfrenté el infierno salí con vida, nunca me rendí, son mis medallas de honor.

—Admirable— le digo con honestidad, —será un honor pelear a tu lado, Tori.

Eso parece sorprenderla, como si no estuviera acostumbrada a recibir cumplidos, me parece adorable. Jenny se pone de pie y sacude sus manos. Tori le sigue.

—Iremos a cazar para alimentarnos, ¿vienes?— Jenny me ofrece.

—No, estoy bien, no se alejen mucho.

—De acuerdo.

Cuando se van, siento la presencia detrás de mí: Milosh. Calum se ha llevado a Morgan dentro del drenaje de escondite esta vez, los demás convertidos que han ido a alimentarse. Solo quedamos Milosh y yo, estamos solos por primera vez en mucho tiempo.

—¿Aún me odian?— Milosh me pasa por un lado y toma el lugar de Tori, sentándose en el tronco frente a mi. Sus ojos verdes resaltan tanto en la oscuridad, su cabello negro está desordenado alrededor de su pálido rostro. Milosh es muy atractivo, no puedo negarle eso.

—Te alimentaste de Jenny e intentaste alimentarte de Tori, ¿tú que crees?

—No sabían que eran del clan de Morgan.

—No te odian— le aclaro honestamente porque ellas sonaron más curiosas que molestas en lo que se refiere a Milosh. Y en el código de un clan, no se guardan rencores porque eso siempre perjudica la armonía entre todos.

—Bueno— Milosh suspira y se pasa la mano por la cara. Noto lo débil que está.

—¿Cuándo fue la última vez que te alimentaste?

—Ya no lo recuerdo.

—¿Has estado alimentando a Morgan sin alimentarte?¿Estás loco?

—No quiero separarme de su lado.

—Estará bien, ella misma dijo que Shadow no podrá localizarla mientras esté inconsciente.

—Si, pero no sabemos que peligros nos podemos encontrar en el camino.

Me doy cuenta de lo mucho que él cuida a Morgan, quizás está en su naturaleza como Protector pero creo que la razón yace en lo mucho que la quiere. Una sensación de cálidez se extiende en mi pecho.

Protector y Purificador.

Una risita infantil invade mi mente y parpadeo sorprendida.

—¿Lyla?

Sacudo mi cabeza.

—Puedes alimentarte de mi— le ofrezco porque no me molesta, soy la sanadora de este clan, mi deber es mantenerlos a todos en buenas condiciones y si él no quiere dejar el lado de su hermana, puedo ayudarlo y volver a alimentarme después. Los ojos de Milosh se abren un poco ante la propuesta y se soba la parte de atrás del cuello.

—Estás loca.

—No me molesta, Milosh.

—A mi si.

—¿Por qué?— necesito aliviar el ambiente así que bromeo, —¿no soy digna, señor protector?

—Sabes que no es eso— él ladea su cabeza, sus ojos lo traicionan y caen sobre mi cuello y sé que se ya está imaginando clavar sus colmillos en mi piel. El pensamiento me hace lamer mis labios en anticipación.

El Nuevo Mundo (Almas Perdidas II)✔️ [En librerías el 1 de Junio]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant