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En un taxi llegaron a donde vivía el mayor, quien lucía muy serio para poder contenerse de no asaltar al joven hombre en medio del camino. 


Jeonghan se sentía extraño, pues en cuanto empezó a trabajar como docente, eran contadas las veces que se acostó con alguien y definitivamente, en ninguno de esos casos fue con alguien que conoció en esa misma noche. Pero, ¿Quién lo podía juzgar? Ese hombre era un jodido manjar a la vista, con su cabello negro sedoso, labios de muerte, ojos grandes y expresivos.


Aunque, lo que más le llamo la atención, era su voz, que fue la razón por la que se giró a verlo. Su vergüenza y timidez al confesar que estaba perdido, provoco que, sin pensarlo, palabras salieran de su boca e insistiera en que se quedara ahí para ayudarlo.


En cuanto lo dejo entrar a su departamento por el que no pasaba gente nueva desde hace años, cerró la puerta tras suyo, pero abriendo la que contenía a sus deseos.


El grito que pego Joshua al ser de repente jalado por los hombros y ser presionado contra la pared bruscamente, fue callado por los labios cálidos y suaves de su antiguo profesor. Nunca había sido besado de forma tan agresiva, pero joder, le encantaba y eso se reflejaba en los sonidos de placer que se le escapaban sin querer.


Sus temblorosas manos se afirmaron en el castaño cabello del mayor, tironeándolo más cerca. Sus lenguas se conocían con rudeza y necesidad, las manos del mayor desordenaron la camisa de Joshua, disfrutando de la textura de su piel. Presionaban sus cuerpos contra el otro, permitiendo que sus temperaturas y aromas se mezclaran.


Se separaron un momento para empezar a quitarse las incomodas prendas, comiéndose con los ojos cada parte de piel que el otro dejaba al descubierto.


Tiraron lejos la ropa para luego con anhelo, juntar sus cálidas pieles, admirándose a través de sus manos, cerrando sus ojos para disfrutar más las sensaciones. No tenían tiempo para avergonzarse por estar desnudos, estaban cegados por la excitación y necesidad.


Jeonghan no podía estar más fascinado, en donde a pesar de que no decía nada, expresaba eso con sus manos, labios y hasta deslizaba su nariz por el largo cuello de Joshua, aspirando su aroma tan extrañamente adictivo. El menor se retorcía ante el montón de sensaciones que opacaban su razonamiento.


El pelinegro se sujetó con fuerza del cuello del profesor, quien lo agarro por el trasero para tirarlo más cerca, bajándolas hasta sus muslos con lentitud y hundiendo suavemente sus dedos en estos. Tiro de estos un poco, algo que Joshua entendió así que levanto sus piernas para rodear la cadera del mayor.


Al fin se separaron de la pared ubicada a un costado de la puerta de la entrada, porque Jeonghan sujeto con fuerza el cuerpo tan magnifico del menor para guiarlo a su habitación. Si no fuera porque conocía al revés y derecho su departamento, se habría chocado con todo por distraerse por los besos y caricias que el pelinegro repartía sin parar por su cuello y rostro, revolviendo sin parar su cabello.


Lo dejo caer con cuidado sobre su cama, amando la imagen de ese hombre entre sus azules sabanas. Se inclino para repartir besos por esa cálida piel, recibiendo como respuesta dulces sonidos de placer.

Why not? (JIHAN)Kde žijí příběhy. Začni objevovat