Día 3: Polvo de hada [Fantasía]

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— Ei, sabes que no podemos venir al límite — habló el rubio, bajándose del lomo del dragón rojo, quien guardó sus alas. En un rápido movimiento, el rojizo animal se alzó en un chico con apariencia igual de joven que el de alas delicadas, solo que en su espalda cargaba imponentes alas con escamas rojas brillantes, contando solo con la parte inferior de la vestimenta usual, aparte de haber hecho que una de las joyas que portaba hubiera brillado con intensidad gracias a su transformación. Sero sintió desmayarse ante la escena, pero de algún modo, se mantenía totalmente despierto, hipnotizado con la belleza de ese dulce ser, que se veía nervioso de estar ahí. Su aparente amigo pelirrojo se rió, y Sero escuchó a Bakugo suspirar de alivio.

Por motivos desconocidos, los humanos se voltearon a ver, sabiendo que sentían más calor en la cara que miedo. Sí, era impactante ver criaturas fantásticas, pero... su belleza era algo con lo que no se podía competir.

— Ay, Denki, vamos — alentó el pelirrojo, acercándose al agua sin despegar la vista de su mejor amigo —. No es como que mis padres o los tuyos puedan vernos, o como que vaya a haber huma-- ¡Humanos! — gritó una vez se volteó a ver hacia la entrada al bosque encantado. El rubio de alas giró su cabeza hacia donde Kirishima señalaba y tapó su boca totalmente sorprendido de ver a dos mortales en ese terreno. De acuerdo a sus padres, esos llamados "humanos" eran criaturas a las cuales había que temer, de naturaleza malvada, pero... esos dos en frente suyo parecían totalmente indefensos, y, al que pudo identificar como pelinegro, se le hizo a Kaminari algo atractivo.

Los aludidos gritaron en respuesta, haciendo a los seres gritar igual, y Bakugo fue el primero en levantarse al ser él específicamente el que estaba siendo señalado. Claro, sus problemas de ira le hacían sentir atacado con eso.

— ¡I-Iré a decirle a los Grandes Sabios! — exclamó Kaminari, mientras sus alas comenzaban a agitarse tal cual lo harían las de una libélula, haciendo a su cuerpo alzarse. No pudo volar más lejos gracias a una mano sosteniendo su tobillo y por el cosquilleo que esa aspereza le provocaba, supo que era Kirishima.

— ¡No puedes decirles a nuestros abuelos! — respondió en un tono de voz alterado, haciéndolo bajar de un jalón, aunque se pasó de fuerza y lo hizo caer también de sentón. El de alas delicadas se quejó, levantándose casi en seguida. Ahora el pleito estaba en las criaturas y los chicos humanos estaban confundidos. Sero se acercó a Bakugo, primero gateando, y después corriendo aunque trastabilló un par de veces por el shock —. ¡Sabrán que estuvimos aquí y nos irá terriblemente mal!

— Es cierto... Aizawa no puede saber — susurró Denki para sí mismo, tratando de pensar en una solución hasta que en su camino se atravesó la mirada azabache de ese humano pelinegro. Se quedó embobado y entonces, tuvo un pequeño escalofrío placentero que le dijo todo lo que necesitaba saber. Kirishima notó aquello, y sin poder sostenerle la mirada a ese extraño de ojos carmín, tocó el hombro de su mejor amigo, aunque pronto alejó su mano con un quejido. Le había dado una pequeña descarga momentánea. Eso sólo podía significar una cosa —. ¡Denki, no!

Pero pronto el rubio voló hasta estar del otro lado del riachuelo, y se acercó a ambos humanos. Katsuki gruñó por instinto y se preparó para defenderse a sí mismo en caso de ser necesario, pero vio cómo el ser lo ignoró magistralmente hasta llegar con su amigo azabache. Le tomó del rostro y lo analizó viendo cómo el pelinegro no podía hacer más que verlo extrañado, pero sin dar indicios de quererse alejar. Las manos del rubio bajaron, examinando el resto de su cuerpo, y Sero se sonrojó inevitablemente, sintiéndose algo nervioso por aquella repentina confianza.

— No son peligrosos, ni malos — aseguró el rubio, pero después se volteó a ver a Bakugo —. Bueno, con él tengo mis dudas — expresó confianzudo, a lo que Bakugo frunció el entrecejo con verdadera molestia, notada por el dragón, quien tuvo que aventarse usando su fuerza sobrenatural para llegar en un segundo y evitar el paso de Katsuki cerca de su amigo de la infancia, gritando un potente "¡Deja de hablar antes de pensar!" dedicado al rubio eléctrico.

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⏰ Última actualización: Jun 28, 2019 ⏰

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