Tragué profundamente cuando Lauren detuvo el auto afuera. Sabía que era su casa, una casa lujosa sólo podía pertenecer a una loba tan importante como un alfa. Me incliné hacia adelante, para agarrar el pomo de la puerta, cuando Lauren me detuvo.

-Espera- me ordenó. Al instante obedecí, y retiré la mano.

Lauren salió del auto, y caminó alrededor del auto. Abrió mi puerta y me miró. Tragué profundamente, mientras sus ojos verdes perforaban mi cuerpo. Pero, empecé a salir del coche.

-No- gruñó, mirándome para que dejara de salir. Nuevamente, no discutí con la orden y me senté de nuevo. No entendí lo que estaba haciendo, pero no fui tan estúpida como para cuestionarla.

Sin embargo, sus siguientes acciones me sorprendieron. Se agachó y me levantó. Era fuerte y yo era pequeña, por lo que no me sorprendió que pudiera levantarme sin esfuerzo. Pero rechiné más por sorpresa que cualquier otra cosa. Lauren se quedó sin emociones, mientras me tomaba en sus brazos y me sostenía cerca de su pecho.

Lauren era grande, más grande que cualquier otra mujer que haya visto. Puede que se la considerara demasiado grande para que algunas personas la encontraran atractiva, pero fue su tamaño lo que la hizo intimidar a la gente, y para los hombres lobo, cuanto más intimidantes eran para los demás, más atractivos eran para las lobas. Está en la naturaleza de las lobas encontrar parejas más grandes, porque podrían "protegernos". O eso era para lo que se suponía que fuera.

Sin embargo, no encontraba atractivos a las personas más grandes, los encontraba intimidantes. Lauren era una mujer bien parecida, nadie podía negar ese hecho, pero eso no significaba que le tenía miedo; Yo estaba… estaba aterrorizada.

Se sentía extraño estar en los brazos de Lauren. No solo me hizo sentir más pequeña de lo que era, sino que también me hizo sentir débil. Sabía por qué quería llevarme; porque pensó que yo era demasiado débil, pensó que no podía soportar mi propio peso. No pude evitar acurrucarme más en sus brazos mientras me llevaba. Estaba cansada, emocionalmente agotada y tenía un dolor de cabeza terrible; Así que me sentí relajada en mis brazos.

Me llevó por el camino, hacia la puerta principal, antes de mirarme en sus brazos. Sus ojos me miraron con suspicacia, mientras reprimía un bostezo.

-Estás cansada-, dijo, cuando llegamos a la entrada.

-Estoy bien- solté. No quería que se enojara conmigo otra vez. Mi plan fracasó.

-No me mientas-, dijo bruscamente, -si estás cansada, di que estás cansada-  Su ira me hizo gemir, lo que a su vez la hizo suspirar pesadamente. -Deja de tenerme miedo- gruñó. Sus palabras me sorprendieron.

-Pensé que querías que todos estuvieran asustados de ti-, susurré, mi voz era pequeña e infantil.

-No tú-. Me llevó a la casa, que era tan meticulosa y perfecta como el exterior. Era un diseño moderno, con poco o nada de objetos personales y baratijas colocadas alrededor. Era agradable y limpio, pero también se sentía muy vacío. Era como una casa de muestra; Nadie vive allí. Me hizo sentir como si me estuviera entrometiendo en su vida, no que ella estuviera entrometiendose en la mía.

Apenas mire

alrededor antes de subir una gran escalera. Bostezé una vez más, pero me esforcé por ocultarlo.

-Camila, estás cansada. Te voy a  acostar - refunfuñó Lauren. Sus palabras provocaron miedo en mi cuerpo, ¿quiere aparearse? Me había preparado para tal cosa, mi madre se había asegurado de que usara ropa interior bonita y había depilado mi cuerpo a la perfección. No quería aparearme con Lauren, pero también tenía miedo de decirle que no.

El dormitorio de Lauren se quedó con el tema moderno, con una combinación de colores en blanco y negro, y una gran cama cuadrada en el centro. Ella me acompañó a la cama, antes de que me bajara con cuidado. Me sorprendió lo cuidadosamente que me bajo; Era como si fuera una muñeca de porcelana que temía que se rompiera. Una vez que estuve fuera de sus brazos, se sentó junto a la cama.

-No quiero-, espeté, con voz fuerte y en pánico. Estaba tan asustada de que ella quisiera aparearse, tomar mi virginidad. No estaba lista para eso, todavía me asustaba demasiado. Me sonrojé profundamente tan pronto como las palabras escaparon.

Lauren me miró unos minutos, antes de hablar.

-¿No quieres hacer qué?

-Tengo miedo-, murmuré, todavía sonrojándome profundamente. -Sé que esperas que lo haga, pero yo solo... ni siquiera te conozco. Y soy virgen, y sé...

-¿Estás hablando del apareamiento?- Me cortó. Una vez más, su rostro nunca cambió de emoción. Asentí a su pregunta, echando mis ojos al suelo. Lauren volvió a gruñir, antes de agarrar mi barbilla; Empujándola hacia arriba para que nuestros ojos se conecten. -No te sometas a mí-, espetó.

-Pero eres una alfa.

-Y tú eres mi compañera, ahora. Así que no te inclines ante mí. Y nos aparearemos, quieras o no, pero no será esta noche. Tú eres mi compañera, es tu deber complacerme y llevar a mis cachorros. Eso es lo que hacen los lobos.

Sus palabras me entristecieron, antes me había preguntado si todo lo que había oído sobre la Alfa Jauregui, sobre la Alfa de sangre, era verdad. Y cuando me dijo eso, supe que todo era verdad. Me obligaría a tener sexo con ella, y a llevar a sus cachorros. No debería haber esperado menos, sin embargo, una pequeña parte de mí había esperado que tal vez todos fueran rumores. Que mi compañera, la mujer con la que tendría que pasar mi vida, no era un completo monstruo. Pero estaba equivocada.

-Vete a dormir, Camila-, dijo Lauren, antes de salir de la habitación. Dejándome sola en una cama extraña, en un territorio extraño con una mujer extraña, con quien no tengo más remedio que pasar el resto de mi vida.

Con sangre de Alfa - Camren Lauren G!P Where stories live. Discover now