THE GIRL

13 1 0
                                    

La pequeña habitación solo contaba con una cama y un escritorio. Dos chicas estaban repartidas en los pocos espacios que tenía el lugar, la persona que estaba en la cama se levantó para luego dirigirse al escritorio y tomar el documento que la otra estaba leyendo ahí, escuchando las quejas de su amiga con respecto a lo que acababa de leer y llamándola loca por darle ese extracto de un libro.

- Es decisión tuya si lo crees o no, Winter.

- Es estúpido e ilógico, no puedo creer que creas este tipo de estupideces, sinceramente no habla muy bien de ti, Alana.

La recién nombrada se volvió a acostarse en la cama mientras rodaba los ojos por el comportamiento de su amiga, sabía que no iba a aceptar lo que decía a menos de que tuviera pruebas físicas, era un poco cabeza dura con respecto a ese tipo de leyendas, porque eso era el documento que le había traído a la chica.

- Francamente hablando no vivimos en un lugar donde lo "lógico" funcione como argumento – Alana miró a su amiga mientras esta suspiraba, sabiendo lo que esta indicaba, ella no quería creer nada, aun sabiendo que era cierto lo que le estaba diciendo. Por otro lado Winter no era capaz de abrir su mente, ese documento sobrepasaba todo límite de lo sobrenatural que su cerebro puede procesar y aceptar, incluso lo que estaba pasando donde vivía era difícil de aceptar para ella, a veces incluso se encontraba pensando, antes de dormirse, que todo era una farsa y que al día siguiente al despertar todo sería normal, como si nada hubiera ocurrido.

- No, esto es irreal y tampoco deseo seguir hablando del tema – Winter volvió a hacer sus tareas las cuales se habían visto interrumpidas por la aparición de su amiga con ese documento.

Alana se levantó de donde se encontraba, esta vez para dirigirse a la puerta y dejar a la cabeza dura de Winter tranquila, pero antes de irse se giró en dirección a su amiga para añadir algo por última vez.

- Lo creas o no es tu problema, pero ellos están. Quizás saber de ellos te puede salvar en algún momento, cuando menos lo esperes y creas, los vas a necesitar – Alana se retiró sin esperar la reacción de su amiga a lo que acababa de decir, pero tampoco hubo una realmente, ya que Winter en ningún momento levantó su cabeza e hizo como si no la hubiera escuchado, pero el sentimiento de miedo que le trajeron las palabras de su amiga no se fue, ni con la salida de esta.

- Nada es real, concéntrate...

A pesar de haber decidido concentrarse en su tarea, la curiosidad la estaba matando, por lo que tomó el libro que su amiga había dejado en donde se encontraba toda la información necesaria para saber de esos seres que le hablaba. Le costó encontrarlos, pero cuando lo hizo, no pudo parar su lectura hasta que ya no había más páginas sobre ellos, estuvo horas en eso. Al finalizar su lectura, solo pudo pensar en lo interesante que sería llegar a ellos, incluso si fuera solo para conocerlos, pero sabía las consecuencias que eso conllevaría, sin embargo, una parte retorcida de ella era capaz de hacer eso solo para conocerlos.

- No sé si esto sea real o no, pero es bastante interesante

No era algo muy inocente y heroico como su amiga se lo había mencionado horas atrás, de hecho se podría decir que era incluso un poco tétrico. El libro explicaba que los Astord son entes creados por Hades, el dios del inframundo, para poder hacer sufrir a las almas, de cualquier tipo, desde las personas más inocentes y bondadosas, a las más destructoras y horribles. Pero ellos no podían solo tomarlas, debían esperar que alguien desesperadamente les pidiera salvarlos de su miseria o de una situación de peligro y les salvan, a cambio de su alma. Tu cuerpo sigue vivo y funcionando, de una manera oscura y sin sentimientos, pero hace lo que originalmente había hecho, si era un asesino en serie, seguía asesinando; si era un ladrón, seguía robando; si era alguien que todos los domingos iba a la iglesia, seguía haciéndolo; etc. Pero tu alma iba al territorio de los Astord, donde eran torturadas por la eternidad y sin posibilidades de salir. Estos seres eran gobernados por su rey, Lios, este es bastante "peculiar", es quien manda a cada uno de sus súbditos a torturar a las almas que posee de manera creativa, de una manera que solo él, alguien retorcido y que disfruta el dolor ajeno, podría hacer. Sin embargo hay algo más sobre ellos, dice el libro, que desde que fueron creados solo han tenido hombres, los cuales son más propensos a dar lo que sea por lo que desean.

ShadowsWhere stories live. Discover now