Despertar.

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— Nos vemos en un rato. — le dió un beso a su hijo.

— ¿De verdad deben de ir hoy? Puede ser mañana. — le dijo una señora ya mayor.

— Sí... Kakashi reservó para hoy. Yo le dije que sería mejor el fin de semana... Pero ya ve como es el, abuela...

— Bueno mi niña, cuídate y cuida al testarudo de Kakashi... — le dió un abrazo y caminaron hasta la salida.

— Claro. Nos vemos... — volvió a abrazar a su hijo y entró a su carro.

El clima empezó a cambiar, el sol radiante de hace unas horas antes ya no estaba, ahora las nubes eran las que se apoderaban del cielo.

— Vamos pequeño Sakumo. — tomó al pequeño de su mano. — Espero que esto no sea un mal augurio... — susurró al cerrar la puerta.

— Abuelita... ¿Puedo leer un libro antes de ir a dormir? — preguntó el pequeño.

— Sí... — soltó la mano del pequeño y vio como corría para el despacho de la casa.

Camino de tras de él y lo vió sentado, con una mano en su mentón pensando en que libro leer.

— Ya leí "El diario de Ana Frank", "Mobi Dick", "Drácula", "La Odisea"... ¡Ya sé! — trono los dedos y se levantó, subió al librero — Hoy leeré algo del universo...

— Sakumo... Bajate de ahí — la abuela corrió al ver al pequeño trepar el librero.

— Sí. — se bajó y le dió el libro.

— "La teoría del Todo..." Stephen Hawking. ¿Seguro? — leyó el título y miró al niño.

— Sí. Mamá dice que es bueno saber de dónde venimos para no olvidar quiénes somos, y papá dice que es bueno leer de todo, qué ayuda a abrir la mente. — le sonrió el niño.

— Sakumo, ¿Cuántos años tienes? — preguntó a una obvia respuesta.

— Cuatro años, diez meses, dos días y un par de horas... Pensé que lo sabía abuelita.

— Sólo era para estar segura. Vamos pequeño a leer en la sala, prepárare unas galletas y un vaso de leche para estar tranquilos leyendo.

— Sí. — tomó de la mano a su abuelita y salieron del despacho.

Las horas habían pasado, eran 8:49 PM cuándo se dió cuenta que el pequeño dormía a su lado, sonrió al verlo, era la viva Imagen de Kakashi de niño, la única diferencia entre padre e hijo era la heterocromía qué presentaba Sakumo.

Sonó el teléfono de la casa, algo extraño para la abuela, pues tanto Kakashi como Luna habían acordado qué no recibirían llamadas del trabajo después de las cinco de la tarde.

Tomó el teléfono, ya qué habían sido muy persistentes.

— ¿Hola?...

— ¿Es familiar de Luna y Kakashi Hatake? — habló la señorita.

— Sí... ¿Qué sucede? — su voz sonaba preocupada. Sabía que eran malas noticias, pero su corazón no quiero saberlo.

— Se encuentran en el Hospital Central de Tokio... Tuvieron un accidente.

— Voy enseguida... Adiós — colgó el teléfono, miró a Sakumo. — Pequeño...

Tomó el teléfono y realizó una llamada, no duró más de un par de minutos.

Suspiró cansada al lado del pequeño. — Sakumo... Pequeño... Despierta. — movía al pequeño.

— Cinco minutos... No quiero ir a la escuela... — decía el pequeño.

No olvides... No por favor.Where stories live. Discover now