Capítulo I: Siglo XXII

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Le hice cosquillas en el estómago y se retorció a carcajadas.-¡Basta, basta!- se limpió las lágrimas debajo de sus ojos, me abrazó y me dio un beso de buenas noches.

-Lassie, espera.- volteó esperanzada, entrelazando sus dedos nerviosamente. Incluso pestañeo varias veces, suplicando. Suspiré derrotada. - ¿quieres dormir aquí? Así podemos alistarnos juntas para la escuela y podemos despertar antes para leer algo que te guste. ¿Qué dices? – sonreí, sabiendo que eso era lo que esperaba. Esbozó una gran sonrisa y sus ojos brillaron, lanzándose a la cama, se acurrucó junto a mí. Después de media hora, nos quedamos dormidas con Hamlet y Lo que en viento se llevó en los brazos.

La televisión, radio y teléfono se prendieron solas con sincronía. En la televisión salió la misma reportera con un traje azul marino elegante, en el radio un locutor informaba lo mismo en todas las estaciones y el teléfono había timbrado varias veces con una contestadora anunciando la misma información:-Bienvenidos ciudadanos, me complace el remitir esta honorable noticia. A partir de mañana, la paz abundará en nuestro mundo. Existirá un nuevo gobierno mundial, el cual su único propósito será mantener nuestro planeta a salvo. Con ello, habrá nuevas normas y leyes. Vamos con el Sr. Bane.- apareció un hombre alto de edad mediana, cabello negro y ojos negros, y tez traslúcida. Sonrió al público y continúo con una voz áspera y autoritaria.- Así mismo, esperamos que se cumplan tal y como estén dictadas.-Había un matiz de amenaza en su voz, hizo una pausa y continuo.- También, cabe mencionar que no sólo será un representante para este gobierno, si no, que participarán varios illuminati. Quienes los desconocen, son una sociedad con el propósito de unificar a la humanidad bajo un solo gobierno para lograr la perfección....-las comisuras de sus labios se crisparon en lo que parecía una sonrisa, a mí me causó escalofríos.- con la misma intención que yo.-concluyó, alzando los brazos, como si fuera lo más obvio del mundo.-volvió a aparecer la reportera con una sonrisa pegada aún.- Hasta nuevo aviso, me despido.Y todo volvió a apagarse. Reinó el silencio en la casa. ¿Un nuevo gobierno? ¿Paz? ¿Por qué nunca había oído hablar de los Illuminati? ¿Nuevas reglas?...No me gusta cómo suena, no soy pesimista pero para lograr todo eso de un día a otro... tendría que haber reglas bastante estrictas y con ello, castigos fuertes, imposición de miedo y autoridad. Y nunca mencionaron la seguridad de la ciudadanía. Dejaron claro que sería al planeta. Al parecer, nadie más estaba planteándose esas dudas. Todo el mundo estaba confundido, sin embargo, estaban satisfechos con laperfección que se avecinaba. Después de eso, sentí como se agolpaban imágenes de masacres, hambrunas, pobreza, incendios, bombas atómicas conseguidas de cuerpos destrozados volando en el aire, niños... bebés. Guerras, cuerpos, sangre... muerte. Enfermedad. Mi Lassie muerta. Alaridos de mi Lassie en cama, gritando mi nombre.-¡Madre! ¡Padre!.. Lassie.-gritaba desesperada, con miedo y... sola. Sola, sola, sola, sola, sola... la palabra invadió mi mente con una voz áspera y vil. Finalmente, me disparé en la sien.Desperté sobresaltada, con mi pelo pegado a la frente y nuca con sudor. Varias veces había soñado con el aviso de hace unas semanas, sólo la última parte fue nueva. Miré de soslayo el reloj aún somnolienta y abrí los ojos de golpe. Faltaban quince minutos para la escuela. Ay, no... Lassie también seguía dormida.

-¡LASSIE DESPIERTA! - grité a todo pulmón, mientras me incorporaba rápidamente de la cama y buscaba en mi closet unos vaqueros negros. Lassie despertó de un salto y duro unos segundos para asimilar la hora. Finalmente, abrió sus ojos como platos y corrió hacía la puerta. Yo seguía luchando con la ropa, poniéndome mis vaqueros y una blusa azul con un cuello en forma de V.-Julie, tu pantalón está al revés.- se río por lo bajo, le saqué la lengua y salió, riendo aún.Al fin, sólo faltaba ponerme mi collar. Mi collar ha estado por generaciones en la familia de mi madre, se lo entregó a mi abuelo antes de morir y le pidió que me lo diera, y me lo entregó hasta este año, por mi decimosexto cumpleaños. Tenía una cadena de bronce en forma de espinas entrelazadas y en el hueco entre mis clavículas, estaba la cabeza de un diminuto murciélago mostrando sus pequeños dientes, en acción atacante, moldeado de bronce.Trencé mi cabello en una trenza de lado y corrí a la cocina y preparé el desayuno de Lassie y lo puse en su lonchera.Mi madre solía hacerlo todas las mañanas para las dos, ella no nos habría dejado llegar tarde a la escuela y nos habría levantado con un suave beso en la frente. Se me hizo un nudo la garganta y sacudí la cabeza despejando sus recuerdos. Tomé las llaves del auto y entré al carro. Segundos después, llegó Lassie con su lonchera y mochila de Minnie.-Hemos sobrepasado el record, en diez minutos y, ¡míranos!-dije riendo, la verdad es que si fue impresionante.Lassie tenía una trenza como la mía y una diadema rosa que combinaba con su pantalonera y sudadera rosa, con una Minnie estampada en la sudadera. A Lassie le encantaba Minnie Mouse. La caricatura era muy diferente a las que remitían ahora en día, pero mi abuelo le había regalado algunos círculos brillantes, que él llamó "discos de DVD" y ¡el aparato en que lo reprodujo! Era una caja rectangular delgada de color gris y el círculo brillante lo había colocado dentro de la caja y mágicamente, en la televisión empezó la caricatura. Lassie y yo habíamos quedado impresionadas. Quien iba a decir que ahora era contada la gente que conocía una televisión, por suerte, mi abuelo conservó una pequeña, todos los sábados subimos al ático y la miramos sobre un cómodo sofá, con una sola manta para los tres. No importa la fatiga de toda la semana, vale eso y más, el estar con ellos esas horas. También a mí me gustaba la caricatura, era algo nuevo para nosotras. Desde entonces, mi abuelo se emprendió en la difícil tarea de buscar ropa o cosas de Minnie, para obsequiárselo en su cumpleaños pasado. Lassie lo abrazó durante semanas dándole las gracias.Aparqué en su escuela y su pequeña amiga Vee, se encontraba en la entrada esperándola con una sonrisa. Se despidió y antes de entrar al salón de clases, me lanzo un beso e hizo nuestra señal de no-despedida, diciendo así que siempre nos volveríamos a ver. Se trataba de hacer un círculo con el dedo índice en el pecho, donde se encuentra el corazón y soplamos en nuestra palma hacía el cielo. Le devolví el beso junto con la señal y entró.Llegué a clase de Geometría tarde y al ver la mirada de desaprobación de la Srta. Collins me disculpe, sin pensar, con una estúpida inclinación, por lo que estallaron varias risitas del fondo y me senté rápidamente en el único espacio libre. No otra vez, pensé. Odiaba sentarme con ese chico, era malhumorado y siempre me dejaba todo el trabajo. Ah sí, casi lo olvidaba. Hacía que mi corazón diera un vuelco cada vez que me miraba. Sus ojos eran un abismo verde color esmeralda, su piel dorada y lucía perfecta, tan suave... había luchado tantas veces por evitar alzar la mano y acariciar su mejilla. Y su pelo ondulado, era castaño claro y caía sobre sus orejas, y sus labios eran gruesos y de un carmesí tenue, y su nariz era respingada, perfecta. Jamás me habían atraído los perfiles aguileños, el suyo me encantaba. Me recibió con una sonrisa burlona. Al menos hoy está de buen humor, pensé.

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⏰ Last updated: Jun 13, 2019 ⏰

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Corazón de una quimeraWhere stories live. Discover now