Su garganta estaba seca, su frente sudorosa, su vientre caliente, y su olfato tan sensible. Podía sentir cada feromona que provenía de los demás.

Trató de calmarse pero nada ayudaba, cada vez comenzaba a sentirse más caliente. Su cuerpo no reaccionaba de la manera en la que él quería. Deseaba poder acabar con eso que estaba consumiendo su cuerpo.

Pero era muy tarde, ya sabía que finalmente el celo había llegado. Y Hongjoong no había traído sus supresores.

Dos alfas se encontraban en la habitación de al lado, su mejor amigo era un alfa. Y de tanto pensar en él, ese alfa entró a la habitación, colocándose sobre Hongjoong, sintiendo el delicioso aroma a vainilla que salían con todo su esplendor inundando toda su nariz, que también se esparcía por toda la habitación.

Song Mingi estaba cegado por el deseo. Estaba ansioso por probar cada parte de Kim Hongjoong, quería trazar cada línea de su cuerpo con las yemas de sus dedos, clavar sus ligeros colmillos entre su piel, quería lamer cada parte de él.

─¡Porfavor, Mingi! ¡Detente!

─No lo haré.

La cama comenzaba a mecerse por el peso de ambos, Hongjoong por un momento pudo librarse de Mingi, pero no duro mucho su libertad ya que fue arrojado nuevamente a la cama. Mientras el alfa lamía su cuello, ansiando poder morder su nuca.
El pecho del omega subía y bajaba frenéticamente, sintiendo el aroma a menta entre su nariz, las feromonas de Mingi lo estaban torturando vivo. Caso lamida, cada toque, cada respiro era una tortura.

No quería esto, no esperaba esto, no quería romper lazos de amistad.

Kim trataba de apartar a ese alfa que se encontraba encima suyo, empujándolo con sus manos. Sin embargo fue en vano. Parecía que empeoraba la situación, Mingi estaba completamente cegado por el deseo sexual, completamente atraído por Hongjoong y sus feromonas de omega que lo volvían loco y lo excitaban de una manera indescriptible.

Lágrimas caían sobre las mejillas del pequeño omega que estaba asustado, en una situación en la que su amigo trataba de aprovecharse de él y de su estado inmune. Sus ojos se nublaban y ni siquiera podía ver al mismísimo Song Mingi que estaba arriba suyo aún acariciando varias zonas de su cuerpo.

Se detuvo por un instante al ver las lágrimas que se deslizaban por las mejillas de su pequeño amigo, dándose cuenta de las acciones que había cometido. Estaba a punto de haberse aprovechado de la inocencia de Kim.

Hongjoong entendió a la perfección que Mingi se había arrepentido, por lo que decidió darle un reconfortante abrazo. Las lágrimas cesaron, pero el más alto salió disparando de la habitación, dirigiéndose hasta la otra habitación para buscar sus cosas e irse de allí. Despertando a Yunho y San, que habían estado completamente dormidos.

Choi San talló sus ojos y rápidamente fue en busca del omega, que estaba estampado contra la cama. Con su cara totalmente roja, su pecho era como un auténtico sube y baja y su perceptible olor a vainilla inundaba la habitación.

─¡Yunho!─Gritó San, por lo que el pelinegro vino rápidamente corriendo, mientras cubría su nariz con una de sus mangas.

─¿Acaso su celo le ha llegado?

─Eso es lo que creo, ve a la cocina y tráeme un paño frío y un vaso con agua fría.

El más alto asintió ante las órdenes que el omega le había dado, mientras éste se ocupaba del estado en el que se encontraba ese rubio, el cual estaba recostado en la cama con un fuerte y punzante dolor en su vientre.

San buscaba entre su cajón aquel pastillero en donde guardaba sus supresores, tirando todo a su alrededor con ser capaz de poder ocultar las fuertes feromonas que seguía largando Hongjoong. Y las encontró, tomó una pastilla y se la entregó al omega.

Omega por equivocación ➸ MinJoong.Where stories live. Discover now