Tu Primero

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Espero les guste, he cambiado algunos diálogos. Ubicado en End Game.

-¿Algo nuevo Rhodey?- preguntó una Natasha sentada en su escritorio y  claramente cansada, se le notaban unas grandes ojeras y estaba un poco más delgada de lo normal.

-Bueno, han ocurrido algunos asesinatos aquí en México, fue una total masacre deberias ver los cuerpos- contesto un preocupado Rhodey al ver el semblante de Natasha.

-¿Y se sabe de quién fue obra?- preguntó con curiosidad.

-Pues se rumorea que fue obra de un cartel con el que los tipos tenían problemas, pero... Creo que tu y yo sabemos muy bien quien lo hizo- terminó el general, prestando atención a la reacción de su compañera.

-Si, ¿Puedes encontrarlo?-

-Nat, si te soy sincero hay una parte de mi que no quiere encontrarlo, después de lo que se ha convertido- respondió con cautela.

-Por favor- la rusa lo miraba suplicante, casi a punto de llorar.

-Está bien- respondió el general, decidido a no agobiar más a la rusa.

-Perfecto Rhodey, estamos en contacto- termino la rusa, el otro asintió y el holograma desapareció al instante.
Agradeció eso, porque fue justo antes de que finalmente se derrumbarra. Empezó a llorar como casi todo el tiempo últimamente hacía, la situación la estaba consumiendo, el hecho de que la mitad de los seres vivos se hubiera ido.

Se perdieron familiares, conocidos, familias enteras y estaba costando avanzar. Para empeorar su estado de ánimo, su mejor amigo del que descubrió seguía vivo, no estaba mejor que ella. Se convirtió en un asesino, principalmente de narcotraficantes, ladrones y personas del bajo mundo. Era una situación muy difícil y de la cual no estaba segura poder llegar a sobreponerse.
Dejó soltar un sollozo.

-Me ofrecería a preparar la cena pero, ya no quiero que sufras más- escuchó decir de una vos que conocía demasiado bien.

Lo volteo a ver, y ahí estaba. Steve Rogers recargado en el marco de la puerta, alto e imponente como siempre pero con una sonrisa dulce que ella sospechaba se la dedicaba solo a ella.

-¿Vienes a lavar tu ropa?- dijo con sarcasmo tratando de evitar que la vea llorar.

-Y a ver a una amiga- respondió sin más.

-Creo que tu amiga está bien- dijo intentando sonreír.

-Bueno, cuando venía para acá vi unas ballenas- dijo cambiando de tema, intentaba no molestara.

-¿En el río Hudson? Que interesante- dijo utilizando nuevamente el sarcasmo pero agradeciendo el cambio de tema.

-El agua está más limpia, hay más recursos que antes... - no pudo terminar porque ella lo interrumpió.

-Oh si sigues hablando te lanzaré un sandwich de crema de mani- lo amenazó sin entender porque decía ese tipo de cosas. Lo vio reír ligeramente mientras se acercaba y tomaba asiento frente a ella.

-Veo que esto te está afectando mucho te noto muy preocupada, más que a cualquiera de nosotros- dijo con semblante serio y preocupado.

Nuevamente las ganas de llorar la inundaron, emitió un ligero sollozo y lo vio a los ojos, notando la preocupación genuina decidió confesarse con el.

-Antes no tenia nada y ahora tengo esto. Este trabajo, esta familia, y esto me hizo mejor de lo que era... Todavía trato de ser mejor. Hacerlo bien cada día de mi vida- terminó viéndolo a los ojos esperando su respuesta.

-Creo ambos necesitamos una nueva vida- dijo viéndola fijamente.

Ella sonrió, tal vez el siempre sabio capitán tenía razón. Ambos necesitan una nueva vida, para intentar avanzar.

-Tu primero- dijo más serena.

El sonrió, de nuevo con esa sonrisa dulce que la lleno de la paz que necesitaba.

-Creo que no me estas entendiendo Nat. No me refiero a una vida cada uno por su cuenta, quiero decir una vida juntos, tú y yo- dijo esbozando más su sonrisa.

Enonces lo entendió, comprendió el mensaje de las palabras de su compañero, el no solo queria empezar una nueva vida, además quería que ella estuviera más que presente. Y con esas palabras, le dio calidez y destapó los sentimientos de amor que ella le profesaba, que ella misma hace tiempo se encargo de esconder muy profundo en su ser, y que ahora sabía  el llegó a sentir lo mismo y al parecer aún lo sentía.

-Por dios Steve- dijo haciendo una pausa mirándolo con detenimiento, como intentando comprobar lo anterior dicho-.
-No sabes cuánto tiempo llevo deseando que me dijeras eso- dijo aún sin poder creerselo y con una lagrima derramada.

-Pues tu deseo se ha cumplido, agente Romanoff- termino de decir y se paro, camino lento hacia un lado de ella, lo miraba expectante, entonces le ofrecio su mano.
Natasha la tomó ahora nerviosa y la hizo levantarse, acto seguido el la tomó de la cintura y con suma delicadeza la pegó hacia el quedando muy cerca.
Entonces se atrevió a preguntar.

-¿Porque esperaste tanto? ¿Por qué hasta hoy?- preguntó abrumada por las acciones del rubio, aumentando su nerviosismo por la cercanía.

-Sabes, siempre sentí algo hacia ti, sin embargo nunca sentí que fuera el momento para hablarlo, mucho menos con esta situación. Ahora simplemente me canse de buscar ese momento, no puedo esperar más-.

Ahora se sonrieron, dejando de lado sus dudas y finalmente se besaron, un beso largo y cargado de sentimiento y deseos reprimidos, sentimientos de amor que ya no querían ser ocultados más. Por este tipo de momentos, especiales es que vale la pena continuar y buscar soluciones a los problemas.



Mando mucho amor a todos.





Romanogers - One Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora