—Entonces, me voy —parpadeé y lo miré.

Me sentí abrumada por confirmar que James, era la persona que estaba detrás de esa máscara. La cuestión era: ¿él lo sabía o sólo fue algo que creó mi imaginación? Antes de seguir cuestionándome, se dio la vuelta y suspiré aliviada.

En eso, llegó mi hermano. Bajó de la camioneta y se encontró con James en medio del camino. Esperaba que Alexander se pusiera a la defensiva, ya que generalmente era sobreprotector cuando me veía con chicos. Pero me asombré cuando lo saludó.

Intercambiaron unas pocas palabras y luego ambos comenzaron a caminar hacia aquí. Me tensé y me retiré de la puerta mientras Alexander entraba.

—¿Qué tal, hermanita?

James cruzó por la puerta y me lanzó una mirada victoriosa.

—No sabía que lo conocías —le dije a Alexander mientras se sentaban en el sofá.

—Es mi compañero en clase de Atletismo —comentó con indiferencia.

—Ah, eso lo explica. ¿Cómo siguió Karen? —cambié el tema.

—Sigue sin creer que su amiga falleció, pero está un poco mejor —dijo para luego volverse hacia a James, quien miraba a su alrededor—. ¿Que hacías por aquí?

—Vine a hablar con tu hermana pero me dijo que está ocupada, fue por eso que estaba por regresar a casa —contestó, mirándome de reojo.

Alexander soltó una risa y luego me miró.

—¿Ocupada haciendo qué? ¿ver televisión y leer? —dijo, arqueando una ceja.

Puse los ojos en blanco.

—Estaba terminando el proyecto de Bioquímica —repliqué, esperando a qué se quedara callado, pero en su lugar, frunció el ceño.

—Pero, en la tarde me dijiste que ya lo habías terminado —expresó, confundido

No pude golpear mi frente con la mano porque mi brazo estaba estático. Obviamente ya lo había terminado pero en ese instante no recordaba que se lo había contado. Pensé que no estaba poniéndome atención ya que estaba viendo su programa favorito, pero por lo que veo, estaba equivocada.

Busqué las palabras adecuadas que me libraran de esta miserable traición, pero James no dejaba de mirarme. No podía concentrarme con precisión cuando su vista no se apartaba de la mía.

—Me falta completar la tesis de... como sea, iré a continuar con el resumen —dije antes de desaparecer de la sala.

Si antes no me creía, ahora con el comentario de Alexander, mucho menos. Pero no tenía por qué darle explicaciones a James acerca de mis excusas. Podía contradecirme las veces que quisiera, no es como si fuera algo malo hacerlo. Sin embargo, no era eso lo que me preocupaba, si no el hecho de que fuera amigo de mi hermano. Podría utilizar su amistad con él con tal de venir a casa. Podía intentar... drenarme. Diablos, me era un tanto absurdo utilizar esa palabra.

Al llegar a mi habitación, encendí la luz y casi me da un infarto cuando vi a Max a un lado de la ventana. Me llevé la mano al pecho y estaba segura que el corazón se me iba a salir en cualquier momento si seguía presenciando ese tipo de sustos.

—¿Llevas aquí mucho tiempo? —pregunté, luego de que mi respiración volviera a la normalidad.

—Tal vez —respondió, esquivándome para poner el pestillo de la puerta.

—James está aquí —dije, volviéndome hacia a él.

—Lo sé. Estaba por llegar a tu casa cuando lo vi bajar del auto. Conducí una calle atrás y entré por la ventana —explicó, sacando su teléfono

—¿Dónde está Jordan?

—Se quedó en su auto, a unas cuadras más adelante. Va a esperar a que James se vaya para seguirlo —tecleó su teléfono y lo volvió a guardar.

—Por un momento pensé que me drenaría —murmuré, abrazándome a mi misma.

—Pero no lo hizo, además no iba a permitir que lo hiciera —su miraba comenzaba a debilitarme.

—Gracias por lo que Jordan y tú están haciendo —agradecí, con sinceridad.

Asintió y nos quedamos en silencio, escuchando lo que James le decía a Alexander. No era nada relevante. Hablaban de chicas, fiestas, y fútbol.

Una vez que se marchó, el teléfono de Max comenzó a sonar.

—¿Qué pasó?... ¿para dónde se dirige?... sí, entiendo... No, sigo en su habitación... —gruñó—. Cállate, Jordan... está bien... te veo en Starlight, entonces —colgó y guardó el celular en los bolsillos—. Tengo que irme, James se dirigió a RedHouse, así que no creo que vaya a volver.

—¿Qué haré mientras tanto? No puedo tratarlo con indiferencia.

—Podrás hablarle en la universidad, pero por nada en el mundo te quedes a solas con él.

Asentí, y salió por la ventana. Estaba segura que no me quedaría a su lado sin nadie a mi alrededor. Y mucho menos permitiría que Kim o Claire hicieran lo mismo. Sentí una opresión de decepción en mi interior. Pensé que James se volvería en mi amigo, pero ya no podía confiar en él. A partir de ahora, debía tener mucha precaución y esperaba que Alexander no cayera en su engañosa apariencia.

Atracción Mortal ✅ [ Disponible en físico ]Where stories live. Discover now