- No es necesario.

- Había tomado esa decisión antes de que llegará a las empresas.

- Jazmín deja de hablarme como si fuera tu jefe - rueda los ojos.

- Es lo que es, mi jefe.

- Creo que las cosas adentro han dejado claro que soy más que eso.

- ¿Podrías sólo llevarme a casa? - Vicent se rasca la nuca y yo camino bajando los escalones hasta que encuentro su auto estacionado a un lado.

El hombre que antes había visto fija su vista en Vicent que llega justo detrás mío.

- Señor Vicent - abre la puerta del auto y señala el asiento.

- La señorita Vega nos acompañara hoy - me toma del brazo y sonríe-. ¿Puedes llevarnos hasta su casa?

- Por supuesto señor - él sonríe y ambos entramos al auto. Mi vista se centra en la ventana y sigo sin hacer contacto visual con él.

Estoy actuando como una imbécil, pero estoy tan avergonzada de lo que ha pasado en menos de una semana que me cuesta a mi misma creerlo.

- Jazmín se que no fue la forma correcta de referirme a lo que había sucedido entre ambos, pero honestamente no entiendo el porque de tu actitud.

- Es que yo no soy así - le doy una vista-. Antes de que aparecieras me sentía mal conmigo misma por lo que esa noche sucedió, incluso el haberme sentido miserable y cansada de mi vida en la empresa fue la razón que me orillo a beber más de la cuenta.

- ¿Aquel día discutiste con Leonardo?

- El señor Leonardo siempre discutía conmigo. Incluso me culpaba de sus propias fallas.

- Ese hijo de pe.. - se calla conteniendo su insulto-. Jodido imbécil.

- No creo que el señor Leonardo de las cosas tan fáciles para que quedes al mando de ellas.

- Conozco a mi hermano, el razonar no está en su diccionario.

- De igual forma, no es bueno que tengan problemas con su padre.

- Mi padre y Leonardo se comunican mucho, creo que a este punto él ya sabe que sucedió en las oficinas, seguro que hizo un berrinche de niño pequeño por llamar su atención.

- Tú y él son muy diferentes.

- No soy como Leonardo, él ve todo como un juego de mesa, nunca ha sentado cabeza, mi padre nunca le ha conocido una mujer oficial en su vida.

- ¿Porque estabas aquel día bebiendo tanto en el bar?

- Desde que me divorcié, los días no han sido muy fáciles.

Me quedo callada ante su respuesta y dirijo mi vista hasta la calle que da con mi casa.

- Puede detenerse aquí - el chofer detiene el auto y abro la puerta para bajar de allí, acto seguido Vicent baja por la otra puerta y me detiene.

- Dime, ¿Deseas cenar conmigo esta noche?

- No puedo hacerlo, voy a estar ocupada.

- Siento que ha sido una mentira rebuscada - frunce el ceño.

- Yo.. Esto no esta bien.

- Salgamos sólo a cenar - toma mis manos y sonríe-. ¿Te parece a las ocho?

- A las ocho supongo que está bien.

Veo de reojo a mi hermana mirando desde la ventana y después de que se topa con mi vista se despega de esta.

Seducir a un extrañoWhere stories live. Discover now