La gente había visto todo lo sucedido, pero debido a su desconocimiento del tema sólo fueron concientes de que Stark casi fue atropellada, ignorando completamente que el inciddente de la lluvia fuera culpa de ella.

Gracias al cielo.

Ambos seguían con sus cuerpos empapados aún, pero lo que menos les importó en ese momento fue mojar la camioneta.

Rogers estaba demasiado preocupado; su vista iba del camino a Astrid, del camino a Astrid una y otra vez, asegurándose de que estuviera bien.

Pero ella seguía con su cabeza apoyada en el cristal, con la vista perdida. Sus ojos azules ya habían desaparecido pero tampoco eso era algo para alegrarse.

El brazalete no había funcionado y eso estaba mal.

Steve imaginó que ya todos en el cuartel se habían enterado de la noticia y que estarían esperándolos como siempre reunidos en la sala en frente de la televisión y exigiendo respuestas.

Stark volvió a recuperarse poco antes de llegar a las instalaciones, giró su cabeza para encontrarse con el rostro de Steve firme en el camino y con su mandíbula rígida.

Estuvo un par de segundos inmóvil hasta que habló:

—¿Rogers?

El mencionado giró en su dirección y al ver a la chica despierta suspiró aliviado.

—Astrid, por fin— la joven se reincorporó en el asiento haciendo crujir su espalda y cuello— Llevabas un rato así.

Stark intentó sonreír— Si es que yo...— honestamente ella no pudo dar una buena explicación— Eso fue raro— concluyó.

—Ni que lo digas. ¿Estás bien?— preguntó mirandola

Astrid hizo crujir su cuello nuevamente— Sólo siento que me va a explotar la cabeza...Necesito mis pastillas— dijo más para sí misma que para su acompañante.

Hubieron unos cuantos segundos donde ambos permanecieron callados hasta que el Capitán se atrevió a aclarar una duda que estuvo rondando en su cabeza.

—Astrid...¿Eres consciente de lo que acabas de hacer?

La chica volteó su cabeza con lentitud hasta toparse con los ojos azules de Steve.

Desearía no serlo.

Ambos volvieron su vista al frente suspirando con pesar. No era un tema para nada agradable.

—Te juro que no sé que sucedió esta vez— dijo Stark de repente con su vista fija en el camino— Mi conciencia...Me atrapó.

—Debió haber sido algún otro efecto del cambio en tu ADN y...

—No Steve— lo interrumpió— Esto fue distinto...Habían voces hablándome...Murmurando cosas que no podía entender.

El Primer Vengador la observó con atención. Había una parte de él que no le creía, pero había otra que elegía confiar en ella.

Y se fiaría de esa última parte.

—No estoy loca Steve— contestó ella como si supiera que el rubio desconfiaba de sus palabras. Quitó su vista del camino y la centró en éste— No lo estoy.

El resto del camino fue en silencio, Astrid no tenía fuerzas para seguir hablando y el Capitán no quiso ser más molestia para ella.

Llegaron al edificio y estacionaron en el subterráneo preparándose para lo que iba ser la reprimenda por parte del resto de los Vengadores.

𝐓𝐄𝐓𝐑𝐀¹ | 𝐒𝐓𝐄𝐕𝐄 𝐑𝐎𝐆𝐄𝐑𝐒 ✓ #MarvelAwardsWhere stories live. Discover now