1. Jailbreak

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   '¡Déjenme salir, bastardos!'—esta orden fue acentuada con una violenta sacudida de los barrotes. 'Soy ciudadano de los Estados Unidos de América...'

   'Yo también, hermano, pero eso les importa un bledo,' interrumpió una voz tétrica desde un rincón de la misma celda.

   '¿Y tú quién diablos eres?' rugió el primero, sin voltear, aferrando los barrotes todavía.

   'Me llamo Freddy,' respondió el otro.

   'Tengo que arreglarme para un compromiso, ¿me oyen, malditos?', insistía desesperado su compañero, aunque no había nadie más a la vista.

   'Yo puedo ayudarte,' anunció Freddy, sardónico. Al decir esto, se escuchó un tintineo. El tipo rabioso se giró un poco y percibió un destello.

   'Sí, eso servirá,' espetó, ansioso, al discernir una navaja larga que Freddy chocaba sobre la cerradura de su celda.

   'Pero antes, cuéntame, cuál es tu estilo, mi estimado...,' y aguardó a que su compañero se presentara formalmente.

   'Soy Blackie, y llevo prisa, así que no hablemos más. Muéstrame tus habilidades.'

   '¡Listo!' exclamó Freddy. '¿Contento ahora?'

   Silencio absoluto. Blackie no entendía cómo había llegado ahí. Todo había sucedido tan rápido: una luz lo envolvió mientras dormitaba en su asiento a bordo de un avión hacia Bleasktone, y de pronto se encontró en una celda. Luego, su compañero de celda, un tipo flacucho con suéter a rayas y sombrero de paja, se había ofrecido a forzar la cerradura con una navaja, y justo cuando debía empezar su labor, mil destellos deslumbraron a Blackie de nuevo. Cuando recuperó los sentidos, la puerta seguía cerrada y Freddy lo admiraba satisfecho.

   '¡Me cago en la hostia!' chilló Blackie al reparar en el rostro chamuscado de su compañero. '¿Ellos te hicieron eso?'

   'Si te refieres a nuestros captores, no,' repuso Freddy. 'Esto fue cortesía de unos vecinos provincianos, pero aquí no me han hecho nada.'

   'Aún...'—jadeó alguien en el pasillo, y al cabo de unos segundos más apareció un chaval greñudo, vestido de jeans, tennis y una playera con la portada del disco Jailbreak de Thin Lizzy. A juzgar por su expresión, estaba muy agitado. Lo seguía un hombre tosco y corpulento que cargaba una enorme escopeta. 'Aún no les han hecho nada, pero no teman, los vamos rescatar,' dijo el chaval, notando que Blackie retrocedió ante el hombre armado. Sin embargo, Blackie retrocedió más por asombro que por miedo, pues en las gafas obscuras de aquel hombre vio su propio reflejo. Y no le agradó lo que vio; o mejor dicho, le alarmó sobremanera lo que no vio.

   Y tan absorto estaba, sospechando que se hallaba inmerso en una Pesadilla en la calle del infierno, que tampoco se fijó en una criatura que los vigilaba en la distancia y que se escabulló una vez abrieron la celda. Lo que sí observó fueron las hojas de acero afiladas que se proyectaban de los guantes de Freddy cuando éste les dio una palmada en el hombro a sus salvadores, y entonces Blackie cayó en cuenta de lo que había ocurrido un minuto atrás.

   'Vengan conmigo si quieren vivir,' exhortó el chaval, guiando al grupo a hacia una escalera, ante la cual se detuvieron.

   'Siempre quise usar tu frase, Nate,' le dijo a su escolta.

   'Preferiría que me llamaras por mi modelo, T-800,' gruñó él.

   '¿Modelo?' repitió Blackie, consternado.

   'Sí, soy un cyborg del futuro en una misión especial,' reveló el T-800.

   '¿Y cómo debemos llamarte a ti, muchacho?,' Preguntó Freddy.

   'Ah, yo soy Adrián Flodden, mucho gusto en conocerlos.' En ese momento Adrián sacó su celular y se lo tendió al cyborg. 'Nate, ¿nos tomas una foto?,' y se acomodó en medio de los prisioneros recién liberados.

   'Dicha petición es totalmente irrelevante para el cumplimiento de mi objetivo,' respondió el cyborg secamente.

   'Con gusto la tomaré yo cuando suban,' dijo una voz femenina desde la punta de la escalera.

   'Supongo que tú eres el modelo 96-58-94, ¿eh?'—así abordó Freddy a la mujer que los esperaba (una pistola de grueso calibre en cada mano) en el piso de arriba, una vez que sus ojos la hubieron recorrido de pies a cabeza, estimando sus medidas. 'Soy Freddy Krueger,' añadió con un guiño, sombrero en mano, 'y sin duda tú podrías cumplirme un deseo a mí también.'

   'De hecho, mi nombre es Lara Croft,' lo corrigió ella. 'Y tienes razón, bien podría prepararte un bálsamo de los antiguos incas para curar tu piel, mas una mente podrida no tiene remedio.'

   'No temas a que me convierta en el hombre de tus sueños, chica lista,' persistió él; 'te puedo asegurar que serían fabulosos...'

   '¡Basta de tonterías!,' gritó Blackie, y avanzó un paso. 'Exijo una explicación...'

   '¡Caramba!,' exclamó Lara, mirándolo fijamente. '¿Tú eres Blackie Lawless? ¡Te ves tan distinto en persona!' — una fase del entrenamiento al que se sometió Lara para esta operación de rescate consistió en ver videos de W.A.S.P. con la Hell Patrol.

   'Lo sé,' admitió Blackie, bastante molesto. 'Es por culpa de este imbécil,' y señaló a Freddy. 'Pero voy a demandarte, sabandija inmunda, por haber estropeado mi imagen.'

   Aunque Freddy en verdad sólo había tratado de ayudarlo, era obvio que Blackie no apreció su gesto. Verán, puesto que Blackie estaba muy alterado debido a que le urgía arreglarse para un compromiso, Freddy consideró que un corte de cabello era justo lo que necesitaba, y como Blackie no especificó un estilo, Freddy lo esquiló a su antojo—de modo que ahora la cabeza de Blackie evocaba un corcho. Y por eso le arrebató el celular a Adrián, para borrar la foto que les habían tomado juntos y avisarle a su manager que había decidido cancelar la gira.

   Entonces Adrián, en medio de una serie de atronadoras detonaciones (Lara y el cyborg T-800 disparaban a las criaturas que se habían congregado a su alrededor, empeñadas en impedir su escape), expuso la situación: Blackie y Freddy habían sido capturados, accidentalmente, por una raza de cazadores intergalácticos llamados Depredadores. ¿Accidentalmente? Sí, pues los Depredadores habían confundido a Freddy con otro individuo al que buscaban (un mutante con garras retráctiles de adamantium); y asumieron que las sierras adheridas a los brazos de Blackie durante sus conciertos eran, igual que las garras de Wolverine de los X-Men, extensiones de su esqueleto, compuesto de dicho material.

   Y cesó el fuego.

   'Área despejada,' confirmó el T-800 tras una densa columna de humo que se alzaba del cañón doble de su escopeta.

   '¡Excelente trabajo!' Adrián felicitó a sus protectores, brincando cadáveres en su camino hacia el exterior de la guarida de los Depredadores.

   Ahora bien, cómo regresaron a la Tierra y cuál fue el origen de todo este alboroto es tema del próximo capítulo.

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[Exceptuando todo cuanto se refiere al universo de STARGAZER (la ciudad de Bleakstone; Monique y su librería; el bar Hangar 18 y su DJ, Lady Blizzard; la revista El Hoyo Negro; Hell Patrol, o sea, Adrián Flodden, Crimson y Spade; Quake, Randy Razor, Constrictor y Neil May), que sí me pertenecen, el resto de quienes aparecen o son aludidos en este relato son propiedad de los estudios o individuos que los crearon. Yo no tengo ningún derecho sobre estos personajes ni sobre los medios en los que han figurado. Simplemente quise rendir tributo a los programas de televisión, películas y juegos de video que forman parte de mi entorno. La única intención de difundir esto es divertir a otros fans, sin pretensiones comerciales.]

Starbreaker: Una explosión de clásicosOù les histoires vivent. Découvrez maintenant