Parte 2

6.7K 268 8
                                    

James Sirius Potter se encontraba sentado en el comodo sofá de la sala común de los leones, mirando hacia el fuego.

A su lado se encontraba Rose weasley.

La mayor de los weasley miraba a su primo con cierta preocupación y decepción en su mirada.

¿Cómo pudiste hacerle eso James?- dijo Rose con tono reprobatorio.

Yo no hice nada- se defendió el Potter mirando a su prima.

¿Y como explicas, que te vimos besándote con esa Ravenclaw?- le replico la pelirroja.

Ella me beso- dijo James- No lo se, solo estaba hablando con Fred y de repente ella llego y dijo que quería hablar conmigo y luego nos fuimos para hablar y de un momento a otro ella me estaba besando.- dijo rápidamente.- Lo arruine todo- enterró sus dedos en su cabello pelinegro, escondiendo su cabeza entre sus brazos para que su prima no lo viera derramar alguna lagrima.

No quería sentirse así. No quería sentirse miserable, infeliz. El mundo se venia abajo.

Su Pelirroja, la que tanto le había costado conquistar estaba en los cuartos de mujeres, llorando desconsoladamente, por lo idiota que había sido al no darse cuenta de la trampa que le había tendido aquella rubia.

Todo por su culpa.

Si es cierto lo que dices debes hablar con ella y pedirle perdón- dijo Rose calmadamente mientras ponía un brazo sobre la espalda de James.

No quiere hablarme- Dijo él Levantando la cabeza y mirando a su prima.

Hoy no, deberías darle su tiempo y dejar que las cosas se calmen, entonces podrás hablar con ella-Dijo Rose.

El mayor de los Potter asintió y se levanto de su asiento.

Creo que debo ir a dormir- dijo dirigiéndose a las escaleras de los cuartos de varones.

Rose le envío una ultima sonrisa de compasión y se dirigió ella también a las escalera de los cuartos de mujer, la diferencia era que ella iría a ver a su amiga para saber si había terminado de desahogarse.

El cuarto de mujeres de séptimo año era un total caos. Todas las camas estaban descendidas, había papeles en el piso y pintura derramada sobre ellos, las cortinas de la habitación estaban descolgadas y arrugadas, había un baúl que había sido abierto, y las cosas que antes habían estado adentro del él ahora estaban desparramadas sobre una de las cortinas que se encontraban en el suelo.

Sobre la cama más apartada de la puerta se encontraba una pelirroja con el cabello alborotado y los ojos azules mares hinchados y rojos de tanto derramar lágrimas.

Kate West sollozaba en silencio, mientras en una de sus manos se encontraba el regalo de navidad de su querido pelinegro. El regalo antes había sido una caja cuadrada, cubierta por un fino envoltorio de color rojo estampado con copos de nieve y tenía un lazo dorado que unía la tapa y la caja. Ahora solo había pedazos de papel arrugado, cintas echa añicos y un corazón roto en mil escombros que no podrían recogerse de tan destruidos que estaban. Pedazos del corazón de Kate

Dentro de la caja se encontraba un portarretrato de color escarlata con la foto de dos chicos en medio de un dulce beso. Ambos chicos parecían felices y despreocupados, poco importaba como se encontraban el resto del mundo, quienes lo miraban y quienes comentaban con recelo o envidia. Es que hacia se sentían Kate y James cuando estaban juntos, cuando se besaban, cuando caminaban de la mano, cuando hablaban o incluso cuando sonreían o se miraban.

Pero ahora toda esa pequeña burbuja que habían creado para los dos había desaparecido. Él se había encargado de destruirla.

Kate no sabía porque demonios la había engañado un par de horas después de haberle jurado que la amaba y que nunca la iba a dejar.

James sirius Potter y tu ONE SHOTWhere stories live. Discover now