Capitulo 1.- Constantine.

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Marzo de 2005

En un ambiente templado, postrado en una mesa

Yo con una mano procedí a sacar un cigarrillo de un paquete. Lo agarre y lo sujete con los dedos para luego usar mi otra mano para sacar mi mechero. El fuego hizo su aparición, el elemento más común y más caótico, también el más perfecto y pecador. Consume todo en masa, alimentadose, sin dejar nada que vuelva a crear lo que consume.

Dejando la llama hacer su trabajo en mi cigarrilo, yo solo me tranquilizo, inhaló el humo asfixiante hacia mis pulmones para luego expulsarlo, ese suave y agrio sentimiento hace ir mis quejas, olvidar casi todo lo que me rodea, ignorando mi realidad.

Aunque no puedo por siempre, un pequeño demonio es avistado en mi campo de visión al mirar al piso. Yo solo lo observó, y el engendro creyendose el listo va para atacarme, grave error, explota en mil pedazos apenas yo muevo el brazo hacia arriba. Manchando mi cara con su sangre.

Me limpio con un trapo, asqueado y molesto. Odio cuando pasan estas cosas.

............

.......

....

Mi nombre es John Constantine, no muchos me conocen, mas porque eso es lo que deseo. No tengo mucho que decir, muchas cosas me han pasado a lo largo de los años, pero resumiendo puedo pelear contra demonios y verlos. El mundo astral y mágico no es un territorio desconocido para mí, lastimosamente.

Pase cerca de un bar, me apetecía beber un trago. Aunque al estar entrando, alguien me agarró de la chaqueta, muy repentina la acción, dirigí mi mirada extrañado para ver a una mujer, tal vez de unos 40 años o más.

-¿Desea algo señora?- pregunto impaciente, mirando fijo a la desconocida.

-Usted... ¿Es John Constantine?- pregunto la señora a lo que yo me sorprendo que conozca mi identidad. La miró unos segundos pero dejo mis cuestiones mentales para después.

- Entremos dentro del bar- le digo a ella.

Entramos, siendo bienvenidos dentro por la única mirada presente en el bar, el propio dueño. Nos situamos en una mesa para hablar, quería averiguar quien era la misteriosa señora.

- ¿puedo saber su nombre?- pregunte mientras sacaba un cigarrillo de mi bata al mismo tiempo que un mechero.

-Judy Warren- me respondió la señora, no se porque, pero su apellido me sonaba de algo. Empiezo a fumar prendiendo mi cigarrillo, pensado con claridad, recordando.

En breves segundos me acuerdo, los Warren....

Fueron conocidos por varios casos de actividad paranormal. aunque ellos llevaban mínimo 30 años sin aparecer o ser vistos por alguien.

-¿Puedo saber que se le ofrece?- pregunto indagando más para saber su visita hacia mi.

-Necesito que se encargue de un demonio- me dijo.

Ante su petición me extrañe.

-¿Qué cosa?-

- Necesito que mate a un demonio-

Me inclino un poco hacia atrás, meto el cigarrilo para inhalar el humo y desplegarlo al aire exhalando.

¿Porque ella deseaba eso?, Su apellido, su petición..., ¿Acaso es una pariente de los Warren?. No pensaba que fuese eso, aunque parece que si.

-¿Por que?- le pregunto, un poco autoritario, puesto que no he escuchado la razon.

- Para que .... liberes las almas de unas familias...- me dijo.

Yo solo la miró unos segundos con el cigarrillo en los labios.

- Usted es el más cercano que he encontrado, muchos me han hablado de lo que es capaz, yo... Necesito su ayuda, inclusive le pagaré-

-Esta bien- acepte, apagando el cigarrillo en un cenicero.

La señora me miró sorprendida y aliviada, lo más seguro es que ella pensó que rechazaría por como iba la conversación.

-Lleveme- le dijo guardando mi mechero en mi bata.

-¿Ahora?- pregunto asombrada por mi petición inmediata.

-Si- le dije.

Salimos del Bar tan rápido como entramos, fuimos hacia su coche y nos subimos para ir hacia el lugar.

El cielo está sin luces pequeñas, sin extrellas y sin luna. Las nubes grises y el aire tenso...

Tardamos unas dos horas y llegamos al destino.

La veo con mis ojos, una granja, cerca de un gran árbol y un lago.

- Este es el sitio- me dijo la mujer.

John Constantine: El conjuro Where stories live. Discover now