Siguió casi corriendo conmigo de la mano y yo con los tacones en la otra.

-¡Ai! ¡Ai! Mi pie Justin mi pie.-pegue un enorme grito.

-¿Qué te pasó?-gritó sosteniéndome mientras yo tiraba los tacones al piso.

-Me clave algo en el pie, oouch duele mucho.- pequeñas lagrimas brotaban de mis verdosos ojos- duele, duele.

-Siéntate a la orilla de la calle.-me ayudó a llegar- a ver, ¿Qué tienes?-tomó mi pie y lo miró haciendo una cara de horror.

-¿Qué me clave?-dije asustada.

-Tienes un pequeño clavito enterrado.-dijo con horror en sus palabras.

-¿Sangra?-pregunté al borde de las lagrimas.

-Bastante.

-Duele, Justin me duele.-y las lagrimas no quisieron quedarse mas dentro de mis ojos- quiero irme a casa.-dije con un tono de dolor.

-Espera, ya se me ocurrirá algo.-seguía con mi pie en su mano.

Tomo su pulóver y se lo sacó para envolver mi pie y así apretar para que la sangre cesara.

-No ¿Qué haces?-le grite.

-Así ya no te dolerá.

-Pero tu-me interrumpió.

-Prefiero que estés bien y no sangres.-le sonreí, a pesar de que eran las 5:00 de la mañana el seguía siendo todo un amor conmigo.

-Gracias.

-No hay de que.-se levantó dejando mi pie envuelto en el pulóver.-Ya no queda mucho pero no dejaré que camines así que discúlpame si pongo mis manos en lugares inapropiados pero prefiero llevarte yo a que camines de noche con un pie ensangrentado, y un vestidito demasiado corto.-rió después de decir lo último y me tomó en brazos.

Lo cierto es que sus manos no estaban en lugares que debían estar pero bueno, después de todo tiene derecho a hacerlo.

Tomó mis tacones y me los dio para que los llevara yo y así el poder cargarme con facilidad.

Una de sus manos en mi trasero y la otra en mi espalda. Por lo menos esto ya no era tan malo como minutos atrás.

Ya no corría solo caminaba apresurado. 

5 minutos y llegamos a donde debíamos llegar, pero antes de entrar me dejó en el suelo.

-¿Puedes ponerte los tacos?-preguntó con cierto tono de preocupación.

-Intentare.-dije colocándome primero el del pie sano y luego el otro- por un rato si puedo.

-Bien.-besó mi mejilla- ¿estas mejor?

-Claro.-le sonreí.-vamos entremos, nos queda aún media hora para llegar a mi casa.

Entramos y un policía le hizo llenar papeles a Justin, el ya es mayor y por lo tanto no necesitamos a sus padres para que lo ayudaran en esto. Pago una multa de $300 por dejar en auto en el portón de una casa. ¡Y buee!

Ya con el auto, salimos y el anduvo lo mas rápido que pudo para llegar a mi casa.

-A tiempo-sonrió viendo que eran las 5:50.

-Gracias por traerme-le sonreí- eres lo máximo.-ahora el me sonrió a mi.

-Bueno ya vete a dormir.

-¿Me crees una niña pequeña?

-No, no te creo una niña pequeña, solo que te dejaran en tu habitación para siempre si no entras ya.

-Tienes razón.-salí y cerré la puerta del auto.

Rodeé el auto para ir a la ventanilla de Justin y el la abrió.

-Esto no quedara así ¿sabes?-besé sus labios- debemos hablar de ciertas cositas.-solo me sonrió.

-Bueno, pero ya entra a esa casa porque tus padres te descubrirán.-ahora el besó mis labios- te quiero princesa.

-Yo te quiero mas principito.-el echó una carcajadita-nos vemos otro día.

Y corrí sin tacones para entrar a mi casa.

¡Bien! Todo en orden, luces apagadas y nadie en el piso de abajo. Subí sin hacer ruido y cuando entré en mi habitación escuché como sonaba el despertador de mi padre.

Había salido todo perfecto.

Me desinfecté la lastimadura de mi pie y luego lo vendé.

Me alisté para dormir y me metí en la cama.

Desperté porque el tono de mensajes de mi celular sonaba.

****

¿Te dejaran salir si vamos por un helado?

Justin

****

Eso no lo sabía pero mis padres no llegarían hasta eso de las 20:30 (8:30)

-No lo sé- respondí a su mensaje y luego vi la hora 15:47 ¡wooow! Si que dormí.

Mi celular sonó de nuevo, pero era una llamada.

-Justincito de mi alma-respondí riendo.

-Okey pequeña, veo que despertaste de buen humor esta mañana.-rió por mi contestación.

-De hecho, acabo de despertar gracias a tu mensajito, pero déjalo ¿sabes?

-Hey, perdona.-rió- no sabía que durmieras tanto.

-No fue mi culpa llegar a las 6:00 a mi casa.-ambos reímos.

-¿Te descubrieron?

-No, todo salió genial.-le conté- justo cuando entré en mi habitación sonó la alarma de mi papá.

-Genial.-carcajeó- ¿Vamos por un helado?

-No lo se, es que si salgo Chaz me delatara.-le advertí- pero mis padres no llegan hasta la noche.

-Okey, déjame convencer a tu hermano. Ya luego paso por ti.

-Bueno, entonces ya me meto en la ducha.-reí- te quiero Bieber.

-Yo también te quiero Somers.

Amigos con derecho (adaptada)Место, где живут истории. Откройте их для себя