01. Rayuela.

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-No te ensucies, Natasha -Advirtió su madre cuando la niña tenía ya sus manos sobre el picaporte de la puerta de salida.

Ella solo asintió y corrió por el camino que separaba la entrada de su casa de la calle. Fue un fin de semana de abundante lluvia, aún había pequeños charcos y esos, eran los que ella debía evitar para que su madre no se enojara.

No había ningún niño cerca para jugar; aunque ella solo tenía un amigo, porque era nueva en el vencindario y, solo Steve Rogers se habia acercado a hablarle y le invitó a jugar a la rayuela, una que él mismo pintó sobre la acera de su casa que quedaba a una calle de distancia de la de Natalia.

-¿Y si...? -miró al interior de la casa, su madre no estaba cerca de las ventanas. Era ahora o nunca.

Corrió tanto como pudo, no se fijo hacía ningún lado de la calle, ¡si su madre la viera! Recién se detuvo frente a la casa de Steve, por suerte la lluvia no había limpiado del todo el juego.

-Puedes venir a jugar cuando quieras, Nat. -Recordó que Steve le había dicho antes de irse al campamento de verano.

Encontró una piedrita en el portón de la casa de los Rogers, y comenzó su juego. Se entretuvo tanto saltando y saltando que no se dio cuenta cuando una niña rubia y más alta que ella, se acercó.

-¡¿Qué haces en la rayuela de Steve?! -chilló esta y Natasha se detuvo.

-Él me dejo jugar. -murmuró recogiendo la piedra, dispuesta a invitar a la otra niña.

-¡Que mentirosa! Steve ni siquiera esta aquí.

El primer error de Natasha no fue confiar en la rubia, si no, colocarse de espaldas a la calle, justo delante de un charco de agua. Cuando reaccionó, ya estaba sentada sobre el agua sucia. Los codos y manos le dolían y mientras veía como la otra niña se alejaba, las lágrimas empapaban sus mejillas.

-¡Santo Dios! ¿Qué te pasó? -Un niño se acercó a ella y dejo su bicicleta a un lado para socorrer a la pequeña pelirroja.

Natasha solo lloraba, su madre iba a castigarla hasta el año 2000. No podría salir a jugar nunca más.

-Oye, calmate. -suplicó el niño de cabellos largos y se arrodilló a su lado sin importar que sus rodillas se mojaran.- Solo fue un golpe, ¿si?

La pelirroja negó y volvió a llorar. Entonces él se sentó a su lado y se quedó allí, hasta que ella dejo de llorar y pudo contarle todo lo sucedido, desde cuando su madre le dijo que no se ensuciara, hasta el momento en que la niña le empujó.

-Le pediremos a mi madre que te cure las heridas y luego le diremos a la tuya que sin querer te choque con mi bicicleta. Que tu estabas alejada de los charcos.

Natasha asintió y juntos se pusieron de pie. La casa del niño estaba justo enfrente a la de Steve.

Cuando entraron a la casa, la mamá del niño fue muy amable; le invitó galletas mientras le curó las heridas de codos y mano con un antiseptico y gasas.

-¿Cuántos años tiene? -preguntó Natasha, mirando a la bebe que estaba en su sillita.

-Oh, Rebecca apenas tiene 2 años. -le sonrió la señora y Nat le devolvió el gesto. -James ya debe haber terminado de ducharse, te acompañaremos a casa. Tu madre debe estar muy preocupada.

Dicho y hecho, cuando estuvieron frente a la casa de los Romanoff. La madre de Natasha, estaba en el portón junto a otro vecino, que le pedía que se tranquilizara.

-¡Natasha! Dios mio, hija. -corrió y abrazó a la niña, sin percatarse que estaba empapada y le dio unos cuantos besos. -No me hagas estás cosas, señorita.

Natasha comenzó a tartamudear y cuando James notó que iba a volver a llorar, intervino. Relatando él la historia y echándose la culpa del por qué la niña habia caído al agua.

  Mientras la señora Romanoff hablaba con la señora Barnes, Natasha dejó un beso en la mejilla del niño, cosa que hizo que las mejillas de este se tiñeran de rojo.

-Gracias, James.

-Puedes decirme Bucky.

Cuando Steve volvió del campamento, se encontró con la sorpresa que dos de sus amigos, ya eran amigos. Se alegró mucho, aunque se enojó bastante con Yelena, por haber lastimado a Natasha. Para suerte de todos, Yelena se mudó y en su lugar vino Tony Stark que no tardó en unírseles y quién, en un futuro, junto a Steve serían los padrinos de boda de Natasha y James.

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