Capitulo 9. ¿Un encuentro fortuito?

Comenzar desde el principio
                                    

Ivmar espero la reacción del joven gitano. Mientras le estuvo contando todo aquello, no fue capaz de mirarle a la cara. El guerrero sabía que los gitanos sentían odio y repulsión por los cazadores. No lo culparía si ahora decidiese volver con los de su raza.- pensó Ivmar. Contra todo pronóstico el joven le puso una mano sobre su hombreo y le dijo:

—Siento mucho lo de tu familia, se lo que es perder a las personas que quieres. He de reconocer que cuando me dijiste que habías sido uno de ellos, te mire con asco. Pero comprendo tus motivos. No te culpo por lo que hiciste, si yo hubiese estado en tu situación, probablemente abría hecho lo mismo-. El hombre miro a los ojos del joven. Aydan lo miraba con determinación, aparto la mano del hombro de Ivmar y la extendió ante este. El guerreo por su parte al ver el gesto del gitano alargo la suya, cada uno estrecho el ante brazo del otro. —No he cambiado mi decisión de acompañarte. ¿Hacia donde se dirige nuestro camino? ¡compañero!

El guerrero no pudo evitar una sonrisa ante las palabras del gitano. Mientras hablaba había pensado en cual seria su siguiente movimiento, pero antes de hacer nada él debía recuperar sus fuerzas.

—Cerca de aquí hay una aldea, es de las pocas que todavía acoge a los forasteros. Esta a un día caminando, descansaremos y nos recuperaremos antes de decidir nada.

Aydan estuvo de acuerdo, su compañero aún no estaba al cien por cien, y a el tampoco le vendría mal un poco de tranquilidad antes de lo que se les venia encima. Se pusieron en marcha hasta la pequeña aldea de Forenger.

                                                                    ***

Rowen, Anna y Aysha llevaban ya un par de días de viaje. Mientras las gitanas lo hacían en el viejo carromato de la Comaní, la bruja iba a lomos de su caballo, Media Noche.  Recorrían los caminos de día, y en cuanto empezaba a oscurecer se escondían en algún lugar apartado de este, para descansar sin ser vistas. Sus provisiones escaseaban, no habían encontrado ningún asentamiento ni aldea donde poder abastecerse.

—En un par de días nos quedaremos sin comida, ya casi no tenemos agua—Decía Aysha un poco desanimada, era consciente de que ella tenia parte de culpa en eso.

Cuando se marcharon de Dodona, Anna había abastecido el carromato con suficiente agua y comida como para una semana; para Rowen, el caballo que tiraba del carromato y para ella misma. No había contado con la presencia de la bruja, a pesar de eso, no se negaron en compartir sus pocos víveres con ella y Media Noche.

—Tendremos que cambiar nuestros planes—dijo Anna—a tres días de aquí se encuentra la aldea de Forenger. Allí podremos conseguir lo que necesitemos. El problema es que la aldea cuenta con sanadores, es muy visitada por gitanos, por lo que no podremos valernos de nuestra magia para conseguir dinero y comprar lo que necesitamos.

— ¡Creo que yo se como conseguir dinero!—dijo Aysha entusiasmada. Estaba feliz de poder ser de ayuda en un momento como ese. Hasta ahora sentía que solo era una carga para ellas. Les conto el plan que se le había ocurrido, y tras tener la aprobación de las gitanas se pusieron en marcha.

A pesar de sus temores, no pararon cuando la oscuridad las alcanzo. Querían llegar a la aldea antes de que se les acabara el agua. Durante el trayecto hasta Forenger, solo pararon lo justo para que los animales descansaran y se refrescaran. Ellas apenas se mojaban los labios con el agua. Debían dejarla para los caballos, pues si estos no conseguían llegar a su destino, podrían morir todos de deshidratación.

Comenzaba el tercer día, cuando llegaron a la aldea. Anna se quedo a unos kilómetros de la aldea con el carromato. Ella era conocida entre los gitanos, mientras que Rowen y Aysha eran desconocidas para estos y los aldeanos.

ClanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora