Bienvenido, Tatsuya.

911 69 71
                                    

Desde que inició el FFI y no fue seleccionado para él, tuvo que despedirse por un tiempo de su mejor amigo, Tatsuya. Él era un pilar indispensable para el equipo, era un gran delantero, muy bueno con las palabras, flexible, ágil, guapo. Como miembro de Inazuma Japan ya tenía un montón de fans, las veía todos los días en todas partes, la estación del metro, los centros comerciales, parques. Había mercancía con su cara, pines, postales, playeras de la selección con su nombre en ellas, pósters de tamaño completo con su figura.

Por supuesto, había de todos los jugadores, pero era notoria la preferencia por algunos, entre ellos el pelirrojo del Sun Garden. También destacaban cosas de Hiroto, Fubuki, Nosaka y por supuesto Endou. Incluso había visto una chica con el peinado del Príncipe de Nieve, y un chico usando una banda naranja igual a la del castaño.

Debía admitir que él también había adquirido un par de esas cosas de colección. Tenía un llavero con la cara del peligris y una taza con el dorsal de Tatsuya.

Debido a los entrenamientos y a que constante no encontraban señal, era difícil comunicarse con ambos, pero el trataba de darles a entender lo mucho que los extrañaba -sobretodo a su capitán- y esperaba que estuvieran bien, que pronto usarán esa técnica combinada con la que casi vencen a Raimon. ¡De verdad tenía ganas de verla! Su poder y velocidad eran algo fuera de este mundo.

Pero, le hacía falta. El sentimiento de haber perdido algo se extendía cada día más en su cabeza. Al principio culpo a la envidia, pero eso era imposible. Siempre se sintió orgulloso y feliz de que sus amigos sobresalieran en ese deporte que tanto amaban, no podía estar celoso de algo como eso. Conocía su propio potencial y sabía admitir que aún no estaba listo para enfrentar al mundo.

Y ahí fue que empezó a cuestionarse

¿Entonces qué es esto que siento?

Intento de todo para responderse esa pregunta, simuló un montón de escenarios en su cabeza, posibilidades flotaban como oxígeno en el aire. Pero ninguno de esos caminos lo llevo a Roma.

Intento culpar al ligero desagrado que sentía hacia Reina como capitana. La chica se la pasaba gritando y ordenando en los entrenamientos, era una copia más bajita de Hitomiko en ese sentido. Pero no, sabía que aquello lo hacía por el bien del equipo, para que cuando regresará Tatsuya pudiera encontrarse feliz y orgulloso de tener un equipo más fuerte que el que él había dirigido, un equipo con el que pudieran ganar las Nacionales sin problemas.

Y eso, por supuesto que no lo hacía enojar. Su Astro Breaker ahora era más fuerte gracias a los consejos de la peliazul.

¿Qué significa este sentimiento?

Conforme fue pasando el tiempo y se cuestionó más a sí mismo, descubrió algo importante: las clases sin Tatsuya eran aburridas hasta el tuétano. No era que el pelirrojo le hiciera reír o le ayudará a estudiar, simplemente el verlo sentado a su lado, apuntando sólo necesario del pizarrón le hacían sacar una sonrisa.

Pero ahora, esa banca estaba vacía. No iba a ser eterno, pero el sentimiento lo estaba matando por ahora.

En aquellos días, paseaba tranquilamente por el centro de la ciudad, Hitomiko le había pedido que hiciera un par de compras para ella, ahora sin Tatsuya, la chica ya no tenía a su mano derecha que le apoyará en ese tipo de labores, y él gustosamente se había ofrecido a cubrir su labor.

Pasando por uno de los locales de recuerdos y souvenirs, se topo con una bonita carátula para el teléfono con un dibujo del pelirrojo versión miniatura.

Se detuvo a verla durante un largo tiempo. Le sorprendía que incluso hubiera ya cosas como esas. Luego recordó que estaba en Japón, donde todo lo 3D tiene su lado 2D.

No vuelvas a irte sin mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora