Capitulo 1

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Hola de nuevo, me estaba pensando si subir esta primera parte o esperar más, pero como ya está hecha pues era un poco absurdo tenerla en la sombra. Ya me diréis que os parece bienvenidos a este nuevo mundo.
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Está asomado en el amplio ventanal del salón de su casa fumando ese cigarro de después de comer. Se ha prometido por enésima vez dejar ese vicio, pero la llegada de un nuevo caso al centro de menores en el que trabaja este último mes, le ha removido temas que tenía ya guardados en el cajón del pasado. Cuando oye el ruido de la puerta apaga con rapidez ese cilindro tóxico e intenta borrar el humo haciendo aspavientos con sus brazos

- ¿Ya estás otra vez? - le pregunta con pesadez aquella chica rubia con la melena rizada mientras posa en el recibidor las llaves con aquel llavero del rey león que él mismo le regaló, cuando hace unos años se mudaron a la capital

- Lo estoy dejando, te lo prometo Miri- dice cerrando la ventana y acercándose a ella

- No sé cuantas veces me has dicho ya eso... - le replica- ¿es por esa niña?- le pregunta

- Ya lo hablamos, tengo que ir a trabajar- le contesta él esquivando esa conversación, dejando un beso en la frente de la chica

Los turnos de trabajo de ambos les dificultan la comunicación, pero en esta ocasión a Luis, le sirve como excusa perfecta para no abrirse ante su hermana pequeña y evitar que vuelvan a ella también fantasmas del pasado.

Miriam tiene 23 años, acaba de terminar magisterio y en el colegio concertado donde realizó las prácticas la han contratado para cubrir una baja. Está muy ilusionada, pero no puede compartir todo lo que quisiera los avances de sus niños con su hermano, seis años mayor que ella, pues muchas veces ni se cruzan en ese ático. Y es que Luis trabaja todas las tardes en un pequeño centro de menores de Madrid, es un lugar bastante íntimo y con buenas instalaciones. Apenas tienen una docena de niños, la mayoría preadolescentes que llegaran a su edad adulta entre esas cuatro paredes, pues son demasiado mayores para que alguien les dé una segunda oportunidad. Pero en el último mes ha llegado un nuevo caso, una pequeña de cuatro años, una pequeña que invade sus pensamientos dentro y fuera del trabajo. Y es que no puede obviar que aquella niña le trae recuerdos de su infancia, su historia puede tener cierta similitud con la de su familia aunque también hay grandes diferencias entre ambas.

Cuando llega a aquel lugar, su compañera Irene ya está allí, ambos se encargan cada tarde de esos doce niños y a las ocho de la noche serán relevados por otros dos compañeros. Todas las tardes de lunes a viernes salvo excepciones ellos se encargan de cuidar de esos niños. Esperan pacientes a que llegue el autobús que les recoge del colegio para darles la comida, ayudarles con los deberes y jugar con ellos un rato. Vamos, a realizar el trabajo que realizarían sus familias si la tuvieran.

Hay algo que repatea a Luis, más conocido por todos como Cepeda. Y es que por lo poco que sabe, esa niña de cuatro años se supone que sí tiene aun familia, pero no parece hacerse cargo de ella y eso es algo que no logra entender.

Mientras Irene coloca la mesa para todos esos niños, él espera paciente en la puerta de aquella casa. Ve como bajan todos y le saludan con más o menos ganas, todos entran corriendo, vienen con hambre. La última y tras todos ellos la pequeña Laia, que va dando pequeños saltos para intentar seguir el ritmo de sus compañeros, ritmo que no consigue alcanzar por la corta largura de sus piernas. En su espalda da botes una mochila que simula un peluche de unicornio

- Hola Peceda- le saluda sonriente cuando llega a su altura

- Se dice Cepeda renacuajo- dice el mayor despeinando el flequillo de la pequeña

- ¿Qué es un renacuajo?- pregunta con curiosidad

- Los bebés de las ranas- le explica el mayor mientras se acercan al comedor donde ya se escucha el barullo de los mayores sentándose a comer

OhanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora