2. El nuevo mundo

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Desperté en una llanura desolada y lúgubre, me sentía mareado y cansado, me levanté a duras penas y me fije en que en el norte de la llanura había una casa. Con las pocas fuerzas que me quedaban andé hasta la casa, ya en la puerta di un toque con la mano para que me abrieran, después de dos minutos me abrió la puerta una anciana. Me dijo que pasara y me dio un vaso de agua, el agua era extraña tenía un color grisáceo. Me la bebí, cuando termine la anciana me pregunto qué hacía en un sitio como este, le conté que me había despertado en la llanura pero no lo que había pasado en mi casa cuando encendí ese maldito juego y toque esa grieta.

Ella me dijo que no solía ver gente por esta zona, le pregunté dónde estaba y me contestó que estaba en la Llanura Planicie, en la región de Selen. Me pregunté qué había pasado, cómo había llegado aquí, en ese momento oí sonar unas pisadas que se dirigían a la habitación. Era un ¡Lillipup!, un pokémon. En ese momento me dí cuenta de que había entrado en el videojuego. Rápidamente le pregunté a la anciana sobre los pokémon, me dijo muy extrañada que los pokémon conviven con nosotros proporcionandonos ayuda y amistad. Me preguntó qué porque no sabía que eran los pokémon. Me puse a pensar rápido y solo se me ocurrió decirle una cosa, que había perdido la memoria en el desierto. Ella me acarició el pelo y me contó muchísimas cosas sobre la región, los ases del frente, el alto mando, los torneos, e infinidad de cosas más. Yo estaba muy contento de estar en el mundo pokémon pero rápidamente me dí cuenta de que tenía que volver a mi mundo, en ese momento me dispuse a iniciar una aventura por la región para encontrar otra grieta y poder volver a mi mundo con la tapadera de viajar para vencer a los ases del frente y coronarme campeón de la liga pokémon.

La anciana me explicó que el mundo había cambiado mucho, la tecnología lo había cambiado todo y que por eso ella vivía tan lejos de la sociedad. Me levanté y le di las gracias por todo y me dispuse a salir, la anciana me detuvo y me dió una bandolera que contenía unas cosas básicas: Unas bayas; comida; agua; unas poké balls; un mapa y para terminar me dió una poké ball la cual contenía un pokémon para ayudarme en mi aventura, el que futuramente se convertiría en mi mejor amigo. Me despedí de la anciana dándole otra las gracias y antes de irme me preguntó si recordaba cuál era mi nombre, le dije que me llamaba Link y ella me dijo que se llamaba Drácena. Me despedí y salí de la casa, en ese momento empezó mi aventura.

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La rotura de la grieta espacialWhere stories live. Discover now