Capítulo 26: Ninception

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El cuándo resultó ser mucho más complicado de lo que había esperado. ¿El dónde? Bueno, eso también era difícil de explicar. Miré a nuestro alrededor, intentando comprender dónde demonios estábamos pero no podía ver nada a parte de los espesos árboles que nos rodeaban. Hice mi mejor esfuerzo por ignorar las nauseas, no tan fuertes como esa mañana pero mi cuerpo aún seguía renegando un poco la magia. ¿Podía hablar de mañana? ¡Era de noche! ¿Cómo demonios había abandonado la soleada Venecia del mediodía por un bosque de mala muerte en medio de la noche? Terminaría por perder mi preciada cordura...

Me concentré en el suave tic toc del reloj que colgaba de mi cuello. Miré a Robin solo para comprobar que él estaba bien, más concentrado en definir en qué tiempo estábamos. Sinceramente no entendía cómo no se perdía con todos los relojes que cargaba pero estaba perfectamente calmado mientras comprobaba aquellos en su muñeca.

—Diecinueve años —murmuró.

—¿Qué?

—Esto es lo más lejos que llegó, diecinueve años atrás —dijo él comprobando el tiempo en un reloj para luego guardarlo—. Tiene sentido.

—Oh, genial, intentará matarme cuando sea una recién nacida. ¿Tienes siquiera idea de dónde estamos?

—Soy un guardián del tiempo, no de frontera.

Eso era un no. Suspiré, ahora mismo Holland hubiera sido de gran utilidad. Esa chica podía estar de ojos vendados, podía girar cien veces sobre sí misma, y siempre lograría ubicarse y decir con exactitud dónde estaba. Incluso coordenadas. La oscuridad no ayudaba a que pudiera determinar el lugar pero había algo familiar en el aire. Cerré los ojos y olfatee, reconocía aquel perfume silvestre de alguna parte. Lo había sentido antes, estaba segura de ello. Era suave y silvestre, dulce de un modo que no se podía encontrar en cualquier lugar, más bien como...

—Vill blomst —susurré al reconocerlo y abrí los ojos—. Estamos en Rike.

Sonreí sin poder evitarlo, estábamos en Rike. Había nacido en Rike. El frío se sentía reconfortablemente familiar, la hierba bajo mis pies no debía ser de un mismo color. ¡Las vill blomst crecían en los bosques tornasolados! Podía olfatearlas, sabía que estaban allí escondidas en la oscuridad a nuestro alrededor, intensas manchas de colores aquí y allá; y esas flores tenían un aroma tan maravilloso. Por las noches las traslucidas hojas de los árboles se opacaban para sumir todo en una absoluta oscuridad. Solo por curiosidad silbé unas pocas notas, enseguida las aves nocturnas me respondieron para continuar el ritmo. Siempre lo hacían, siempre completaban la canción sin importar si era inventada. Estábamos en Rike.

Oh, demonios, estábamos en Rike. Se suponía que aquí encontraría mi muerte, tan triste como aquello sonaba. Mi amado hogar sería mi tumba. Enseguida me di vuelta para mirar a Robin pero él lucía bastante calmado, incluso estaba sonriendo. Si él no estaba preocupado entonces yo tampoco debería estarlo. ¿Cierto? Se suponía que, de los dos, Robin era quien conocía partes del futuro y al parecer sabía sobre mi muerte.

—No sucede en tiempo pasado, hoy no es el día que mueres —dijo simplemente

—Bueno, todo eso depende del maldito sucesor que anda utilizando tu sangre para intentar matarme cuando aún era incapaz de defenderme —dije y él rió.

—¿Acaso no piensas? Esto saldrá bien, cambiar el pasado es casi imposible para cualquiera, mucho menos para alguien que no sabe nada del tiempo ni lo estudió como se debe. Estás aquí. ¿O no? Tan solo tenemos que asegurarnos que no logre nada en tiempo pasado —respondió Robin y sacó el pergamino de su capa—. Y al parecer lo lograremos si luego escribiré esto para documentar qué sucede ante pérdida de sangre.

Ni lo pienses (Trilogía Nina Loksonn #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora