Capítulo Único

589 47 75
                                    

No puedo decir, con total certeza, cuál de todas las razones, que constantemente me asechaban, me impulsó buscarla veintidós años después

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No puedo decir, con total certeza, cuál de todas las razones, que constantemente me asechaban, me impulsó buscarla veintidós años después.

En parte, creía que era algo que me lo debía. Quería conocer toda la verdad detrás de su engaño. Detrás de esas mentiras disfrazadas como promesas de amor. Algo muy dentro de mí me pedía a gritos volverla a ver.

Mi corazón me decía que ella nunca me había mentido. Que todas sus sonrisas, besos y caricias habían sido honestas, pero mi cerebro no estaba convencido de aquello. No del todo.

Le mentí a Kriss cuando le mencioné que tenía una junta en Carolina por lo que me retrasaría un par de días en volver al palacio. Por su tono de voz supe que eso la alarmó, pero no me reprochó nada. Después de todos los años que llevábamos casados, ambos confiábamos en el otro. Nuestro matrimonio no era perfecto ni el mejor, pero, por el bien de nuestra familia, tratábamos de luchar por mantenerlo estable.

Tenía que admitir que no la amaba. Después de todos estos años juntos, nunca llegué a hacerlo, pero la apreciaba y quería. Era mi amiga, la madre de mis hijos y una buena reina.

Por la ventana del auto, pude ver que ya no estábamos en las zonas más pobladas de Carolina. El paisaje era un constante mosaico de árboles, plantas y césped. No había ninguna sola casa alrededor. Solo había una cerca sin fin.

Unos minutos después, el auto disminuyó de velocidad conforme nos acercábamos a nuestro destino. Las paredes de una enorme y bella casa se hicieron presente.

Tenía que admitir que no se asemejaba en nada a los modestos gustos de America. Aunque tal vez también mintió en eso.

Nos detuvimos en la entrada.

—¿Maxon, está bien que nos estacionemos aquí?—preguntó Carter.

Suspiré para mí mismo.

No podía calificarme como un hombre miedoso, pero el saber que la vería me causaba nervios y ansiedad.
Carter no juzgó mi actitud. Solo se quedó esperando por mi respuesta.

—Sí. Entraré solo. Puedes irte y regresar cuando te llame.

Él pareció dudar si responder o no, pero se limitó a no decir nada. Era como si me escondiera algo. Sin embargo, no le di importancia.

Había tenido que recurrir a Carter por ayuda y discreción para poder movilizarme hasta aquí. Necesitaba a alguien de confianza que fuera discreto y no le revelase a Kriss mis verdaderas intenciones. No quería ocasionarle un problema más a mi matrimonio ni a mi familia.

Bajé del auto con mi maletín y esperé a que Carter se marchara. Cuando lo hizo, me atreví a tocar el timbre de la casa. Nadie respondió.

Volví a intentarlo hasta que decidí golpear la puerta como último recurso. Cuando lo hice, esta se abrió y detrás de ella apareció America.

Huellas del PasadoWhere stories live. Discover now