alors, c'était ton rêve?

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—Do, estoy tan contento de haber tenido el coraje de venir aquí —habla de nuevo, aún susurrando—. Estoy feliz porque he sabido dejar ir y he podido perdonar de verdad. Aún te extraño, a ti y a tu risa, tengo presentes aquellos días en los que éramos felices. Pero, ¿sabes qué es lo mejor? —Jaehyun se detiene, hace una pausa casi esperando una respuesta y se obliga a sí mismo a no llorar— entendí que aunque no hubieras muerto nada habría sido igual entre nosotros. Y que te quiero tantísimo de vuelta, no para mí, sino vivo, al lado de Yuta o de quien tú hubieras escogido. Llegará el día en el que podamos volver a cantar juntos una última canción, ¿verdad? —para de nuevo, se lleva la mano al pecho con dolor y en un sollozo, continúa— Lo estaré esperando con ansias. Ahora, descansa.

Johnny tiene que abrazarlo fuerte cuando se levanta y su fachada de aparente fortaleza se rompe, Jaehyun no hace ruido alguno y se traga los sollozos y gemidos tanto como es capaz, dejando caer las lágrimas a rienda suelta.

—Aún tengo que ir a ver a alguien, John.

Yuta. ¿Cómo estaba Yuta? La insistencia de Jungwoo en ir a visitarlo terminó por llevarlo hacia el estudio en el que solían pasar la mayor parte del tiempo, todos juntos, compartiendo esa amistad de seis que terminaría en tragedia. Después de haber sido capaz de visitar la tumba de Doyoung, esto no le afectaría tanto, ¿cierto?

   Al hallarse frente a la puerta del lugar, se siente pequeño, porque no sabe qué va a encontrarse. No ha escuchado nada acerca del hombre en casi un año y es aterrador pensar que Yuta podría no querer tener que ver nada en absoluto con él.

   No obstante, piensa que debe intentar verlo para mantener su conciencia tranquila.

   Así, llama varias veces a la puerta y la suave voz de Yuta le concede acceso a través de un "adelante" bastante alegre. Puede ver la característica sonrisa sanadora del japonés al escucharlo, sin siquiera abrir la puerta. Sólo que... es al verlo cuando esa sonrisa se va, su rostro se torna serio y la sala se carga de arrepentimiento y desconsuelo.

   —Jaehyun —dice con sorpresa, sentado tras un escritorio—. ¿Jaehyun?

   —Yuta, hola. ¿Podemos hablar?

   Éste asiente meneando la cabeza después de unos segundos, saliendo de un pequeño trance.

   Allí hablan sobre cosas triviales como si de mejores amigos se tratase, como si uno no hubiera causado graves problemas al otro, casi como si todo lo que ocurrió en el pasado fuera un mal recuerdo lejano de otra vida. Es cuando Jaehyun hace mención del chico que ya no era más, cuando Yuta admite que no está bien. Y que su corazón sigue débil e igual de dolido que hace unos cuantos meses. Que le cuesta olvidar y aún carga el peso de haberle mentido diciéndole que nada malo le ocurriría a Jaehyun si se marchaba, que se encargaría de proporcionarle cualquier necesidad que tuviera.

Es curioso como las cosas pueden cambiar radicalmente de una versión de la historia a otra. Siempre pensó que había sido Doyoung el malo, y resultaba ser que él se había preocupado por su bienestar hasta el último segundo. Cuán bondadosa fue su alma en el pasado.

   —Te pido perdón por todo, Jaehyun, espero que no sea tarde para decirlo, ya que nunca tuve el valor de buscarte aún sabiendo que no ibas a estar bien. Actué de la forma más pésima posible. No sabes bien cuánto me arrepiento.

   Ya lo había perdonado hacía un tiempo, aunque no le hubiera pedido disculpas. Prefiere no señalar a ningún culpable, le parece mejor la idea de olvidar aunque Yuta hubiera sido un ser deplorable porque ya lo ha odiado durante demasiado tiempo. Así que asiente, aceptando, y antes de salir, Yuta le llama la atención.

sur des rêves et des bisousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora