La noticia de la suceción al trono Imperial de China de Qiang, el menor de la Dinastía Long y la caída de Enlai Águila en la Batalla de Huangyan, volaron como el viento más allá de las fronteras, tal como Lady Xué lo había previsto. Toda posible ame...
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Dos años antes de la Batalla del Paso Huangyan...
Muy lejos de las fronteras marítimas de China.
Primera noche...
La capa se arrastra sobre la nieve sucia al andar, borrando con esta sus pisadas. El muelle es oscuro, húmedo y la escasa lumbrera de las antorchas no ayuda a espantar a lo hostil y lúgubre de aquel puerto a pocas horas de iniciado el anochecer. Los incesantes bramidos, gruñidos, risotadas y cristales rompiéndose, le advierten que la taberna de "El Cuerno de Svantovit", está en plena actividad. Por fin ha dado con aquel lugar...
Su presencia, incluso después de bajar por los maltrechos y crepitantes escalones de madera hacia un subterráneo, fue inadvertida. El barullo dentro es inaudito, hay más de una treintena de sujetos de aspecto rudo, descuidado, sucio y poco amable alrededor de las mesas. Todos se mueven y charlan a la vez, como si en cualquier momento fuese a iniciarse una pelea con tales acaloradas discusiones. Bastan unos cuantos minutos de observación para deducir que aquella es su forma natural de interactuar, y eso, no hace más que despertar su interés todavía más.
De entre los más interesantes bebedores, destaca por sobre todos ellos uno en especial: un fornido oso polar de largo, malgastado y roído abrigo. No sólo por su tamaño y cómo la silla donde se encuentra sentado parece suplicar al rechinar por sostenerle, sino, por su profunda voz y evidente liderazgo. Este, se levanta y alza una botella en medio de la taberna, diciendo a viva voz todavía vuelto de espaldas a la entrada:
~ ¡Ya dejen la palabřeřía y břindemos poř seguiř vivos otřo día, třipulación! Nuestřo bařco ha quedado astillado, peřo los mongoles peřdieřon a unos cuántos de los suyos. ¡Hay motivos de sobřa pařa festejař esta noche! ¡Y la siguiente...!
~¡Y la siguiente, Capitán "Lengua Azul"!—responden al unísono los más de treinta y beben.
~¡Sí!—respalda él—Y la siguiente, si la mueřte no nos alcanza...
Y el polar empina la botella y se bebe todo de una alzada... Es su oportunidad de salir de la sombra bajo el umbral y camina hasta la ignorada mesita junto a la barra. Allí, se sienta para seguir observando y, sobre todo, escuchando.
~¿Hay algo que deseé bebeř?—pregunta serenamente el cantinero, un viejo búho blanco arrimándose sobre la barra.
~Tengo curiosidad de probar lo mismo que ese individuo—responde indicando al polar—... ¿De quién se trata...?, ¿señor...?
~ Oleg Owl, pařa seřviřle—responde éste con un ligero movimiento de cabeza—Y aquel al que llaman "Lengua Azul" es capitán de todos esos "distinguidos" caballeřos. Y lo de distinguidos es puřa iřonía, usted puede veřlo... No son más que piřatas, saqueadořes de los mařes.
