El medio gigante era una amable criatura, nadie lo sabía mejor que el mismo Snape, y de seguro estaría en la luna por conocer a Harry Potter. Lo peor de Hagrid era su irracional parcialidad hacia los Gryffindor. Sin duda, él llenaría los oídos de Harry con historias de la aventuras de sus padres en la gloriosa Casa del León. Snape ardientemente esperaba que empujar a Harry hacia Gryffindor sería tan contraproducente como los esfuerzos de Draco para convencer a Harry de estar en Slytherin. A Harry no le gustaba que le dijeran con quien asociarse. Era posible que sus años como paria lo habían hecho reacio a escuchar cuando otros eran descritos como inferiores a él.

Pasaron por el pasaje, y Snape le mostró los ladrillos que tenía que tocar para poder regresar. Luego abrió la puerta, y guío a Harry al oscuro establecimiento lleno de humo. Su nariz se llenó con los aromas familiares: buena cerveza y abundante; el dulzor del tabaco; estofado irlandés, que estaba disponible a cualquier hora del día; y un grupo de brujas y magos de dudosa higiene.

La gente de siempre estaba alrededor de la maltratada barra.

La gente de siempre estaba alrededor de la maltratada barra

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Harry miró alrededor con entusiasmo. De alguna manera, este era el lugar más extraño en el que había estado. Él nunca había estado en un pub muggle, y no sabía cómo diferenciar este de aquellos. Aunque sospechaba que la clientela era bastante única.

El hombre más grande que Harry hubiera visto estaba en el bar: un hombre con abundante cabello y una gran barba enmarañada. Los ojos de Harry se abrieron al verlo, pero el Profesor Snape ya estaba susurrando en su oído—Este es Hagrid, el cuidador de Hogwarts. Que no te afecte su apariencia, él es muy amable. Y te aprecia mucho, él fue quien te rescato de la destrucción, la noche del ataque en tu hogar—.

Una mano firme le dio un leve empujón a su hombro, y Harry se acercó para que lo presentaran.

—Hola...—Dijo con timidez.

—¡Harry! —El gigante derramo su jarra de cerveza en una ducha de espuma, al dejarla caer de golpe en el bar. Marcho hacia adelante como una montaña, con una sonrisa radiante y brazos abiertos en saludo—¡Harry! ¡Aquí estas! —.

Los magos y brujas que estaban alrededor se dieron vuelta a mirar. Sus voces susurraban, retumbaban, y luego se convirtieron en un clamor.

—¿Harry? —.

—¿Harry? —.

—¿Tú crees? —.

—¡Mira la cicatriz! —.

—¡Santo cielo! —Chillo una bruja—¡Es Harry Potter! —.

Como uno, la multitud marcho hacia Harry. Él se quedó quieto y dejo que el Profesor Snape lo protegiera.

—¿PODRIAN MALTRATAR AL CHICO UNO A LA VEZ? —Grito Snape—¡SI NO ES MUCHA MOLESTIA! —.

Un poco avergonzados, el alboroto se detuvo, y Hagrid pudo hablar por primera vez. Envolvió a Harry en un gran abrazó que enterró el rostro del niño en su grueso abrigo.

The Best Revenge - Arsinoe De BlassenvilleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora