·Capítulo 1·

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Hoult, Catherin Hoult es mi nombre completo, pero prefiero Cat.

Mi padre se llamaba James Hoult, mi madre...ni idea.

Soy pelirroja, mis ojos son una mezcla de verde y marrón.

No quiero dar pena, ni mucho menos...ahora mismo voy en la parte de las maletas de un tren hacia alguna parte.

¿Qué por qué? Bueno, resumiré mi vida...

Mi infancia no ha sido fácil. Mi madre dejó al borracho de mi padre a cargo de una niña de unos tres o cuatro meses. Me dejó el la puerta, llamó al timbre y se fué con la única explicación de una nota que dejo entre las mantas que me envolvían.

Vale, mi padre era un borracho, pero debo perdonarle por que intentó hacerse cargo de mi y bueno, algo habrá hecho bien por que he llegado hasta los 16 ¡yuju!

Él solía estar ebrio, pero era un genio, prodigio o como queráis llamarle, James me enseñó a leer, escribir...lo básico. No teníamos mucho dinero, aunque podríamos haber tenido más si él no se lo hubiera gastado en bares...no le juzgo, la mujer que amas se fuera sin despedirse cargándote con una niña y tú sin nada de experiencia para los críos... su situación debería de ser frustrante y necesitaría olvidar de vez en cuando...Pese a todo, mi padre me amaba.

Vivimos durante bastante tiempo en una casa en Francia, después empezamos a viajar...buscando a mi madre.

Al parecer ella no dejo nada en claro en aquella nota y mi padre necesitaba respuestas.

Al no tener mucho dinero nos colábamos en los trenes, autobuses, barcos...incluso hacíamos autoestop y a veces se compadecían de nosotros y nos llevaban, otras no quedaba más remedio que ir andando.
Recuerdo una vez que robamos unos caballos de una finca y después se los vendimos a un Centro de Equitación al otro lado del país...en fin, buenos momentos.
Y con eso se puede hacer una idea aproximada de lo que he hecho hasta ahora.
Hace unos meses fuimos a Polonia, mi padre tenia que saldar cuentas con unos "amigos" (personas a las que debía dinero) y al no tener lo que esos hombres pedian, ellos lo asesinaron en una gasolinera mientras yo estaba en el baño.
¿Triste? Bastante. Pero no quiero lo sientos vacíos, ni lloriqueos...Nadie quería a mi padre, excepto mi madre, aunque eso también lo dudo después de que nos abandonara...
Parece que a las personas se las valora más cuando ya no están entre nosotros...
En fin, cuando salí del baño vi un cadáver en el suelo y a su alrededor una gran mancha de sangre, los bolsillos vacíos...lo único de valor que habían dejado en él era el anillo de casado, probablemente como un recuerdo hacia mi persona...halagador ¿verdad?
Cogí a mi padre y lo arrastré como pude a un descampado donde hice un agujero y lo enterré, pero antes, le quité el anillo y ...huí.
Bueno, así puede parecer que no tengo sentimientos, pero los tengo. En mi defensa diré que ese día estaba completamente en shok, no pensaba que eso fuera real, no podía creerlo... Al día siguiente al despertarme y no ver a mi padre a mi lado, todo lo sucedido me cayó como un balde de agua fría y ahora no podía negarme a la aplastante realidad que se cernía sobre mi.

Jamás lloré tanto como al día siguiente de la muerte de mi padre, lloraba hasta quedar exhausta, pero ni en aquellos momentos donde dormía podría librarme del vació que oprimía mi pecho. Esos días acampé cerca del lugar donde descansaba mi padre y las lágrimas me empañaron la visión durante todo el tiempo que estuve allí, cuando por fin me recompuse cogí el tren en el que estoy ahora.

Y ese es el resumen de mis 16 años de vida.
Alargué mi mano buscando a tientas algo que pudiera darme luz, pero se me adelantaron. Una bombilla se encendió dejándome ver un muchacho corpulento, grité por el susto y el me tapo la mano con la boca, cuando ya me calme un poco apartó su mano y se llevo uno de sus dedos a sus labios indicándome que guardara silencio. Se oyeron unos pasos y el chico apagó la luz y se escondió entre los equipajes, yo hice lo mismo. Al rato oí como el revisor abría la puerta dejando la habitación un poco iluminada, después volvió a quedar a oscuras y el muchacho encendió nuevamente la luz.
-¿A donde va este tren?-susurré.
-Alemania.
Nos nos hacia falta saber nada el uno del otro, jamas nos volveríamos a ver, ya me había encontrado ha bastante gente cuando hacíamos transbordos mi padre y yo. Un nudo se me hizo en la garganta al recordarle, pero no lloraría y menos frente a un extraño.
Durante el camino ninguno nos mirábamos ni intercambiamos palabras, lo normal al colarse en un tren.
El chico abría las maletas buscando algo interesante, sacó una chaqueta y se la pusó. Abrió otra llena de ropa de mujer y me miró.
-¿Quieres?- me pregunto, yo asentí con la cabeza y cogí una camiseta y la guardé en mi bolsa saco junto con unos pantalones vaqueros, me sentía mal robando pero estaba segura de que yo lo necesitaba más que ella.
Noté como el tren empezó a frenar y me dirigí a la puerta del último vagón. El chico también me seguía, ambos salimos al exterior y me despidió con un gesto de cabeza mientras  saltaba, rodó un par de veces sobre si mismo, se levantó y se fue a esconder entre los matorrales. El pelo me azotaba contra la cara a causa del aire, miré hacia atrás y ví como uno de los encargados del tren corría hacia a mi, yo sonreí con suficiencia y me tiré del tren. No pude ahogar un gemido por el dolor de las maderas de la viga clavadas en mi espalda, pero me levanté y fuí hacia la maleza.
Estuve un rato corriendo y llegué a un pequeño riachuelo donde  lavé los viejos arapos que llevaba. Después, la tendí en una roca al sol para que se secará, mientras yo me bañaba  y me quitaba la capa de suciedad que llevaba encima. Cuando salí me puse mi ropa nueva que sorprendentemente solo los pantalones me quedaban un poco grandes, pero se arregló doblando el borde.
Caminé durante todo el día buscando indicios de civilización hasta que llegué a una enorme ciudad, seguí andando hasta que llegué a uno de los barrios ricos. Llegué hasta un restaurante y miré en los contenedores, estaba hambrienta. La puerta trasera se abrió y un hombre salió con varios platos semi-llenos de comida, me miró con cara de pena y me los dió.
Yo llevaba tres días sin comer nada decente y esa comida era como comer amor.
Cuando me sacié completamente fuí hasta un parque y me tumbé debajo de un precioso sauce llorón. Las hojas hacían de cortinas y me fuí quedando dormida.

Primer cápitulo de mi nueva historia WHATEVER ¿que os parece? ¿os gusta?

Creo que no hace falta decir quien es la foto multimedia, pero lo digo por si acaso: esa es nuestra pelirroja Cat.

Espero ver sus votos y comentarios =n=

Un abrazo psicológico <3

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