capítulo II

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A pesar de que la rubia era increíblemente parecida a ella, el sabía que era muy improbable. A dónde quiera que la rubia hubiera ido debía ser algo parecido al paraíso y ni el mismísimo Lucifer se hubiera atrevido a bajar a semejante ángel para un uso tan perverso.

La cosa que ocupaba sus pensamientos sonrió.
El bufó, molesto y con ganas de llorar. La primer y única chica que creyó haber amado jamás volvería y jamás sería suya.
Ella se había ido junto a su hermanita menor por un descuido de él, uno que nunca se perdonaría.
Una fuerza sobrenatural lo obligó a voltear hacia la cosa que había invocado. Casi se orina del susto, estaba a sólo unos centímetros de su rostro y su tercer ojo que se encontraba en el frente de su rostro había cambiado de color, a un azul verdoso. Inmediatamente la cosa empezó a cambiar de color y su piel, de color gris cambió por el tono exacto del color de piel de la Miyako que él recordaba. Su tercer ojo se cerró y su apariencia era exactamente igual a su amada muerta.
Una lágrima se escapó de su ojo derecho. Seguida por varias más. Él estaba paralizado del miedo y la alegría al mismo tiempo. ¿Acaso ella podía ser un reemplazo? ¿acaso la vida le estaba cobrando un errror obligándolo a verla a diario?

-Boomer, lo que sea que veas no es real, intentan provocarnos y ver que tan débiles sómos.- la voz profunda de Brick parecía quebrarse. Boomer no podía ver lo que lo que demás veian, sólo podía ver a sus amigos. Brick aunqur siempre serio parecía estar tan asustado como él, y Butch parecía estar viendo una pelicula porno, de no ser por sentir las miradas sobre él, el muy desgraciado seguramente iba a masturbarse allí.

-El demonio frente a mí tiene un cuarzo en el cuello, color rosa en forma de corazón, al quitarselo según lo que dice el manual, debe ser mi sirviente.- le dijo el pelirojo.

-¿Y no es peligroso?-preguntó el rubio observando a la chica que se encogió en su lugar, mirándolo con terror.

-Si...¡MALDITA SEA BUTCH ESCÚCHAME UNA SÓLA VEZ- Brick casi se muere de un infarto al ver frente a Butch a una chica morena, de cabello negro abajo de los hombros y ojos verdes, exactamente del mismo color que la esmeralda que Butch tenía en su mano y sostenía con diversión.

-¿Brick es normal que la cosa frente a mí se vea una persona sin quitarle el zafiro?- el rubio tenía el ceño fruncido, probablemente la cosa frente a él pequeño y temeroso rubio fuera mucho más fuerte de lo que debía y con un movimiento en falso eso podía considerarlo indigno y matarlo. Brick antes responder, buscó con la mirada a la chica desnuda que estaba a merced del moreno, la cual estaba quieta probablemente a la espera de cualquier orden de Butch. Desvió la vista a Momoko, ella tenía un brillo especial en su mirada, quería desesperadamente vivir, al igual que él. Se preguntó por um segundo que pecado pudo cometer esa chica que fuera lo suficientemente malo para enviarla al limbo pero para permitirle una segunda oportunidad y competir por regresar al mundo de los vivos.

-No pasa nada, intenta esconder su piedra.-le mintió, pensó que si él no sabía podia hacerlo sin miedo, sin riesgo. -¿Puedes ver la piedra en ella?-le preguntó.

-Estaba en el lugar dónde debería estar su nariz-respondió.

-¡Quítasela ya!-dijo el moreno con evidente molestia.

Brick pensó el buena decisión que había tomado al no compartir los conocimientos del manual con ellos. Un mal manejo de esa información podía matarlos a los tres.

Tanto Brick como Butch estaban nerviosos. Ninguno sabía que miraba el rubio, pero sea lo que sea debía ser horrible, y probablemente con el mismo olor a putrefacción que emanaban los cadáveres en descomposición. Cuando menos lo pensaron el rubio soltó un leve quejido y un zafiro circular apareció en la palma de su mano mientras que poco a poco se podía apreciar a una joven bastante conocida para los tres chicos. Butch y Brick se miraron el uno al otro con preocupación.

-Miyako-susurró Boomer y los ojos de la chica lo miraron atento.

-Es idéntica a ella-dijo Butch. Boomer se quitó un suéter que tenía color negro y se lo colocó a la chica, cubriéndola de su desnudez. Ella sólo sonrió, de la misma manera que lo hubiera hecho la Miyako que todos conocían.

Brick regresó su vista al frente esperando escapar de aquella situación, bien decían por allí que la ignorancia es felicidad y le hubiera gustado que tal como sus amigos ignoraban el hecho de que si uno de esos demonios o monstruos te atacaban podían acabar con tu miserable existencia, ocupando tu lugar en el mundo de los vivos, robándose tus años por vivir. El creía considerarse digno de ella, dudaba infinitamente ser atacado, no quería morir pero los ojos de aquella cosa querían lo mismo, desesperadamente vivir y si no lo consideraba digno de ganar aquel infernal torneo y regresar a la vida junto al perdón eterno de su deidad tomaria sin duda su vida para después de unos años regresar no sólo al limbo sino ser enviada al mismo infierno.

Levantó la mano derecha, invadiendo el corto espacio entre cuerpo y cuerpo para posarla suavemente en la mejilla derecha de el ente, rogando con todo su ser no acabar muerto.

-Tu y yo queremos lo mismo, hagámoslo juntos-le dijo fingiendo seriedad, pero en realidad estaba más asustado que Boomer. Cuando ella abrió lo que debió ser su boca, el aprovechó para tomar el cuarso rosa en forma de corazón que tenía en el cuello.

Sin duda alguna él había sido considerado indigno, ella iba a tomar su vida, pero él fué más rápido. La chica qie apareció frente a él parecía un ángel, de piel apiñonada y ojos rosas. La chica tenía un semblante serio y cubrió sus pechos y zona púbica con su largo cabello naranja.

-Bien ¿Ahora podemos invocar a D.Y.N.A.M.O y pedir el deseo?- preguntó Butch claramente inquieto.

Brick ajustó su gorra -Olvidé mencionarles, debemos matar a otros participantes y evitar ser asesinados- la mandíbula de Boomer y Butch casi caen al suelo. Butch sabía que había un premio y que era una competencia, más no que debía asesinar y debía poner en peligro su vida.

-Brick jamás nos hablaste de esto- le dijo el rubio masajéandose la sien.

-Es un sacrificio, todos queremos lo mismo, hay un precio que pagar y para reunir a D.Y.N.A.M.O necesitamos rendirles tributo a ellas y eso lleva tiempo.-les dijo jalándo el brazo de Momoko y acercándola a él.

-Preséntate y dime tu poder-le ordenó.
Brick escuchó como un zumbido en su oído, había leído de él y sabía lo que quería decir; la chica intentaba comunicarse sólamente con él.

-Si aún ocultas cosas será mejor que te lo diga a solas...-la voz dulce y seria quedaba con su apariencia. Y él asintió.

-Momoko. Puedo crear ilusiones.-dijo mirando a las otras dos chicas.

La chica morena pasó al frente claramente cómoda con su desnudez debido a su cuerpo de proporciones perfectas.

-Kaoru y puedo manejar la tierra a mi antojo- la chica sonrió de lado y dió un puñetazo al suelo, el cual ni se inmutó. Un quejido de dolor la invadió, un líquido negro parecido a la sangre empezó a salir de su puño lastimado.

-Tus habilidades no funcionan si no estas en tu forma oculta-explicó Brick.-y para regresar a esa forma oculta tu amo, Butch debe darte permiso. Butch antes de que hagas alguna estupidez, darle el permiso de usar la forma oculta consume energía, si lo haces cansado y ella se excede, puedes morir.- su foma de decirlo hizo sonreír diabólicamente a la chica parecida a Miyako.

-POR UN CARAJO BRICK ¿QUÉ MÁS NOS OCULTAS?-Boomer había perdido la calma, y no era para menos, no sabía con quién ni contra quién se había metido en ese juego tan peligroso.

-¿Realmente tu miedo puede más que la posibilidad de regresarlas a la vida, Boomer?-preguntó Brick con obvias intenciones.

-No lo sé-le respondió, haciéndose a un lado para que la rubia tomara el protagonismo.

-Miyako.-dijo mirando la cara de consternación que tenían los chicos.-puedo leer la mente-dijo mirando a los pelirojos.

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