47. ¿Esto es un maldito juego para ti?

Comenzar desde el principio
                                    

Me levanto, cargado de emoción y lo atraigo hacia nosotros.

—¡Tadeo! ¡No sabes cuánto te necesito ahora!

—Hola, Lucas —contesta, avergonzándose como siempre—. Pues aquí estoy. ¿En qué puedo ayudar?

—Es ese tipo Malcom —comienzo a explicarle, señalando hacia donde están Brenda y él—. Necesito que vayas y te entrometas entre ellos.

Tadeo comienza a reír, al entender lo que estoy proponiendo.

—De hecho, Brenda quiso que viniera a conocerlo. ¿No nos cae bien?

—No nos cae bien —afirmo—. Y no puedo ir yo mismo a separarlos, porque estamos peleados y ella lo tomaría mal.

Él asiente con ánimos.

—Está bien —acepta—. Iré, pero me deberás un favor.

—Lo que quieras. Te arreglaré una cita con Pietro —propongo, pero él arruga la frente y niega insistentemente.

—Es muy intenso para mi gusto —me explica, con una mueca de rechazo—. Hasta me escribió un poema, pero te hablaré de eso luego.



Tadeo lleva al menos media hora hablando con Brenda y Malcom como si se conocieran de toda la vida, y yo sigo sin entender si acaso le cae bien.

Sostengo un vaso de cerveza y me aproximo a donde están.

—Tadeo, ¿quieres? —le acerco la bebida y él la toma—. Se me ocurre alguien que podría gustarte.

—¡Genial! —exclama éste.

Brenda mira hacia otro lado, como si yo no estuviera aquí.

—¿Le vas a presentar chicas? Tú debes conocer un montón —Malcom interrumpe nuestra conversación y aprovecha para tirarme otra de sus indirectas—. Digo... Por la manera en que te miraban todas cuando estabas en el escenario.

Le muestro una sonrisa insípida y, afortunadamente, mi amigo me defiende en ese momento.

—Sí, lo mejor de Lucas es que es una persona muy sociable. Pero me va a presentar un chico, no una chica.

—Ah, ya... —Malcom hace una mueca, intentando ocultar su desagrado.

Brenda le lanza una mirada y él le sonríe, para disimular.

—¿Y qué hay de ti? —yo aprovecho para contraatacar—. ¿Quieres que te presente alguna chica? ¿O ya tienes alguien en la cabeza?

Lo desafío, para ver si se atreve a decir el nombre de mi novia. Pero él se encoje de hombros.

—No, gracias. No me gusta conocer chicas en bares. Sólo buscan algo de una noche.

—Lamento que pienses así —finjo decepción—. Ya que Brenda y yo nos conocimos en este bar. Y, hasta donde yo sé, ella no estaba aquí sólo para ligar.

Malcom se asombra al darse cuenta de que metió la pata. Ella lo mira algo ofendida.

—No... Yo no quise decir eso, Brendy —intenta justificarse.

Pero lo dijiste, estúpido.

Ni siquiera disimulo mi risa, hasta el punto en que Tadeo me da con el codo en el costado.

Brenda me mira mal y toma a Malcom del brazo.

—Vamos a bailar —le propone, para mi asombro—. Ya que ellos irán a conocer a ese chico.

Por culpa de un instante (Completa✔ y en físico 📚)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora